En horas de la tarde de este viernes 3 de mayo de 2024, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) dio a conocer que la alerta amarilla del volcán Puracé, en Cauca, cambia a naranja tras los monitoreos que han venido realizando desde hace varias semanas, donde ha evidenciado cambios que han catalogado como “importantes”.
Y es que, en caso de que llegara a registrarse una erupción, son 26 los municipios en tres departamentos de Colombia los que se verían afectados, incluyendo ríos.
En el departamento del Cauca se encuentran:
- Popayán
- Paispamba
- Timbío
- El Tambo
En el departamento de Huila:
- Pitalito
- Acevedo
- Elías
- Oporapa
- Palestina
- Saladoblanco
- Timaná
- Isnos
- Garzón
- El Agrado
- Gigante
- Guadalupe
- El Pital
- Suaza
- Tarqui
- La Plata
- Iquira
- La Argentina
- Nátaga
- Paicol
- Tesalia
En el departamento de Nariño solo se encuentra:
- Túquerres
Las autoridades recomendaron a las comunidades de estas zonas no acercarse a la zona del cráter, “ya que con el nivel de actividad actual del volcán Puracé se corre un gran riesgo de ser afectado por gases o emisiones de ceniza que puedan ocurrir repentinamente”.
Por su parte, el Servicio Geológico Colombiano entregó detalles de todo el trabajo que vienen realizando desde hace varias semanas.
“Desde el 29 de abril se ha registrado un incremento súbito en la actividad sísmica de este volcán en el número de eventos y en la energía liberada, tanto de sismos asociados al fracturamiento de rocas, como a los asociados con la actividad de fluidos al interior del volcán, lo que fue reportado en dos boletines extraordinarios publicados el 30 de abril y el 2 de mayo de 2024”, explicaron en un comunicado.
De igual manera, dieron a conocer que desde la zona hay emisiones de gases muy fuertes, lo que los tiene en máxima alerta.
“Continúa registrándose el proceso lento de deformación que inició en abril de 2022 entre los volcanes Puracé y Curiquinga. Se sigue observando aumento en la emisión de gases a través de la fumarola lateral al norte del borde del cráter y en el interior del mismo, con altos niveles en la concentración de dióxido de carbono (CO₂) y en el flujo de dióxido de azufre (SO₂)”, detallaron.
Asimismo, dieron a conocer que la actividad del volcán puede disminuir, pero que eso significa que se mantendría en este estado.
“Mientras se mantiene el estado de alerta naranja, es posible que se presenten fluctuaciones temporales en los niveles de actividad del volcán, es decir, que en algunos momentos su actividad puede disminuir con respecto a días o semanas anteriores, pero esto no implica, necesariamente, que el volcán haya retornado a un estado de actividad estable. Para retornar a un estado de alerta menor (amarilla) se requiere un tiempo prudencial en el que se evalúan todos los parámetros monitoreados y se determinan tendencias que puedan indicar una mayor estabilidad”, informaron.
¿Qué pasa en la alerta amarilla?
Según el SGC, el volcán puede presentar aumentos de sismicidad de moderados a altos, que pueden estar asociados a la dinámica de fluidos o a fracturas de rocas al interior del volcán, a la deformación considerable de la superficie, a cambios importantes en los niveles de desgasificación (incremento o disminución drástica en la frecuencia de emisiones de SO₂ u otros gases magmáticos), al aumento de las alturas de la columna de vapor de agua y gases.
Las manifestaciones superficiales que pueden generar algunos de estos fenómenos son:
- Emisiones de ceniza frecuentes (erupciones menores) cuyo volumen no afecta de manera importante el diario vivir.
- Explosiones o incandescencias.
- Anomalías térmicas importantes.
- Ruidos.
- Sismos sentidos.
- Olores fuertes e irritantes en zonas cercanas al volcán.
- Precipitación de azufre elemental en inmediaciones del edificio volcánico.
- Liberación de gases magmáticos de manera relevante que pueden causar la muerte de pequeños animales que estén cerca del volcán.
- Agrietamientos en el terreno.
También se puede presentar el ascenso y destrucción de domos con poco alcance de afectación, proyectiles balísticos, lahares con volúmenes pequeños o corrientes de densidad piroclástica restringidas a la parte proximal del edificio volcánico.