Preocupación en el Valle del Cauca por los hechos de violencia que se vienen registrando diariamente en esa región. El pasado domingo en horas de la mañana, una persona encontró la cabeza decapitada de un hombre al frente de una vivienda en la carrera 7° con calle 11, barrio Porvenir.

Aunque inicialmente no se sabía a quién pertenecía esta parte del cuerpo, las autoridades lograron confirmar que se trataba de un joven de 21 años identificado como Yeisson Soto Gutiérrez.

La cabeza del hombre fue hallada envuelta en una sábana, algo que llamó la atención de la persona que la terminó encontrando y quien luego dio aviso a las autoridades que posteriormente llegaron al sector para realizar el respectivo levantamiento de esa parte superior del cuerpo.

Transcurrieron pocos días y el martes en la mañana, algunas personas reportaron a las autoridades la presencia de un cuerpo a orillas del río Cauca, en la vía que une a los municipios de Tuluá y Riofrío.

Al llegar las autoridades en la zona, en inmediaciones del puente General Santander, confirmaron que el cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y decapitado.

Posteriormente, iniciaron las diligencias de levantamiento y trasladaron el cadáver a la sede del Instituto de Medicina Legal en Tuluá, para que forenses le practicaran la necropsia y establezcan su plena identidad.

En junio del presente año también se conoció otro caso de decapitación en el municipio de Tuluá, Valle del Cauca. La víctima fue identificada como Santiago Ochoa, cuya cabeza fue hallada en una bolsa.

Una de las versiones que circuló en ese momento en las redes sociales era que Ochoa pertenecía a un grupo activo que bloqueaba una calle de ese municipio en el marco del paro nacional, y que horas antes de desaparecer fue capturado por miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad.

Sin embargo, Martha Ochoa, tía de Santiago, negó que el joven perteneciera a una de las llamadas primeras líneas. “Ni él hacía parte de la primera línea, ni tuvo nada que ver con las marchas o bloqueos, ni fue detenido por la Policía o amenazado nunca. Él simplemente trabajaba en una ferretería y salió a la hora del almuerzo y desapareció”, contó la mujer.

Otra versión que se tejió en las redes sociales es que supuestamente fue abordado por uniformados del Esmad y luego de ello no se tuvo más conocimiento de su paradero.

Frente a este último episodio, la Policía en el Valle del Cauca salió a desmentir esta versión e indicó que en la zona donde ocurrieron los hechos hace un mes no hacía presencia el Esmad.

Incluso el ministro de Defensa, Diego Molano, calificó como irresponsables a quienes acusaron al Esmad del crimen. En Vicky en Semana, el ministro Molano indicó que “por eso se hacen las investigaciones por la Inspección la Policía para poder desmentir o validar cualquier hecho (…) Hemos visto mucha noticia falsa donde sacan informaciones y por eso se hace la verificación”.