El pasado miércoles el Teatro Heredia, en Cartagena, se colmó de víctimas provenientes de todos los departamentos del país. El encuentro fue convocado por la Comisión de la Verdad con el propósito de empezar a correr el velo que acalla uno de los fenómenos más siniestros del conflicto armado: la violencia sexual empleada como arma de guerra. Aunque pocos lo sabían, entre el público asistente, compuesto mayoritariamente por las propias víctimas, estaban algunos excombatientes de las Farc, militares y exparamilitares como Fredy Rendón Herrera, más conocido como el Alemán. Unos y otros escucharon los apabullantes relatos. “Las violencias sexuales durante el conflicto armado han sido invisibilizadas y silenciadas. A pesar de las denuncias e investigaciones promovidas por diferentes sectores, se presume que muchos casos se quedaron sin registrar, casos que no solo involucran a miles de mujeres, sino impactaron a lesbianas, gays, bixesuales, transgénero e intersexuales”, explicó el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad al instalar el encuentro. En contexto: El estremecedor relato de Vera Grabe como víctima de violencia sexual Algunas víctimas decidieron contar su testimonio cubriendo su rostro e identidad para evitar la estigmatización y los peligros que aún acechan en sus territorios. Otros decidieron dar la cara y por primera vez contar su sufrimiento tabú. Se escuchó, por ejemplo, a un líder gay que desde la tarima contó que cuando los paramilitares entraron a San Onofre, Sucre, “mi comunidad fue sometida a burlas y atrocidades. Se nos obligó a pelear en ‘rings’ de boxeo como gallos de pelea hasta fallecer. Otros fueron violados”. Una mujer aseguró que guerrilleros de las Farc “me abusaron hasta que se cansaron”. Otro hombre, un campesino, a través de una carta que fue leída en el auditorio, relató que su hija se fue a la guerrilla siendo menor de edad, y que un día lo llamaron con la noticia de que ella había muerto en un combate. Contó que al reclamar su cadáver en la morgue del pueblo le confesaron que la niña solo había sido herida en una pierna cuando cayó en poder del Ejército, y que en realidad había sido violada una y otra vez por sus adversarios hasta acabar con ella. También apareció el relato de una humilde mujer que testificó que trabajaba vendiendo baratijas por la calle con su hija de 11 años. En un descuido la niña fue drogada, secuestrada y violada por un militar gringo y un contratista mexicano que laboraban en la base aérea de Melgar, en Cundinamarca, para el Plan Colombia. La mujer señaló que como consecuencia de eso su hija ha tenido tres intentos de suicidio y que hasta ahora ha sido imposible que los responsables sean siquiera llamados a declarar “por la inmunidad de la que gozan”. Puede leer: Metamorfosis: fotografías de exguerrilleros en busca de la paz Marta Ruiz, integrante de la Comisión de la Verdad, señaló que el encuentro también se realizó en memoria “de las mujeres rom, raizales y palenqueras. Así como de aquellas que murieron y cuyos restos revelan el abuso sufrido”. Efectivamente, en su trabajo de campo la Comisión de la Verdad junto con la JEP, han podido documentar casos en los que los cadáveres evidencian la barbarie de la violencia sexual accionada como arma de guerra. Dentro de los relatos expuestos estuvo también el de Vera Grabe, cofundadora del M-19, excongresita y quien aspiró a la Vicepresidencia en 2002 en llave con Lucho Garzón. Grabe militó en la guerrilla hasta 1990 cuando el ‘eme’ firmó la paz. A través de una carta enviada a la Comisión de la Verdad contó que cuando fue detenida por el Ejército en 1979, fue introducida en un carro con los emblemas de la Cruz Roja, y que la llevaron a la Escuela de Caballería donde sufrió por diez días brutales vejámenes y abusos sexuales. La Comisión de la Verdad está preparando otros encuentros y dentro de las temáticas que abordará están: el asesinato de los niños en la guerra, la lucha de quienes en medio de la barbarie se opusieron a esta, y la diáspora de miles de colombianos que dejaron el país huyendo del conflicto. Los llamados Encuentros por la verdad se darán en distintos lugares del país y su fin esencial es comprender e interiorizar los estragos que ha dejado la guerra, para así encumbrar la necesidad de la reconciliación.