VICKY DÁVILA: ¿Usted quién es? ¿De dónde salió?
RODOLFO HERNÁNDEZ: Soy piedecuestano de pura cepa. Es un pueblito que queda a 20 kilómetros de Bucaramanga. Ahí mi papá y mi mamá, campesinos muy pobres, nos criaron. No nos faltó nada, pero tampoco nos sobraba. Estudié en una escuela pública, siempre quise ser ingeniero y me tocó irme a Bogotá a la Universidad Nacional a estudiar Ingeniería Civil. Me ha ido, como dicen las señoras, regio. Son 51 años de lucha en las calles, como les ha tocado seguramente a usted y a muchos colombianos, Vicky, en las calles, al sol y al agua.
V.D.: ¿Soy atrevida si le pregunto a cuánto asciende su fortuna?
R.H.: No, porque eso es público. Le digo de frente: 100 millones de dólares.
V.D.: ¿Cómo hizo para amasar una fortuna tan grande?
R.H.: En 1994 juré no volver al banco. No porque fuera malo ni bueno, sino porque me puse a hacer cuentas de cuánto pagaba de intereses por la financiación de los proyectos de vivienda. Resolví hacer un plan para cancelar todo y trabajar con capital propio. Para tener ese éxito tuve que ser muy parco en los gastos. Uno no se quiebra de vivir bien, sino de hacer negocios pendejos. Me he dedicado a hacerles viviendas a los pobres, de alta calidad, alto diseño y al precio justo. Ahora tengo la capacidad de financiarles hasta 20 años a mis compradores. Más barato que cualquier banco en Colombia, al 0,75 mes vencido de tasa de financiamiento. No les pido papeles, lo único que pido es la cédula de ciudadanía, porque hay que presentarla en la notaría para poder firmarles las escrituras.
V.D.: ¿Pero la gente sí paga?
R.H.: La cifra de mora no alcanza el 0,2 por ciento.
V.D.: ¡No diga!
R.H.: ¡Nada!
V.D.: O sea que usted es como un ‘Rodolfo banco’, usted es su propio banco.
R.H.: Sí, sí.
V.D.: ¿Por qué no le gustan los bancos?
R.H.: No es que no me gusten. A mí me ayudaron todos los bancos, pero me puse a hacer cuentas sobre qué era mejor: financiar yo mismo y tratar a mis clientes, o tirarles el problema de las hipotecas de largo plazo a un tercero y crecer y crecer y crecer y crecer. Eso me parecía totalmente absurdo. Creemos que tenemos un crecimiento un poquitico por encima de la inflación, financiamos nuestros propios proyectos, pagamos los impuestos, 20 millones de pesos diarios, incluyendo sábado, domingo y días de fiesta, 24 de diciembre y todo eso. Fuera del predial y de industria y comercio.
V.D.: ¿Usted paga 20 millones de pesos diarios en impuestos?
R.H.: Sí, eso da 7.000 millones de pesos.
V.D.: Si usted fuera presidente de Colombia, ¿trasladaría ese modelo a la presidencia?
R.H.: Parece que usted fuera adivina. Lo estamos estudiando y vamos a ver cómo lo podemos fondear. El banco ya está, se llama el Banco Agrario. Lo que pasa es que no tiene los fondos necesarios para ese esfuerzo de prestarles de largo plazo a todos los colombianos. ¿Qué voy a hacer? El Estado, por quebrado que esté, siempre tiene 100 billones de pesos a la vista. Los tienen los bancos privados. Está bien que los tengan, pero los bancos le pagan al Estado por el fondeo más o menos el 1 por ciento efectivo anual. Entonces no voy a pasar los 100 billones de pesos de un totazo. En la medida en que hagamos los diferentes programas de apoyo a la ciudadanía en agro y vivienda, vamos sacando plata de la que tiene el Estado y pasándola al Banco Agrario. Y que este le pague al Estado lo que le pagan los bancos privados. Así se le puede prestar a la gente al 5 o 6 por ciento efectivo anual. No al 20 o al 30 por ciento. No se puede seguir con eso.
V.D.: Los banqueros se van a poner bravos porque, si usted fuera presidente, les dañaría el negocio...
R.H.: Que se pongan bravos. Es que no me voy a meter con el negocio. Ellos pueden seguir prestando como quieran, porque de todas maneras la plata del Banco Agrario es finita. Si hay público que les paga las tasas que ellos exigen, pues que les paguen. Pero nosotros, para un segmento de la población más pobre y los agricultores, tendremos tasas bien bajas. La idea es que capitalicen, tengan platica, puedan tener sus hijos estudiando en universidades privadas y hasta educarlos en el exterior.
V.D.: Contésteme de forma puntual: ¿los bancos han abusado de los colombianos?
R.H.: Yo creo que sí.
V.D.: Cambiemos de tema. ¿Por qué le dio un no rotundo a la posibilidad de aliarse con Gustavo Petro?
