Luego del rescate de los cuatro niños desaparecidos hace más de 40 días en medio de la selva, la operación aún no termina debido a que las autoridades están buscando a Wilson, el perro que ayudó a encontrar a los menores, pero que se perdió.
Más de 70 hombres de las Fuerzas Militares de Colombia, entrenados para afrontar las complejidades de esa selva virgen entre Caquetá y Guaviare, avanzan en su labor para traer a este canino pronto a casa.
Desde el primer momento en que sucedió la pérdida del perro de raza pastor belga y de cinco años de edad, los Comandos de las Fuerzas Especiales no se han detenido y en diferentes puntos adelantan frentes de búsqueda que permitan encontrarlo.
Entre las estrategias que se han implementado están:
- Insertar en la selva dos caninas hembras en celo para activar la atracción de Wilson, aunque esté castrado.
- Se ha ubicado en puntos estratégicos comida que le permita mantenerse con fuerza, aportándole los nutrientes necesarios.
- Se ha freído carne para atraerlo mediante el olor.
“Esta fase de la Operación Esperanza no se detendrá hasta tanto no sea localizado Wilson. Este es otro héroe que contribuyó a los equipos de búsqueda para la supervivencia y hallazgo de los cuatro hermanos”, señaló el equipo de rescate.
En la actualidad, las Fuerzas Militares cuentan con más de 3.500 binomios caninos entrenados en siete especialidades vitales para la seguridad y el bienestar de los colombianos, es por ello que están preparados y entrenados para contribuir al cumplimiento de las diferentes misiones y operaciones que se despliegan por tierra, aire, río y mar.
Algunos caninos han estado en importantes misiones como en la Operación Esperanza. Allí, caninos como Ulises y Wilson fueron vitales durante el desarrollo de la primera fase que tuvo como final feliz el hallazgo con vida de los cuatro hermanos indígenas.
Si bien Wilson permanece perdido en la espesura de esa selva limítrofe entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, su papel protagónico ha sido destacado por los mismos niños, que, desde sus habitaciones en el Hospital Militar Central, mediante dibujos y testimonios reconocieron que fueron protegidos por el perro pastor belga.
En la búsqueda de la aeronave y los ocupantes desaparecidos desde el primero de mayo, el primero en ingresar, precisamente, fue Wilson, quien brindó apoyo a la misión humanitaria que el Comando Conjunto de Operaciones Especiales adelantaba para ubicar a los siete tripulantes.
El perro, entrenado en búsqueda e intervención, fue preparado en este lugar y fue por eso que puso en práctica lo aprendido.
En la actualidad, cerca de 100 uniformados e igual número de perros, en cursos que varían entre los seis y 12 meses, se vienen capacitando en la Escuela de Ingenieros del Ejército Nacional bajo las premisas de paciencia, constancia y perseverancia.
Los instructores son miembros de las Fuerzas Militares con preparación de alta calidad en institutos y con ejércitos internacionales que les han permitido aplicar esos conocimientos para desarrollar capacidades diferenciales en nuestro país y así mejorar la efectividad operacional y el cumplimiento de misiones y labores humanitarias.
Actualmente son siete especialidades: detección de sustancias explosivas, detección de sustancias narcóticas, rastro e intervención, rastro y seguimiento, búsqueda y rescate, desminado humanitario y seguridad de instalaciones.
Y es que, con la especialidad de búsqueda y rescate, el Ejército Nacional, la Armada y la Fuerza Aérea cuentan con perros adiestrados para la atención de desastres y emergencias que se puedan derivar de fenómenos naturales o accidentes.
La búsqueda ahora va dirigida hacia el perro que lleva varios días sin mostrar rastro alguno y, aunque se han seguido las huellas del animal para dar con su paradero, como ocurrió con los niños, no ha sido posible localizarlo.
Por su parte, el coronel Gustavo Narváez Orozco, comandante regimiento Fuerzas Especiales n.° 1, le dijo a SEMANA que hasta el 6 de junio los uniformados en las exploraciones se lo toparon de frente.
“Quien lo vio, lo vio un poco flaco. Intentaron acercarse con comida, llamados y una perrita que llevamos de la Defensa Civil, la mandaron a que le buscara juego a Wilson, entretenerlo, acercarnos y ubicarlo. Apenas nos vio, huyó y esa fue la última vez que tuvimos contacto con él”, relató.
La sociedad colombiana espera con ansias que Wilson aparezca sano y salvo, ya que se ha convertido en un símbolo de servicio, valentía y cumplimento del deber ante toda la nación.