El ejemplo es sencillo. En el hipotético caso en el que se dieran los siguientes resultados este 15 de junio: voto en blanco, 32.000.000, que es el censo electoral; Óscar Iván Zuluaga, 1 voto; Santos 0, ¿Quién sería el próximo presidente de Colombia? No hay duda, el candidato del Centro Democrático por abrumadora mayoría. ¿Por qué? ¿Qué pasó con los millones que se volcaron a las urnas para mostrar su rechazo a las otras dos opciones del tarjetón? Los colombianos elegirán en segunda vuelta con un tarjetón en que aparecerán tres casillas con los nombres de los dos candidatos de carne y hueso: Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga. Una más será para el voto en blanco, que, insisten las autoridades electorales, de llegar a ganar, no anularía la elección ni obligaría a repetir las elecciones con nuevos candidatos como sí estaba establecido en la primera vuelta.A pesar de esto, la idea de votar en blanco caló hondo en las huestes del Polo Democrático y de la Alianza Verde cuyos candidatos quedaron por fuera de la contienda electoral. Pero hay otra razón, el aumento del número de votantes que marcaron esta opción. Este domingo, cuando se votó por presidente en la primera vuelta, 770.610 ciudadanos escogieron el voto en blanco, porcentualmente alcanzó el 5,99 %. Un hecho histórico. El voto en blanco se convirtió en una alternativa para quienes no quieren matricularse en el santismo o el uribismo. Para algunos, escoger esa opción significaría volver a otro gobierno de Álvaro Uribe y acabar con el proceso de paz. Los otros creen que no puede haber otro mandato de Santos que retrocedió en temas de seguridad. Desde la Registraduría se explicó por qué esta opción va a aparecer en el tarjetón. La idea es que los ciudadanos puedan expresar su inconformismo con los candidatos que se disputan la Presidencia. Según el registrador para lo electoral, Alfonso Portela, se quiere que “el ciudadano pueda expresar su rechazo sobre lo que se está ofertando”. Pero en el ámbito jurídico no pasa nada. Dos detalles hacen aún más ambigua esta opción. En este momento ninguna organización impulsa el voto en blanco ya que no reunieron los requisitos, la otra como ya se dijo, es que si el voto blanco llegara a ganar el 15 de junio, el candidato que tenga la segunda votación es quien quedaría de presidente.Posturas La idea de que el uribismo retome el poder o que el santismo se mantenga en el mismo ha puesto a muchos a pensar en tomar una tercera vía. El senador del Polo Jorge Robledo quiere que en el Comité Ejecutivo de su partido discuta este jueves la propuesta y otras alternativas, incluso la abstención. Según el congresista, los dos candidatos, Santos y Zuluaga, no se diferencian y cree que al país le llegó la “horrible noche”. Para él, no hay diferencias ni siquiera en la posibilidad de que se acabe el proceso de paz con las FARC. Esto en contravía de las declaraciones de Santos, que dice que lo sacará adelante porque, de hecho, ya lleva más del 60 % de proceso adelantado; y de Zuluaga, que promete acabar con ese “cartel del narcotráfico”.“No estoy llamando a votar en blanco, eso hay que discutirlo (…) lo cierto es que no estoy de acuerdo que se quiera violentar la conciencia de los ciudadanos, es un derecho democrático electoral”, dijo Robledo. Para el congresista, la idea de que se quiera matricular a los colombianos en una de las dos campañas viola los principios y las convicciones de los votantes. En una reunión de la Alianza Verde la opción también se discutió. Para los promotores de esa iniciativa se buscaba dar un mensaje político de que “no nos interpretan ni Santos ni Zuluaga”, dijo uno de los que promovieron esa iniciativa. Al final de la reunión, el excandidato Enrique Peñalosa dejó en libertad a sus electores. El voto en blanco es una alternativa, pero para esta elección, no pasará de ser un símbolo.