R.H.: Porque voy a ganar en primera vuelta. Así usted no me crea, le voy a ganar en primera vuelta.
V.D.: Pero usted no va punteando en las encuestas como Petro. ¿Cómo pretende ganarle?
R.H.: La única coalición que voy a hacer es con el pueblo colombiano. Ni con Petro, ni Uribe, ni Fico, ni con ninguno de ellos. Remontémonos a cuando estuve como candidato a la Alcaldía de Bucaramanga. Nadie daba ni diez centavos por mí y les gané a todos, a la maquinaria más corrompida y perversa de la politiquería colombiana. Luego sacamos al 90 por ciento de los politiqueros ladrones del Concejo Municipal. Fue milagroso lo que hicimos.
V.D.: ¿Petro lo ha buscado mucho?
R.H.: La verdad hemos compartido un almuercito cinco veces.
V.D.: ¿Y qué le dijo?
R.H.: Me decía: “Usted y yo somos invencibles”.
V.D.: ¿Pero ahí quién era el presidente y quién el vicepresidente?
R.H.: Pues nunca se habló de eso, pero me imagino...
V.D.: Que usted era el vicepresidente...
R.H.: Claro, me imagino; él quería eso. Pero a mí no me interesa. La coalición mía es con el pueblo colombiano.
V.D.: ¿Usted cree que podría ser mejor presidente que Petro?
R.H.: En lo que es el manejo administrativo de la plata, yo creo que sí.
V.D.: ¿Cómo ha logrado ese éxito en las encuestas? Usted aparece en empate técnico por el segundo lugar en la intención de voto a la presidencia.
R.H.: Facilísimo: diciéndole siempre la verdad a la gente, siendo auténtico. No hay que decir mentiras, ni verdades a medias, ni declaraciones calculadas. La gente percibe eso. El pueblo es muy inteligente y, cuando me ve totalmente auténtico, dice: “Ese es el que necesitamos”. Yo voy a enfrentar a toda esa mafia politiquera que compra votos con la plata que les roban a los colombianos. Los voy a enfrentar democráticamente.
V.D.: Pero, perdóneme, cualquiera que lea esta entrevista puede decir: Rodolfo Hernández dice que todos los otros candidatos presidenciales compran votos...
R.H.: Pues casi todos, eso lo sabe todo el mundo.
V.D.: ¿Quiénes?
R.H.: Aquí en Bucaramanga todos los politiqueros; los Aguilar, por ejemplo, Mauricio, este que está ahorita preso, Richard. Son unos bandidos de cuello blanco bien bravos.
V.D.: Pero le estoy preguntando por sus rivales a la presidencia. ¿Hay alguno que compre votos?
R.H.: Eso sí pregúntele a César Gaviria y verá.
V.D.: ¿Por qué lo dice?
R.H.: Porque toda la vida los políticos de todos los partidos, pero especialmente del Partido Liberal, compraron votos. Eso es vox populi y eso lo hacen en Bogotá, en Valledupar, en Bucaramanga, en todos los sitios.
V.D.: ¿Eso se lo sostiene usted hoy a César Gaviria?
R.H.: Claro. La política nuestra no es para enriquecerse, es para servirle al pueblo colombiano, a la gente que nos eligió. Esa es la vocación de la política.
V.D.: Cuando dice que no es para enriquecerse, ¿está hablando de César Gaviria?
R.H.: De todos. Hay gente buena, como todo en la vida, hay otros que se venden, como todo...
V.D.: ¿No le gusta entonces el Partido Liberal?
R.H.: No, y soy independiente total. Voy a ganar en primera vuelta, sigo por ese camino y de ahí no me van a sacar. Si me pongo a hacer alianzas y gano la presidencia quedo es de presidente de ese comité que me pone, que me apoya, que me financia, y yo quiero ser es el presidente de los colombianos. Si hacemos una buena presidencia, organizamos la caja, a los ricos y pobres les va a ir muy bien, sobre todo a los de abajo. Tenemos que ayudarles, sacarlos de esa situación de miseria, de pobreza, de traición, de mentira que históricamente han instalado estos politiqueros y mire cómo nos tienen, 22 millones de colombianos aguantando hambre, Vicky, cómo así...
V.D.: Pero Petro dice que él es el que va a sacar a la gente de la pobreza en Colombia...
R.H.: Él puede decir todo lo que quiera.
V.D.: Petro dice que concentrará la carga de impuestos en 4.000 personas en el país. ¿Está de acuerdo?
R.H.: No, no estoy de acuerdo con eso.
V.D.: ¿Por qué?
R.H.: Eso es acabar con el sector productivo. ¿Para qué les vamos a quitar a unos dueños de unas industrias? El rico no tiene la plata en el bolsillo, tiene activos depreciables, algunos fijos, que producen bienes y servicios. Si usted les quita a esas 4.000 personas, pues acabamos con las fuentes de pago de la Dian. Eso no se puede.
