Este miércoles, el concejal de Bogotá Carlos Fernando Galán se refirió a la dura realidad social por la que atraviesa Colombia y los graves problemas de desigualdad que el paro nacional, las marchas y el diálogo con los actores sociales, han dejado en total evidencia.
“Las situaciones complejas jamás van a cambiar de un día para otro, pero a veces necesitan actos muy simples para abrir espacios que permitan, por lo menos, empezar a hablar”. Con estas palabras, el concejal Galán dio inicio a su reflexión, en la que no solamente les hizo un llamado a varios sectores importantes del país, sino que reconoció que no todas las víctimas han recibido un trato justo.
“Hoy siento una negación muy fuerte de la tragedia que vive el país, en particular de quienes hemos estado del lado fuerte, de la institucionalidad, del poder (...) Estamos preocupados por los 22 millones de pobres, como si todo hubiera surgido en el último año... Hace un año ya había 19 millones de pobres y eso era tan grande como para no haberlo visto” aseguró.
Añadió que Tasajera, Siloé, Agua Blanca, Buenaventura y muchos otros sectores de Colombia son ejemplos de la necesidad que tienen los colombianos de respuestas y soluciones profundas.
“Hemos visto castigar con mucha más fuerza la desidia del Estado y no haber actuado con la contundencia capaz de evitar la bomba social que nos estalló en la cara”, continuó.
En su discurso, el concejal de Bogotá propuso un reto de mea culpa: “Un perdón, una aceptación de que nosotros, los políticos, los empresarios y todos aquellos que de alguna forma hemos determinado el rumbo del país, fallamos. Debemos, hoy, entregar, además de escuchar, más cosas que proponer y, sobre todo, cambiar”.
En su discurso, Galán se refirió a las posibilidades que él ha tenido a pesar de ser una víctima de la violencia, la cual no ha cesado en el país: “Desde que mataron a mi papá, hace 31 años, he luchado con el imaginario de que soy un delfín, de que tengo privilegios y he hecho énfasis en que soy una víctima. Pero soy una víctima que ha tenido privilegios, una víctima a la que el Estado y la sociedad colombiana le han respondido. Yo he tenido la posibilidad de educarme, de poder viajar al exterior, de aprender otra lengua, de tener trabajo y una cantidad de privilegios que evidentemente la inmensa mayoría en este país no tiene”.
En su discurso, Carlos Fernando Galán citó el caso de un niño que fue víctima de la violencia como él “un niño que llore, grite desconsolado al ver cómo matan a su madre en Tierra Alta Córdoba, a ese niño qué hizo el estado por él, en qué le ayudó, cómo le respondió; eso es algo muy distinto a lo que me pasó a mí (...) eso evidencia que en Colombia hay víctimas de primer nivel, víctimas de primera clase y víctimas de segunda clase, si yo no soy capaz de entender eso es lo que me ha beneficiado no tengo razón de ser en la política”.
Finalmente, en su discurso hizo un llamado a reconocidos periodistas, empresarios, militares y a políticos para que hagan “su propio me a culpa” y así puedan aportar en este momento de cambio en Colombia para enfrentar la pobreza y el desequilibrio social por el que estamos pasando.