La inseguridad es un tema que preocupa, altera y vulnera a las personas. No obstante, hay lugares que aparentemente son “seguros”, como, por ejemplo, las iglesias, pero ya ni estas se salvan de los ladrones, pues hace unos días en la Parroquia Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, ubicada en la calle 84 con carrera 42D de Barranquilla, un hombre ingresó a la iglesia y no precisamente a confesarse, sino a cometer un delito sagrado: robar.
De acuerdo con las imágenes que circulan en redes sociales y que fueron divulgadas por la parroquia, se observa a un hombre que aprovecha el descuido de una mujer que se levanta de su silla, para este tomar su bolso, abrirlo y sacarle, aparentemente, su celular. Posteriormente, el sujeto se acomoda en la silla, como si nada hubiese pasado, y continúa escuchando la misa.
Sin embargo, el ladrón no se percató que estaba siendo grabado, y creyó que su acto delictivo pasaría desapercibido, pero para desgracia de él, la parroquia divulgó el video, y en cuestión de minutos se volvió tendencia, gracias a que las redes sociales se prestan para que en cuestión de minutos millones de personas vean diferentes contenidos.
De hecho, el video, que ha sido visualizado por muchas personas, ha recibido diferentes comentarios, como: “A él le va a llegar el día cuando se encuentre con Dios, y le va a salir caro a ese hombre que se va para las llamas del infierno”, “Ya no respetan”, “Ni la casa de Dios se salva de los ladrones”.
Por su parte, otros comentarios, un poco más polémicos, fueron: “No hay que dar papaya, hay mucho judas suelto por esta época”, “Eso se llama dar papaya”, “Cómo dicen por ahí, papaya puesta, papaya comida”, “No lo justifico, pero a la iglesia no se lleva celular, así de sencillo y menos descuidar las pertenencias”.
Ladrones fueron descubiertos cuando intentaban desocupar una iglesia en Bogotá
En la parroquia San Juan Diego norte, ubicada en la carrera 4A con calle 192, en la localidad de Usaquén, fue frustrado un robo gracias a la rápida acción de la comunidad y la intervención contundente de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Los criminales, tras ingresar a la iglesia, comenzaron a despojarla de objetos de valor con la intención de cargarlos en un vehículo para escapar impunemente. Sin embargo, el oportuno llamado de la comunidad alertó a los uniformados del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, quienes llegaron justo cuando dos delincuentes estaban dentro del recinto religioso.
La operación policial reveló que un tercer delincuente se encontraba fuera de la iglesia, coordinando el robo y alertando sobre la presencia de las autoridades. La intervención permitió la recuperación de un cáliz y dos amplificadores de sonido, afectando la cadena delictiva que busca lucrarse a expensas de estos actos criminales en Bogotá.