V.D.: Petro también propone acabar con la industria petrolera. ¿Qué piensa?
R.H.: Eso es carreta. Eso se puede hacer a largo plazo, hablo de más de 20 años.
V.D.: Él también acaba de proponer que se deben bajar todos los arriendos. Usted, que conoce el sector, ¿cree que eso se puede hacer?
R.H.: No, eso es acabar con el capitalismo. Lo que tenemos es que aumentar la oferta para regular el precio. Tener precios cuidados es peor, eso distorsiona y en sistemas capitalistas libres no funcionan.
V.D.: Otra idea de Petro es que el Banco de la República emita billetes…
R.H.: Tampoco, porque eso genera inflación. Entonces que nos regale el doctor Petro una fotocopiadora a cada colombiano y nos ponemos a hacer billetes y a circular con eso. El exceso del circulante aumenta los consumos y, si no hay oferta, entonces los precios suben y los que más se van a joder con eso son los pobres. Yo no sé cómo van a pensar los pobres en las próximas elecciones, porque si ellos se ponen de acuerdo ponen al presidente de la república.
V.D.: ¿Y qué opina de “comprarles” las fincas a Uribe, como propone Petro?
R.H.: No estoy de acuerdo.
V.D.: ¿Por qué?
R.H.: Él tiene derecho a tener su finca, él la compró, la trabajó, la tiene. Yo no estoy de acuerdo con eso.
V.D.: Y para cerrar esas propuestas polémicas de Petro: él le dijo a El País de España que estaba de acuerdo con judicializar a Iván Duque por delitos de lesa humanidad. ¿Cómo le parece?
R.H.: No estoy de acuerdo.
V.D.: ¿Por qué?
R.H.: Pues que a Duque le caigan todas las demandas que quieran y que la justicia opere, tanto la internacional como la interna, pero eso de ponerse uno a amenazar al presidente… Usted lo puede criticar, yo lo critico, pero atreverme a decir que lo vamos a meter a la cárcel me parece gravísimo.
V.D.: ¿Eso es anunciar una persecución política y judicial?
R.H.: No me parece que un candidato a la presidencia deba estar amenazando a su antecesor.
V.D.: A propósito, ¿cuál es su diagnóstico del Gobierno Duque?
R.H.: Independientemente de la buena voluntad, no tenía experiencia. Él fue elegido por un comité: el Partido Liberal y su jefe César Gaviria, que acabó con esa vaina; el Partido Conservador, Cambio Radical, Centro Democrático y La U. Ellos son el comité. Él es el presidente de ese comité y mire cómo tiene a Colombia, aguantando hambre. ¿Usted sabe, Vicky, cuánto se tira el presidente de la república a diario en el Departamento Administrativo de la Presidencia, que lo dirigía el doctor Diego Molano? 4.350 millones de pesos al día, sábados y domingos también. Si usted multiplica eso por 365 días, da 1,6 billones de pesos para atender al presidente. Tiene seis aviones, cuatro helicópteros, 58 carros, 38 cocineros, una casa en Cartagena que gasta hasta 200 millones de pesos de mercado al mes. Eso es una locura.
V.D.: ¿Usted suprimiría algo si llega a la presidencia?
R.H.: Todo eso...
V.D.: ¿Qué haría con los aviones de los que usted habla?
R.H.: Dejo uno, y por ahí de 20 puestos para que no se pegue tanto lagarto y tanto lambón.
V.D.: ¿Y los cocineros?
R.H.: Los invitamos a un retiro voluntario con indemnización y dejamos dos o tres.
V.D.: ¿Qué haría con la casa de Cartagena y el mercado?
R.H.: Yo les pediría permiso al Congreso y a todos los colombianos para venderle eso a un hotel internacional, esa casa pa’ qué. El presidente puede quedarse en Cartagena en muy buenos hoteles y son carísimos, que valga un millón la noche contra 200 millones de pesos mensuales.
V.D.: ¿Qué haría con los carros?
R.H.: Vender todo eso, ¿para qué tantos carros? Está bien que el presidente tenga dos, tres, que llegó una visita internacional; yo me puedo ir en taxi, yo aquí en la alcaldía andaba en taxi.
V.D.: ¿Pero usted cree que la seguridad de Colombia da para que el presidente se transporte en un taxi?
R.H.: Cuando al presidente todo el mundo lo quiere, lo cuidan...
V.D.: ¿Usted viviría en la Casa de Nariño?
R.H.: No, ya compré el apartamento.
V.D.: ¿Dónde lo compró?
R.H.: En la calle 93.
V.D.: ¿Buen lugar, no? Norte de Bogotá.
R.H.: Sí, en el norte de Bogotá.
V.D.: ¿Y cuántos metros?
R.H.: 270.
