En Tolú no ha parado de llover el dinero de las regalías. Durante 20 años, desde la época del célebre Tulio Villalobos, el festín no ha parado. El último episodio fue en 2011, cuando el representante a la Cámara por Afrovides, Yair Acuña, y su candidato Ariel Alvarado cerraban la campaña a la Alcaldía.“Ariel tiene que ser el ganador el próximo 30 de octubre y ustedes se tienen que multiplicar por 20 si es posible para lograr la más alta votación así me toque empeñar mi última gota de sangre”, dijo Acuña y acto seguido empezó a lanzar billetes desde el balcón de una discoteca a jóvenes de zonas deprimidas.El representante Acuña desmintió al día siguiente los hechos, pero en Tolú y Sincelejo cuentan la anécdota como un episodio más de la historia de despilfarro de este pueblo ubicado en el golfo de Morrosquillo.En los ocho años que han transcurrido desde que se inició la desmovilización de los grupos de autodefensa, los políticos más poderosos de Sucre han perdido sus curules por haber sido aliados del sanguinario comandante del Bloque Montes de María, Rodrigo Mercado, alias Cadena. En el camino han quedado tendidos diez parlamentarios, tres gobernadores, seis diputados,12 alcaldes, concejales y hasta notarios que se prestaron para alterar documentos y registrar falsas escrituras. Municipios como Tolú, Coveñas, San Onofre, Palmito y Toluviejo quedaron en la ruina a pesar de recibir miles de millones por regalías y hoy viven en medio de una cantidad de obras inconclusas o en el papel.Sin embargo, no todas las denuncias ni procesos contra personajes involucrados en la parapolítica han prosperado. El caso más elocuente es el del representante a la Cámara por las negritudes Yair Acuña Cardales, contra quien hay un proceso en la Corte Suprema por su relación con las autodefensas como representante de los estudiantes ante el Consejo Superior de la Universidad de Sucre (2001 y 2002) y como concejal de Sincelejo (2003).Por el contrario, su poder ha ido aumentando. Yair Acuña es considerado en Sucre un fenómeno político, porque ha acumulado en una década el poder que hasta ahora estaba reservado para terratenientes y ganaderos. Acuña nació en 1980, vivió en los barrios populares Uribe Uribe y La Selva en Sincelejo, estudió Ingeniería en la pública Universidad de Sucre y fue representante de los estudiantes y de los egresados ante el Consejo Superior.Su ascenso está estrechamente unido a las autodefensas y al poder que en su momento tuvieron dirigentes como el exgobernador Salvador Arana (2001-2003), su padrino político. Pero Acuña ha contado con suerte y no ha tenido los problemas judiciales que sí tuvieron los parapolíticos. En diciembre de 2001, en un allanamiento a la finca del jefe paramilitar Diego Vecino, la Infantería de Marina encontró todo tipo de documentos sobre el grupo armado en la región. De allí salió un extenso informe enviado a la Fiscalía en 2002, en el cual se describe la estructura política en la que aparece en tercera línea Yair Acuña (ver fascímil). Con excepción de Acuña y del concejal José Davis González, los demás están condenados.Recientemente, en una entrevista que concedió Diego Vecino afirmó que las AUC, así como se habían tomado la Universidad de Córdoba, también habían penetrado la Universidad de Sucre y que los representaba Yair Acuña. En la entrevista, Vecino afirma que ya declaró ante la Corte Suprema.También ha declarado contra Acuña Manuel Contreras Baldovino, alias Peluca, escolta de alias Cadena. En su versión el 7 de abril de 2011 ante un fiscal de Justicia y Paz en Montería, afirmó que Acuña aspiró al Concejo apoyado económicamente por Cadena. En 2004, agregó, Acuña asistió a una reunión en Santa Fe de Ralito convocada por Vecino, a la que también fueron concejales de San Onofre, Tolú y Coveñas. Peluca dice que su afirmación puede confirmarse con los testimonios del Moña y el Gato, miembros de la seguridad de Cadena. En el registro conocido por SEMANA, consta que alias Peluca radicó una queja contra Yair Acuña, a quien acusa de haberlo amenazado por medio del abogado Oswaldo Ochoa, asesinado en Bogotá. A Peluca le pidieron que no declarara contra Acuña y a cambio le ofrecieron 2 millones de pesos y le recordaron que “su familia estaba en la calle”. El ascenso de Acuña ha sido tan rápido y su poder es tan grande, que en Sincelejo están sorprendidos. Hace pocos meses se mudó al apartamento donde vivió Salvador Arana en el barrio Venecia, el más exclusivo de Sincelejo, y compró y adecuó un lote al frente del edificio. Arana es el padrino de Salvador Emiro hijo mayor de Acuña. La romería de la clientela los días lunes, viernes y sábados, tiene incómodo al vecindario. Centenares de mototaxistas le montan guardia y él les da ‘una liguita’.A partir de 2009 se alió con el entonces alcalde de Tolú, Adolfo González, comenzó a manejar una mayoría de concejales y de esa manera habría conseguido contratos de obras públicas para sus amigos. Hoy tiene entre sus activos políticos las alcaldías de Tolú y Coveñas con candidatos avalados por su partido Afrovides. Pero la alcaldía que al parecer más recursos le reporta es la de Sincelejo, aunque el alcalde Jairo Fernández Quessep dijo a SEMANA que “él no empeñó la administración con nadie”.Como buen cacique, Acuña apoya fiestas patronales, en alianza con el gobernador Guerra Tulena maneja Corpomojana, reparte cargos y contratos en Coveñas y Tolú, en especial la construcción de espolones y vías. Además, controla el multimillonario contrato de Tolú sin hambre, que entregará mercados a 2.400 familias durante 24 meses con cargo a recursos de regalías por 14.000 millones de pesos, de las vigencias de 2013 y 2014. Este programa está denunciado por una veeduría cívica. Las obras inconclusas de Tolú son evidencia de la corrupción y el manejo que le han dado a las regalías. Los dos tanques para almacenamiento de agua, Guaní y El Cangrejo, están sin terminar y han destinado miles de millones de pesos para construirlos, lo mismo que el puente en la vía hacia el sector de las playas de El Francés, así como presuntos sobrecostos en las obras de la avenida Primera en Tolú.Por eso ocho años después, la parapolítica sigue viva manejando los hilos del poder en los gobiernos municipales y en la capital de Sucre.