Tremenda sorpresa se llevó una mujer en momentos en que intentó retirar un millón de pesos en un cajero automático ubicado en el municipio de Cereté, departamento de Córdoba.

Todo transcurría de manera normal, hasta que, después de que el cajero expulsara los billetes, estos se quedaron extrañamente pegados de una pequeña barra metálica.

Sorprendida, la mujer se comunicó con la Policía, pues sin duda estaba ante un intento de robo, que, por fortuna, no prosperó.

“Que impresión, esto le puede pasar a cualquier persona (...) El dinero aparecía contado. Me causó mucha desconfianza porque me aparecía que tenía que volver a intentarlo; al marcar a la línea -del banco- y al revisar mediante la app, me salía el retiro correspondiente a un millón de pesos”, se escuchó decir a la mujer.

Finalmente, un policía que llegó al lugar logró despegar el dinero de la estructura metálica en la que se habían quedado pegados los billetes.

“Al ver al policía, se van enseguida. Tenía que estar por acá cerca -el delincuente-”, se escuchó decir a un hombre en el video que se viralizó en las redes sociales.

Ataques térmicos, la peligrosa modalidad para robar a quienes retiran dinero en cajeros automáticos

La temporada navideña transcurre y con ello muchas personas tendrán gastar su dinero para costear los regalos que entregarán en Nochebuena, junto a la cena y fiesta que se realizará ese día. Por esta razón, muchos delincuentes ejecutan diferentes tácticas para aprovechar un descuido de sus víctimas y así robar su dinero.

En el marco de esta situación, expertos en ciberseguridad han revelado una estrategia para robar a las personas que frecuentemente retiran dinero a través de un cajero electrónico.

Dicho método se basa en aprovechar las huellas de calor que deja una persona, que minutos antes ejecutó una transacción en un cajero que está ubicado en la calle.

¿En qué consisten los ataques térmicos en los cajeros?

Según indica un informe de Kaspersky, que recoge un estudio de la Universidad de California en San Diego, el sistema de ataques térmicos no consiste en atacar a la víctima cuando está usando el servicio de un cajero automático, ya que el robo se produce después de que las personas insertan su tarjeta débito, ingresan la respectiva clave y recogen su dinero.

Luego de unos segundos de que el cliente del banco se retire con su dinero, rápidamente otra persona se aproxima a este y emplea una cámara térmica para captar los rastros de calor que hay en el teclado del cajero. De esta manera, los delincuentes pueden conocer los números que conforman la clave de seguridad del usuario.

Esto se debe a que la cámara térmica ofrece una imagen infrarroja que resalta los botones que una persona presionó cuando ingresó su PIN en el teclado y con ello los criminales pueden recolectar los números para después intentar obtener el código de la víctima.

Foto termina que expone el rastro de calor dejado en el teclado de un cajero bancario. | Foto: UC San Diego

Sin embargo, este método requiere ciertas condiciones para que pueda ejecutarse de manera exitosa, pues no solamente es necesario contar con una cámara térmica de alta sensibilidad que ayude a distinguir las variaciones de temperatura para facilitar la predicción de la clave. Agregado a ello, la captura del rastro de calor debe tomarse cuanto antes porque de otro modo el registro térmico se perderá.

Agregado a esto, el contar con los números que conforman el PIN de seguridad no garantiza que los criminales tengan un acceso total a los fondos de la víctima, puesto que se necesita conocer la secuencia correcta de los números o de otro modo el sistema del banco generará un bloqueo de seguridad. Además, se necesita emplear otro tipo de técnica para clonar la tarjeta débito, que es la otra llave necesaria para poder lograr el robo.

Por lo tanto, se trata de una modalidad que no es tan sencilla de ejecutar, pese a que se trata de una táctica ha sido registrada desde hace más de una década. De hecho, en el ensayo titulado Calor del momento: Caracterización de la eficacia de ataques basados en cámaras térmicas, el cual fue producido por un equipo de la Universidad de California en San Diego, se establece que este recurso podría ser refinado por los criminales para incorporar otros elementos que ayuden a elevar la probabilidad de éxito.