V. D.: ¿Y la Casa de Nariño?
R.H.: Dejo una piecita y me acuesto un rato cuando esté recontracansado. La Casa de Nariño la convertimos en un museo de arte contemporáneo, arte moderno y una sala de arte itinerante de nivel internacional. Eso es lo que vamos a hacer. Abrimos a las 10:00 a. m. y cerramos a las 4:00 p. m.
V.D.: ¿Y acaba algún ministerio?
R.H.: No, los ministerios se quedan ahí. Pero las consejerías desaparecen. Vamos a acabar con todas esas consejerías, vamos a ponerles oficio a los ministros.¿Sabe cuánto valen las consejerías, Vicky? 1.500 millones de pesos diarios.
V.D.: Hablemos de otros candidatos. ¿Cómo ve a Alejandro Gaviria?
R.H.: A mí no me interesa el doctor Gaviria. Él es un hombre bueno, un intelectual, estaba de rector de la Universidad de los Andes, pues toca que le pregunte a él...
V.D.: No, le estoy preguntando a usted. ¿Le gusta Alejandro Gaviria como candidato?
R.H.: No, el que me gusta es Rodolfo Hernández.
V.D.: ¿Usted cree que el exrector es el candidato de César Gaviria y del Partido Liberal?
R.H.: Primero dijo que sí, luego dijo que no, luego que quién sabe. Después que sí entraba a la coalición, luego que no. Después dijo que Carrasquilla era muy bueno, luego dijo que no, y que había dicho que era bueno porque él no había dormido bien, que iba a corregir eso porque era producto del insomnio...
V.D.: ¿Muy indeciso Alejandro Gaviria?
R.H.: Sí, algo indeciso. Esas son personalidades. No es la manera de comunicarme con la ciudadanía y el pueblo colombiano.
V.D.: ¿Cuántas firmas ha recogido hasta ahora?
R.H.: Las entrego el 17 de noviembre. Estamos llegando a 1.400.000 firmas.
V.D.: ¿En serio?
R.H.: Sí.
V.D.: Me está dando una noticia...
R.H.: El primer candidato que recoge firmas y que las va a radicar en la Registraduría se llama Rodolfo Hernández, representando a la Liga de Gobernantes Anticorrupción. Nosotros ya hicimos el control de validación de las firmas. Les será muy difícil en la Registraduría anularme las firmas, yo no sé cómo irán a hacer.
V.D.: ¿En qué concepto tiene usted a Sergio Fajardo?
R.H.: Es un candidato que ya estuvo la vez pasada. Hoy está en la Coalición de la Esperanza y van a hacer una consulta. Eso es corrupción.
V.D.: ¿Por qué corrupción?
R.H.: Van a engañar a los colombianos. ¿Qué es esa consulta? Es el 13 de marzo y ahí participan todos los parlamentarios, y el 70 por ciento de los parlamentarios compra votos. Esa coalición, como la que hizo Petro la vez pasada, con Carlos Caicedo y ahora con Francia Márquez, es una burla. Lo hacen para sacar plata. Cada voto de la consulta lo pagan a 6.000 pesos.
V.D.: ¿O sea que usted no va a consulta con nadie?
R.H.: Yo no voy a ninguna consulta. La consulta la hago en la primera vuelta con el pueblo colombiano.
V.D.: Ahora hay un mito y es que el que no va a una consulta se queda atrás.
R.H.: Eso es paja, porque entonces yo no estaría hoy en el podium.
V.D.: No me dijo nada de Sergio Fajardo…
R.H.: También he participado en reuniones con el doctor Fajardo. Me ha hecho una invitación cordial para que participe en la Coalición de la Esperanza, y yo no le jalo a eso. Estoy seguro de que los voy a arrasar en la primera vuelta.
V.D.: ¿Algo sobre Federico Gutiérrez?
R.H.: No he hablado con él.
V.D.: ¿Juan Manuel Galán?
R.H.: Él es paisano mío, pero le quiero decir, Vicky, ¿sabe cuántos votos tenía el doctor Luis Carlos Galán?
V.D.: Dígame.
R.H.: 3.000.000. ¿Sabe cuántos votos pone aquí para Senado el doctor Juan Manuel Galán? 50.000.
V.D.: ¿O sea que usted cree que Juan Manuel Galán no tiene votos para ganar la presidencia?
R.H.: No. Mire, un hombre tan potente, internacional, la marca Galán es un Porsche, un Ferrari. El papá tenía 3.000.000 de votos y ellos se han encargado de volverlos 50.000.
V.D.: Le pregunto por María Fernanda Cabal y Óscar Iván Zuluaga.
R.H.: ¿Qué quiere que le diga?
V.D.: Dígame usted lo que quiera, ¿cómo los ve?
