En Colombia, la violencia contra niños, niñas y adolescentes sigue en aumento. Según las cifras que presenta Unicef, al menos 100 niños, niñas y adolescentes sufren algún acto de violencia cada día en el país. Un dato que en realidad es aproximado porque está basado únicamente en los casos que requirieron asistencia médica. No obstante, permite dimensionar la magnitud de la violencia que afecta a la niñez en contextos familiares, escolares y comunitarios en el país.
Es más, las cifras oficiales indican que en 2023 se presentaron 4.612 casos de violencia contra niños, niñas y adolescentes y en 2024 subieron a 6.053, lo que implica un aumento de 31,24%.
Dentro de este contexto, y en conmemoración de los 35 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, creada por las Naciones Unidas para garantizar los derechos fundamentales de todos los niños y las niñas del mundo, UNICEF y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) unieron esfuerzos para visibilizar y promover un cambio cultural en la forma de tratar a los menores en el país.
Sobre esto, María Cristina Rivera, vocera de Unicef, explicó que esta iniciativa, llamada Trátame al derecho, además de sensibilizar, también busca ser una herramienta pedagógica para las familias.
“Esta campaña llega en un momento donde necesitamos dejarle saber a todo niño, niña o adolescente en Colombia, que es sujeto de derechos y que eso es importante. Por eso, y pensando también en darles la mano a todos esos padres de familia o cuidadores que deseen aprender, diseñamos un portal web en donde encontrarán todo tipo de cuestionarios, talleres y materiales con los que pueden acercarse a una crianza mucho más positiva”.
A pesar de ser una iniciativa que espera tenga impacto a nivel nacional, tanto el organismo internacional como el ICBF son conscientes de que el verdadero trabajo se encuentra en el territorio y de la mano de las comunidades.
“En Colombia hay territorios que están retrasados 35 años en materia de derechos de la niñez; los mismos que han pasado desde que la primera Convención sobre los Derechos del Niño se realizó. Hemos avanzado, pero sabemos que aún hay mucho camino por recorrer. Sin duda debemos seguir trabajando en más cobertura, y en que nuestra institución esté en capacidad de atender a cualquier persona que sienta que sus derechos están siendo vulnerados”, aseguró Astrid Cáceres, directora del ICBF.
Pese a estos esfuerzos, el reto de implementar iniciativas efectivas en cuanto al derecho de la niñez sigue siendo enorme. Juan Pablo San-Ta, miembro de la mesa de expertos de la Comisión de Infancia y Adolescencia del Congreso, comentó sobre esto que en el país existe una dificultad sistemática, en donde regionalmente las ayudas, por temas burocráticos, muchas veces no llegan a los ciudadanos.
“Muchas veces cuando se habla de llegar a la región, se cree que con el contacto en alcaldías, gobernaciones o secretarías es suficiente. Lo que vemos nosotros es que en estos espacios hay una rotación muy alta de personal, con lo que muchas veces las iniciativas, por buenas que sean, terminan dejándose a un lado muchas veces por desconocimiento”, señaló.
El experto enfatiza en que, para lograr avances significativos y sostenibles en la protección de la niñez, es crucial estandarizar tanto la preparación como los procedimientos en todos los niveles. Según explica, “no se trata solo de conocimientos técnicos, sino también de voluntad. Necesitamos personas realmente comprometidas con las víctimas y su situación”.
Además, resalta la importancia de una convergencia de voluntades sectoriales: política, gubernamental y social. “Las cifras de impunidad han alcanzado el 97 % y 98 %, precisamente porque el proceso no es eficiente. Es fundamental que las instituciones trabajen de manera articulada en todos los ejes: salud, restablecimiento de derechos y justicia.”
Más allá del abuso sexual, que es uno de los aspectos más delicados de la violencia infantil, los esfuerzos de UNICEF buscan una concientización integral. Tanya Chapuisat, representante de Unicef en Colombia aseguró que el maltrato físico, psicológico y verbal dejan huellas igual de críticas en el corazón de un niño.
“Hemos logrado avanzar en asuntos como desnutrición, pobreza y vacunación, pero aún hay frentes en los que les seguimos fallando. Esta campaña busca un cambio de mentalidad y de hábitos de comportamiento. La buena noticia es que cada vez son más los interesados en aprender y creemos que a partir de ese interés se puede fomentar un cambio”, concluyó Chapuisat.