Este 14 de noviembre es el día mundial de Huntington, una dolorosa enfermedad neurodegenerativa que padecen miles de colombianos, especialmente en los municipios de Juan de Acosta (Atlántico) y El Difícil (Magdalena).
Se trata de un trastorno hereditario que provoca la degeneración progresiva de las células nerviosas en áreas clave del cerebro. Los síntomas pueden llegar entre los 35 y 44 años, aunque hay reportes de complejos episodios a temprana edad.
Hay alarma en la región por el aumento significativo de casos. En el año 2011, se estimaban 250 casos por cada 100.000 habitantes. Según un estudio de la Universidad del Norte, ya son 600 casos por cada 100.000 habitantes.
La enfermedad se manifiesta con movimientos involuntarios –como muecas, espasmos, marcha inestable y ajustes en la cabeza para enfocar la vista–; a nivel emocional, suelen experimentar cambios como la apatía, agresión, excitación y depresión.
Con el paso del tiempo, se dificulta caminar, hablar y tragar, afectando las actividades básicas y la comunicación. Además, provoca la pérdida de la memoria e incapacidad para razonar, imposibilitando la toma de decisiones.
El doctor Meyid Moreno, del Centro de Genómica C-GEN, detalló que Huntington no tiene cura, pero los tratamientos actuales ayudan a aliviar algunos de sus síntomas, mejorando la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
A nivel mundial, la prevalencia de esta enfermedad se encuentra en el 2,71 por 100.000 habitantes. En el caso de Colombia, se sospecha que 10.000 personas viven con ella; de estos, cerca del 6 % se encuentran en Magdalena, Atlántico, Córdoba, Sucre y Cesar.
“La prevalencia de la EH en la costa Atlántica no solo supera el promedio nacional, sino que también revela una carga emocional y social inmensa para las familias en esta región. Cada caso representa una historia de resiliencia”, afirmó el especialista.
Él agregó que este diagnóstico no distingue generaciones. Una sola copia del gen mutado basta para desarrollarlo. Es decir, cada hijo de un progenitor afectado tiene un 50 % de probabilidad de heredar el gen defectuoso.
“Este contexto nos recuerda la urgencia de fortalecer el apoyo y la investigación, no solo para quienes viven con esta condición, sino también para quienes heredan la responsabilidad de enfrentarla”, añadió el doctor Meyid Moreno.