R.H.: Ellos están haciendo una consulta interna, entre el doctor Zuluaga, María Fernanda, Paloma, el doctor Nieto Loaiza y yo no sé, uno de sombrero por allá que era gobernador de los Llanos Orientales y un departamento de esos. Pues tienen derecho a hacer las elecciones internas para presentar a un solo candidato, lo único que sé es que yo les voy a ganar a todos.
V.D.: No me lo vaya a tomar a mal, pero cualquiera que vea esta entrevista puede decir que se chifló Rodolfo Hernández…
R.H.: Bueno, pues cada uno tiene derecho a opinar lo que quiera. Dicen que soy un viejito que no sé administrar, que soy un viejo loco, sabroso, pero les voy a ganar el 29 de mayo.
V.D.: Hablemos de Germán Vargas Lleras.
R.H.: Es que Germán como que no va a participar en eso...
V.D.: ¿Cree que tendría chance?
R.H.: En las elecciones de la vez pasada no sacó en votos ni las casas que entregó gratis, una locura, ¿sabe por qué no le votaron?
V.D.: ¿Por qué?
R.H: Aunque lo hizo de buena fe, no lo calculó y puso a vivir a los pobres bien lejos y en casas bien chiquiticas.
V.D.: ¿Y entonces la gente se resintió?
R.H.: Quedaron, como decimos aquí en Santander, arrechos…
V.D.: ¿O sea, salió a deber Germán Vargas Lleras?
R.H.: Sí, la gente no entendió eso y se volvió más pobre. Eso es una locura lo que hicieron. Unos vendieron las casas a mitad de precio, otros las arrendaron, otros se devolvieron para el sitio donde estaban inicialmente. No sé cuántos billones de pesos se tiraron, como seis o siete. Y por falta de un enfoque real se tiraron la plata y a lo último ocurrió el desastre electoral. 1.400.000 votos no es nada para 30 años de carrera política.
V.D.: ¿Cuántos años tiene usted?
R.H.: 76.
V.D.: ¿Se siente viejo o no?
R.H.: Vieja la cédula.
V.D.: ¿Se siente usted con vigor?
R.H.: Míreme lo sabroso, dijo mi mamá.
V.D.: (Risas) ¿Le puedo preguntar una cosa abusando de la confianza? ¿Tiene alguna enfermedad?
R.H.: Nada, nada, agua pura.
V.D.: ¿Cómo así? ¿O sea que no tiene ni azúcar ni tensión alta, ni nada?
R.H.: Estoy como un roble. Hago una hora de ejercicio. Corro cuatro kilómetros a siete kilómetros por hora todos los días. Y el resto es estiramiento, abdominales, pecho, bíceps tríceps, piernas…
V.D.: ¿En qué van las investigaciones en su contra por el escándalo de Vitalogic?
R.H.: Salí con 200 investigaciones entre Fiscalía, Procuraduría y Contraloría. Me quedan 38. Ahorita en noviembre me van a llamar, yo no sé cómo se llama eso. Lo de Vitalogic terminó en que era interés indebido de contratos en favor de terceros. ¿Eso qué es? Que yo violé el Código Penal, me volví un sinvergüenza y un atracador para favorecer a un tercero que yo no conocía para que él se ganará 30 millones de pesos en un contrato de 360 millones. Yo le digo a la fiscal: ¿usted tiene pruebas de que yo me robé 30 millones de pesos y que yo favorecí a un contratista? Dijo no, no tengo pruebas.
V.D.: Usted está llamado a juicio...
R.H.: Bueno, que me llamen a todos los juicios que quieran. No me robé un peso; al contrario, regalé todo lo que me gané. El que nada debe, nada teme.
V.D.: Usted regalaba su salario como alcalde de Bucaramanga. ¿Haría lo mismo como presidente?
R.H.: Sí, gracias a Dios esa platica se la puedo dedicar a financiar a tres o cuatro muchachos pilos de Colombia y que ojalá fueran de los departamentos más pobres, y uno de Santander, para mandarlos a estudiar a Europa y Australia.
V.D.: Uno de sus hijos salió salpicado por el escándalo de Vitalogic. ¿Cuál sería el papel de él en el Gobierno si usted es elegido como presidente?
R.H.: Esa pregunta es buenísima. Al que van a elegir es a Rodolfo Hernández. Por lo tanto, concretado ese hecho, mi familia no tiene ningún poder allá. Es más, después de la posesión voy a mandar una circular a todas las dependencias del Estado, a los ministros, a los directores de los departamentos, que ni mi esposa, ni mis hijos, ni mi mamá, ni nadie de mi familia puede intervenir en el funcionamiento del Estado.
V.D.: ¿Y usted ya le dijo eso a su hijo específicamente?
R.H.: A todos, y a ese hijo le hice énfasis.
V.D.: ¿Qué pasó con sus listas al Congreso?
R.H.: Casi me dan en la jeta, como dicen…
V.D.: ¿Cómo así?
