Los miembros de la tercera edad se volvieron un comodín para los ladrones que delinquen en el Valle de Aburrá. De acuerdo con las estadísticas de la Policía Nacional, en los últimos meses diez adultos mayores fueron asesinados por oponerse a los hurtos.

Cada historia es estremecedora. Los dueños de lo ajeno aprovechan la soledad de sus hogares para interrumpirles la tranquilidad. Sus objetivos recurrentes, en promedio, son las personas mayores de 65 años que puedan llegar a tener algo de valor para arrebatárselos.

Preocupan las vidas que se están llevando por delante para cumplir el objetivo criminal. El común denominador son asfixias mecánicas, puñaladas y golpes con objetos contundentes. Los cadáveres analizados también fueron hallados con ataduras.

Una de las víctimas fue Jaime Ramírez Pasos, de 74 años, en la ciudad de Medellín. El cuerpo apareció tendido en su vivienda, ubicada en el barrio El Salvador, con signos de violencia: amarrado de pies y manos con el cable de un cargador de celular.

Los crímenes contra adultos mayores han ido en aumento en el Valle de Aburrá. | Foto: Cortesía Alcaldía de Medellín.

Según la información recopilada por las autoridades, Ramírez Pasos no tenía una relación sentimental, recibía una pensión mensual y habría expresado la intención de hacer un millonario préstamo para costear una intervención en las paredes y pisos de su hogar.

Por su parte, María Rosa Ocampo Gallego, de 67 años, fue encontrada sin vida en su residencia de Belén las Playas. Al parecer, unos hombres disfrazados como empleados de una empresa de servicios públicos le quitaron dinero en efectivo y un par de joyas.

La lista es larga. Por ejemplo, Luis Eduardo Zapata Alzate, de 61 años, fue atacado con un arma blanca cuando se negó a entregar su motocicleta en el municipio de Barbosa. Las autoridades encontraron al homicida y lo vincularon con dos casos similares.

La Policía de Medellín asegura que es poco probable que haya una red criminal dedicada a atacar ancianos. | Foto: Prensa Alcaldía de Medellín

¿Qué pasa?

Aunque los ciudadanos formulan inquietudes sobre una presunta red criminal que estaría detrás de cada una de las muertes, el departamento de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá aseguró que hay pocas probabilidades de que eso esté ocurriendo en la subregión.

Las investigaciones que se han adelantado darían cuenta de ese escenario, pues no se tiene en el radar a una organización delincuencial que se mueva por todos los puntos cardinales del territorio donde han ocurrido los hechos. Lo mismo cree el exsecretario de Seguridad y Convivencia de Medellín Andrés Tobón: no son casos sistemáticos que llegan de un solo lado, sino que varios grupos estarían compartiendo el mismo modus operandi contra los abuelos.

Para él, lo preocupante es que en las calles el fenómeno aumenta por el descuido que habría en la gestión de prevención del delito por parte de la administración distrital y las autoridades, que deberían ponerles freno a los ladrones.

Desde la Alcaldía de Medellín aseguran que no son casos sistemáticos. | Foto: Cortesía: Alcaldía de Medellín.

En lo que va de 2023, el Sistema de Información Estadística para la Seguridad y Convivencia de la Alcaldía confirmó que tres personas han perdido la vida de manera violenta en medio de supuestos hurtos, mientras que en 2022 fueron 55.

Una profesora fue asesinada con arma blanca en el centro de la ciudad por robarle un teléfono avaluado en 500.000 pesos –dos jóvenes fueron capturados por esta tragedia– y un comerciante fue baleado por negarse a entregar su moto.

Al menos 50 personas reportan diariamente ser víctimas de los ladrones en esta región. Los celulares, el dinero en efectivo y las motocicletas son los más apetecidos, y las calles y los vagones del metro son los lugares preferidos para cometer los delitos.