Dicen que lo que animó a los constituyentes de 1991 a incluir el voto en blanco en la Constitución fue que, en algunas regiones, principalmente, se presentaba un solo candidato que a la fuerza se hacía elegir en un cargo de elección popular.
Por eso, por ley, todas las elecciones tienen esa casilla ubicada al final de la baraja para que, quienes no estén de acuerdo con las opciones, puedan dar a conocer su inconformidad.
Según la ley, en caso de que gane el voto en blanco “deberá repetirse, por una sola vez, la votación para elegir miembros de una corporación pública”, ya sea gobernador, alcalde o primera vuelta de elecciones presidenciales. El voto en blanco gana cuando el total de votos válidos “constituye la mayoría”. En ese caso, se repite la elección y no se pueden presentar los mismos candidatos.
Esto ya sucedió una vez en Bello, Antioquia. El candidato Germán Londoño era el único en el tarjetón y solamente compartía espacio con el voto en blanco. A la hora del escrutinio, Londoño perdía. Había logrado únicamente 46.465 votos contra 60.818 del voto en blanco. Adicionalmente, la población había marcado 3.793 papeletas nulas y 13.821 no habían sido marcadas. Con 124.897 votos en contra, las elecciones tuvieron que repetirse.
Sin embargo, el voto en blanco para la segunda vuelta no tiene ningún efecto jurídico, tal y como lo indica la Constitución. Según el director del observatorio de procesos electorales de la Universidad del Rosario, Yann Basset, si se aplicaran los efectos jurídicos del voto en blanco en la segunda vuelta, esto iría contra el mensaje que quedó expresado en las urnas en la primera vuelta.
“En la primera vuelta el pueblo decide cuáles son los dos candidatos que van a jugar en la segunda vuelta, y si en la segunda vuelta el pueblo decide que no puede elegir entre esos dos, sería contradictorio con el mensaje de primera vuelta. Lo que nos llevaría a una especie de impase y elecciones sin fin”, dice el experto.
Otra posibilidad, según indica, es que los perdedores utilicen el voto en blanco para atacar a las dos opciones que lograron el triunfo, lo que volvería las elecciones un proceso inoperante. Así las cosas, “se contabiliza como voto válido, simplemente está ahí, pero no tiene los efectos de victoria. El candidato con más votos es el que gana”.
Pese a que en este momento no se tenga ningún efecto jurídico, al parecer una parte de la opinión pública está decantándose por el voto en blanco, tal vez para rehuir de la polarización que ha generado el proceso electoral actual.
Así lo indica Juan Carlos Ruiz Vásquez, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario: “Yo creo que el voto en blanco está creciendo, aparentemente va a ser importante, pero en Colombia no ha sido superior al 5 % en el mejor de los casos, puede ser que aumente en esta segunda vuelta”.
En la elección del pasado 29 de mayo, por ejemplo, se registraron 366.623 votos en blanco, es decir que solo el 1,73 % del total de votos marcaron esta opción. Si a esos se les suma los 29.715 no marcados y los 242.629 nulos, habría un total de 638.967 personas que en la elección presidencial de primera vuelta no estuvieron conformes con las opciones presentadas.
Las encuestas indican que el voto en blanco esta vez podría alcanzar el 3 % del umbral electoral, es decir, que, si salieran los mismos 21.146.287 colombianos a las urnas, cerca de 630 mil votarían en blanco.
Los resultados de elecciones pasadas muestran que el voto en blanco siempre se ha mantenido en los mismos niveles. Por ejemplo, para la primera vuelta presidencial del 2018 esta opción fue marcada por 338.581 colombianos y para la segunda, cerca de 807.924 adhirieron a esta opción.
Cabe anotar que el voto en blanco no existe en todos los países. La misma Registraduría indica que “en muchos países no existe la opción de voto en blanco y los ciudadanos que no desean votar por ningún candidato simplemente dejan de marcar la tarjeta. En Colombia, los votos en blanco son votos válidos, a diferencia de las tarjetas no marcadas y los votos nulos”.
Basset indica que el fenómeno de reconocer este tipo de voto con unos efectos jurídicos de anulación de la elección se da en muy pocos países. “En Colombia se toma el voto en blanco muy en serio. Me parece que en Colombia se pone mucho cuidado al mecanismo por razones históricas”, consideró.