R.H.: Todos los que estaban queriendo entrar en la lista no tienen votos de opinión, no ponen la plata y fuera de eso no trabajan. Y querían que yo pusiera la plata, todo, les dije que yo no iba a financiar a nadie. Para quitarme ese sirirí de encima dije “no hacemos listas al Congreso”. Me amenazaron con que me iban a dar en la jeta, que me iban a pegar, que yo era un corrupto, y cancelamos ese tema.
V.D.: ¿Es cierto que usted estaba aliándose con gente de baja reputación política en Santander? Hablan de Mario Camacho Prada y el Pote Gómez...
R.H.: Es que yo soy amigo de ellos, de todos los políticos de Bucaramanga, fui compañero de Horacio Serpa, a mí me resbala negar que los conozco, todos vienen a la oficina, todos, Norberto Morales Ballesteros también venía, todos.
V.D.: Usted le pegó a un concejal y en una llamada amenazó a otra persona de “meterle un tiro”. ¿Lo volvería a hacer?
R.H.: No, nunca. Eso me sirvió de experiencia. El que no aprende del error no es inteligente.
V.D.: ¿Pero reconoce que es impulsivo?
R.H.: Lo era...
V.D.: ¿Ya se calmó?
R.H.: Usted que me pregunta tanto, Vicky, ¿es impulsiva?
V.D.: Yo soy bravita, pero no doy cachetadas, ni amenazo a nadie.
R.H.: Eso está bien, todos la queremos como es...
V.D.: (Risas) Gracias. Y para cerrar esas preguntas malucas, algunos dicen que uno es el Rodolfo que sale en las entrevistas y otro el verdadero, que usted tiene una careta.
R.H.: Pura pajarilla.
V.D. Si usted fuera presidente, ¿restablecería las relaciones con Nicolás Maduro?
R.H.: Sí, sí, sí. ¿Por qué? ¿Cuántos colombianos hay allá que están sufriendo? ¿Ellos qué culpa tienen de la mala relación de los gobiernos? Tenemos que atender a esa gente. Ahora dicen que en Venezuela no pagan por las exportaciones. Bueno, ¿por qué no les pedimos los pagos anticipados con cartas de crédito irrevocables contra documento de embarque?
V.D.: Algunos candidatos presidenciales se niegan a decirle dictador a Nicolás Maduro. ¿Para usted lo es o no?
R.H.: Sí, pero eso no quiere decir que vamos a cortar y abandonar a los colombianos.
V.D.: Maduro tiene un indictment por narcotráfico en Estados Unidos y ahora la Corte Penal Internacional le acaba de abrir una investigación a su Gobierno. ¿Eso le importaría?
R.H.: Pues que le hagan un proceso, lo condenen y lo extraditen.
V.D.: Si como presidente restableciera las relaciones con Maduro, ¿cómo haría para que no proteja más a Iván Márquez, el Paisa, Romaña, al ELN y todos sus secuaces?
R.H.: Yo no tengo esa experiencia, tocaría mirar. Me toca apelar a los expertos para que me digan qué es lo qué hay que hacer y aplicar esos controles. Para que Venezuela no sirva de guarida para toda esa gente. Soy ingeniero civil, no tengo esa experiencia diplomática. Nadie es universal en el conocimiento.
V.D.: En un Gobierno suyo, ¿insistiría en que Cuba extradite a la cúpula del ELN?
R.H.: Mi papá fue secuestrado por las Farc, estuvo 135 días retenido en el cerro La Aurora. Luego, en 2014, escuchen colombianos, secuestraron a mi hija, y después de 17 años acabamos de declarar la muerte por desaparición. Fue secuestrada por el ELN en Ocaña y la mataron. Son dos situaciones reales que tuve, pero el hecho de que yo hubiera tenido esa mala suerte, esa tragedia, no puedo dejar de hacer todo lo que se necesite para poder librar a todos los colombianos y que no vuelvan a sufrir una tragedia como la que vivimos.
V.D.: ¿Eso qué quiere decir?
R.H.: Yo haría un otrosí al acuerdo de las Farc para el ELN.
V.D.: Pero al ELN eso no le gusta, quiere más.
R.H.: Intento, todo se arregla hablando. Es que les maman gallo también. Firman una cosa y entonces buscan una excusa después de que firman para no cumplir.
V.D.: ¿Dejaría a la JEP quieta si es presidente?
R.H.: ¿Qué es la JEP? Es la verdad, es decir la verdad, si yo no debo nada, ¿cuál es el miedo a la JEP? Yo no solamente la dejo quieta, sino que estaré pendiente para que no le falte nada. Que eso funcione al pelo y produzca efectos.
V.D.: ¿A usted le parece bien que los ex-Farc hayan llegado al Congreso sin pagar por sus crímenes de lesa humanidad?
R.H.: Vicky, eso lo firmaron.
V.D.: No. Santos dijo que primero iban a arreglar sus cuentas con la justicia y que luego llegaban al Congreso.
R.H.: Yo lo único que sé es que lo que firmaron hay que cumplirlo…
V.D.: Pero de parte y parte. No solamente el Estado.
R.H.: Sí, tienen que cumplir ambos.
V.D.: ¿Uribista?
R.H.: No.
V.D.: ¿Antiuribista?
R.H.: No.
V.D.: ¿Santista?
R.H.: Soy rodolfista.
V.D.: ¿Qué piensa sobre las mujeres?
R.H.: Cuando estuve en la alcaldía, de nueve secretarías, seis estaban en manos de mujeres. Tienen más reservas morales, son más concentradas, más trabajadoras, más organizadas.
V.D.: ¿Quién va a ser su fórmula vicepresidencial?
R.H.: Estamos viendo. Quiero que sea una muchacha joven, de unos 35 años, mujer, que sepa del agro y del medioambiente.
V.D.: ¿Y tiene nombres?
R.H.: Todavía no. Pero no la voy a poner de adorno, yo no la voy a meter en una Marta Lucía.
V.D.: ¿Cómo así? ¿La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez es de adorno?
R.H.: Califique usted.
V.D.: No, porque yo no soy la candidata. ¿Marta Lucía es de adorno? ¿Sí o no?
R.H.: Un poquito.
V.D.: ¿Qué piensa de la despenalización total del aborto?
R.H.: No soy experto en eso, pero creo que toca mirar. Hay unas excepciones que están bien. Ponernos a hacer abortos como locos no sé hasta dónde sea benéfico y ético. Lo que tenemos que hacer es una educación fuerte sobre eso y sobre todo en el embarazo infantil. Hay que preguntarles en una consulta a los colombianos y que ellos decidan. Cuando uno pregunta se equivoca menos.
V.D.: ¿Usted ha consumido drogas alucinógenas alguna vez o no?
R.H.: Cero. Ni siquiera cigarrillo. Nunca; eso de que se ponen los chinos de 12 años en el inodoro a fumar, yo no le jalé a eso. Por eso tengo un organismo fuerte y sano.
V.D.: Pero fíjese que hay movimiento, que incluso Alejandro Gaviria pertenece a él, y dice que hay que promover el consumo recreativo de la marihuana entre adultos.
R.H.: Yo no estoy de acuerdo con eso. Pero, para no equivocarme, les preguntamos a los colombianos y que ellos decidan.
V.D.: ¿Adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo?
R.H.: Yo creo que sí. También hay que preguntarles a los colombianos. Yo le cuento, Vicky, que tengo dos adopciones, tengo cuatro hijos, dos adopciones, los dos mayores. Una de esa adopción fue la que mató el ELN, mi hija.
V.D.: ¿Matrimonio entre parejas del mismo sexo?
R.H.: Eso también hay que preguntárselo a la sociedad. Eso afecta las opiniones de todos los colombianos. A mí, personalmente, no me disgusta, no me importa.
V.D.: ¿Está de acuerdo con la fumigación con glifosato de los cultivos de coca?
R.H.: Hay que mirar cuentas y cuánto vale. La única manera de acabar con el narcotráfico es quitando la prohibición y haciendo un inventario de todos los drogadictos, y darles esa droga en los programas de salud.
V.D.: Pero usted por un lado me dice que no está de acuerdo con el consumo recreativo entre adultos, pero por el otro me habla de la legalización.
R.H.: Como esos son temas que tocan a tanta gente, lo mejor es preguntar.
V.D.: ¿O sea usted llega a la presidencia y hace una consulta inmensa de todos esos temas que son sensibles?
R.H.: Una consulta, y puede ser por celular para no gastar plata.
V.D.: ¿Y no será que es obvia la respuesta y que a todo le van a decir que no?
R.H.: Quién sabe...
V.D.: ¿Un presidente al que usted admire en el mundo?
R.H.: Nayib Bukele y Andrés Manuel López Obrador.
V.D.: ¿Bukele?
R.H.: Sí.
V.D.: ¿Le gusta que lo comparen con Bukele?
R.H.: No me gusta que me comparen, él me gusta a mí.
V.D.: ¿Y cuando lo comparan?
R.H.: Pues eso sí ya es problema del que compara.
V.D.: ¿De chiquito le pegaban? ¿Lo castigaban?
R.H.: Mi mamá me daba fuete porque era muy inquieto.
V.D.: ¿Está de acuerdo con pegarles a los niños hoy?
R.H.: Ahorita dicen que no se pueden tocar, entonces nosotros ahora no tocamos a nadie.
V.D.: ¿A usted le sirvió?
R.H.: Yo creo que sí. Mi mamá, una campesina pobre sin educación, solo con tercer año de primaria, nos sacó adelante y ahí vamos.
V.D.: ¿Con qué le pegaba?
R.H.: Con el cable de la plancha.
V.D.: Miércoles, o sea que le daba duro.