Fajardo y Robledo, nuevamente con el voto en blanco
Ciertos sectores, tanto de la derecha como de la izquierda, se han referido al voto en blanco. Según dicen, recurrir a él implica votar por el candidato contradictor. La tensión es evidente, ya que personajes que participaron en la pasada elección presidencial, como Sergio Fajardo y Jorge Robledo, anunciaron nuevamente que apoyarán esta alternativa.
A través de un comunicado, Fajardo anunció su intención de votar en blanco pues, según dice, está convencido de que, a pesar de la derrota electoral, es lo que necesita Colombia.
“Votar en blanco hoy significa asumir el compromiso para seguir defendiendo nuestras ideas y aportar nuestras propuestas en el periodo tan complejo y difícil que viene a continuación para Colombia. Lo que vemos hoy en la campaña es premonitorio de lo que nos espera”, dice.
Agrega que su voto en blanco “es, en consecuencia, una posición política, crítica e independiente, que en el marco de la democracia y desde una posición hoy minoritaria, reclama el valor de unos principios básicos, y destaca la importancia de la decencia, la transparencia y la seriedad en la acción política. Estoy convencido de que muy pronto el tiempo nos dará la razón. El camino es largo, y la verdad y la decencia siempre salen adelante, aunque a veces se demoren”.
A su turno, Jorge Enrique Robledo indica que siente incertidumbre por las acciones que tomará el nuevo gobierno, en cabeza de quien esté. “Los análisis que hago no me dan ninguna certeza con ningún gobierno. Como tengo mis desacuerdos digo: tengo derecho a votar en blanco, no es una canallada contra nadie, no es un crimen, mienten los que ponen las cosas así”, explicó.
Sin embargo, miembros del uribismo han criticado esta posición. Por poner un ejemplo, la representante Margarita Restrepo, desde su cuenta de Twitter, aseguró, aprovechando la coyuntura del pasado jueves, que “después de los escandalosos videos del Pacto queda claro que votar en blanco NO ES UNA OPCIÓN. Votar en blanco es entregarle la presidencia a un pacto criminal”.
El voto en blanco puede decidir el ‘votofinish’
Basset indica que “lo más probable es que aumente el voto en blanco un poco en la segunda vuelta. Porque en esta campaña, según indican las encuestas, hay un número muy alto de indecisos, además porque ambos candidatos generan ciertas resistencias, por razones distintas y, por lo tanto, hay gente que no quiere elegir entre esos dos y que se puede inclinar por el voto en blanco”.
Sin embargo, advierte, es poco probable que llegue a los niveles que anuncian algunas encuestadoras, es decir, al 8 % o al 10 %. “No es un nivel muy realista, pues en ninguna elección presidencial hemos llegado a esos niveles. Lo más probable es que los indecisos o se decanten por un candidato o simplemente no asistan a votar, también porque el voto en blanco no tiene efectos jurídicos en la segunda vuelta”, argumentó.
Por otro lado, Ruiz Vásquez opina que esta opción está creciendo, pero advierte que en Colombia nunca ha sido superior al 5 %, en el mejor de los casos.
“El miedo es que algunos sectores de derecha pensaban que los 5 millones de votos que había obtenido Federico Gutiérrez iban a pasar a Rodolfo Hernández, pero se está viendo que algunas de las personas que votaron por el primero no van a votar por el segundo y tampoco van a inclinarse por Gustavo Petro. Yo creo que, dadas las condiciones actuales, buena parte de ese electorado se va a decantar por Hernández, pero una tajada se la llevará el voto en blanco”, asegura.
Según dice, debido a que en la elección prácticamente hay un empate, “el hecho de que muchas personas voten en blanco va a hacer más difícil la definición final. Entonces, perder cualquier voto para cualquiera de los dos candidatos es muy difícil. Los videos revelados por SEMANA pueden erosionar una parte del caudal electoral de Petro y hacer mella, llevándolos para la casilla en blanco o para la candidatura de Hernández”.
Lo cierto es que, a nueve días de la elección presidencial, las dos opciones a la Presidencia de la República ven cómo el voto en blanco les puede robar votos decisivos para alcanzar la victoria en la segunda vuelta.
Igual, pase lo que pase, el voto en blanco en esta elección solo puede ser un grito inconforme para una elección que debe proclamar al siguiente Presidente de la República de Colombia.