R.H.: Durísimo (risas).
V.D.: ¿Es machista Rodolfo Hernández?
R.H.: No, soy feminista.
V.D.: ¿En su casa quién manda?
R.H.: Mi esposa.
V.D.: ¿Cuánto lleva de casado?
R.H.: 49 años.
V.D.: ¿Y algún día ha sido infiel?
R.H.: ¡Nunca! Todo pa’ la casa.
V.D.: ¿Alguna vez hizo una locura por amor?
R.H.: No, tal vez cuando la conocí a ella, aceleré la ceremonia, el rito de casarme por lo católico… Fue el 6 de abril de 1976, voy para 50 años de casado, o sea bodas de oro.
V.D.: Su bandera es la lucha anticorrupción. ¿Cómo acabaría con la corrupción que lleva décadas en Colombia?
R.H.: Eso es facilísimo. A los ladrones, si se les siguen dejando las chequeras, siguen robando.
V.D.: ¿Entonces qué hará con la chequera del Estado?
R.H.: Recoger la chequera a través de un decreto, eso lo hice en la alcaldía.
V.D.: ¿Qué haría con la mermelada del Congreso?
R.H.: Cero, la misma mermelada que les di aquí a los concejales, pregúnteles, ¡cero!
V.D.: ¿Y si no lo dejan gobernar y no le aprueban nada?
R.H.: ¿Quién dijo que no dejan gobernar?
V.D.: Si no le aprueban nada...
R.H.: La confrontación democrática, ¿sabe qué es eso? Eso quiere decir que proyectos buenos para la ciudadanía, que estén consensuados y que el 90 por ciento de los colombianos quieren, se mandan para las comisiones de Senado y Cámara. Si esos parlamentarios empiezan a hacer mañas para no aprobarlos, los confrontamos con la ciudadanía.
V.D.: ¿O sea usted los pondría en evidencia?
R.H.: Sí señora, con televisión triple A todos los días a las 7:00 de la mañana. En eso me gasto la plata que haya que gastarse. Esa es la confrontación democrática para que la gente los identifique y mire si quieren seguir votando por parlamentarios que traicionan los intereses del colectivo ciudadano, de sus propios electores.
V.D.: ¿Usted a los congresistas les seguiría dando presupuesto para que les paguen celulares, gasolina y demás?
R.H.: Cero, vamos a pagar solo los salarios.
V.D.: ¿Nada más?
R.H.: Los salarios, las vacaciones y la prima. Lo que sean lujos, cero.
V.D.: ¿O sea, les cancela los celulares?
R.H.: Celulares, camionetas, todo eso.
V.D.: ¿Gasolina?
R.H.: ¡Todo!
V.D.: ¿Constituyente, sí o no?
R.H.: No.
V.D.: ¿Reforma a la justicia?
R.H.: Sí.
V.D.: ¿La tiene pensada o todavía no?
R.H.: Ya estamos trabajando en eso, pero me pidieron las personas que me están asesorando que no diga. Usted para acabar con la impunidad, son diez renglones. Todos los que se roben la plata del patrimonio público, desde una aguja hasta mil millones de pesos, la cantidad que quiera, tendrán prisión intramural en el peor patio y las audiencias serán diarias hasta que quede ejecutoriada la sentencia en segunda instancia. Son diez renglones, eso no son 5.000 hojas, ni hay que pagarles a los abogados 5.000 millones de pesos de asesoría. Paja. Eso lo hace cualquier abogado.
V.D.: ¿Qué va a hacer usted como constructor si es presidente? ¿Qué pasaría con su empresa?
R.H.: Es que la encargada hace siete años es mi mujer, también mis hijos. Resultaron ahora más abejas que yo.
V.D.: A todas estas, ¿qué le dice ahora su mamá?
R.H.: Que sigo loco (risas).
V.D.: (Risas).
R.H.: Me dice: “Usted es un viejo loco” (risas). Ella ya empezó a entender que esto era en serio, que no era simplemente un sueño, sino un sueño que se convirtió en una realidad irrevocable. Más reversa tiene un paracaídas. Vamos a ir hasta el final y yo sé que todos los colombianos me van a hacer el honor de elegir en primera vuelta.
V.D.: ¿Cómo sería su eventual posesión?
R.H.: La vamos a hacer en el pueblo más pobre de Colombia, nos vamos a ahorrar esos 1.500 millones de pesos que se tiran estos politiqueros allá dando champaña y whisky, y cámara y acción y televisión, eso ¡pa’ que! Los únicos que van son mi mamá, mi esposa, mis hijos y el presidente del Senado, que actúa como validador del acta de posesión, como un notario. No es más, es no se necesita gastar nada.
V.D.: ¿O sea que no invitaría a presidentes de otros países, a los congresistas, a los que votaron por usted, a los empresarios?
R.H.: Nada, eso es pura hipocresía.