Los mandatarios locales del Atlántico quedaron insatisfechos ante los anuncios que hizo el Gobierno nacional para mitigar las afectaciones que están provocando las fuertes precipitaciones en el departamento. Así lo hicieron saber este 22 de octubre.
Hasta esa zona del país llegó el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, Javier Pava Sánchez, con el fin de diseñar una estrategia que blinde a las poblaciones de los estragos del agua. Pero sus conclusiones no cayeron bien.
Los alcaldes esperaban que desde Bogotá sumaran dinero y equipos técnicos suficientes que ayudaran a bajarle la fuerza a las precipitaciones, cuya insistencia ha generado inundaciones y movimientos en masa en varias poblaciones de la región.
El sinsabor está porque el plan de choque que planteó el Gobierno tardaría en implementarse, mientras que los funcionarios del Atlántico se sentaron en la mesa de diálogo con miras a escuchar ideas que se pondrían en marcha prontamente.
Una de las voces que mayor eco ha tenido es la del mandatario del pueblo de Palmar Varela, Galdino René Orozco. Él señaló que los dragados sugeridos fueron pensados para medianos y largos plazos, pero en este momento su territorio tiene 500 casas afectadas.
“No le veo conclusiones estables para los municipios que estamos inundados. Lo que vi en la reunión es que estaban hablando de hambre, como cuando hablaba Petro. No estamos viendo soluciones definitivas a lo que es la emergencia que nos está azotando”, dijo.
Lo mismo aseguró el alcalde del municipio de Santa Lucía, Rehúsen Martínez, al citar que será difícil a las comunidades que deben esperar para ser atendidos ante los estragos que están dejando las lluvias, intensificadas estos meses por el Fenómeno de la Niña.
“Escuchamos al director, aterrizamos las propuestas, pero nos toca ajustarnos a la medida. Creo que no solamente yo, también los otros alcaldes, nos sentimos con un sinsabor porque no vimos soluciones ajustadas a la realidad”, agregó Martínez.
Mientras que Gregorio Brito, desde el municipio de Candelaria, sostuvo que se mantiene un ambiente de zozobra en su territorio por las afectaciones. También dado que, para cubrir los daños que causa el agua, el dinero no estaría alcanzando.
Ante las críticas, la Gobernación del Atlántico especificó los acuerdos que se alcanzaron con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, a razón de que varios alcaldes se levantaron de la mesa antes de tiempo por el panorama nublado que encontraron.
En primer lugar, el director se comprometió a gestionar maquinaria amarilla para remover el material que está obstaculizando los ejes viales del departamento y reducir los riesgos en las viviendas que están siendo amenazadas por el desprendimiento de tierra.
También llegarán ayudas humanitarias para atender a las familias que han sido afectadas por esta temporada de lluvias. La administración departamental detalló que el Gobierno hará la entrega masiva de kits de alimentos, aseo, construcción y colchonetas.
Frente a los temas coyunturales, la gobernadora Elsa Noguera dio cuenta que se acordó armar un plan de acción junto al Gobierno nacional para tomar acciones de mitigación que brinden soluciones definitivas a los problemas de la región, como las inundaciones.
“Plantea la creación de ciénagas para que estos cuerpos de agua, cuando llueva mucho, tengan dónde salir y almacenarse. En el verano se secan y serían terreno que el mismo Gobierno nacional podría adquirir”, comentó la mandataria del departamento.
Mientras que el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres dijo: “Empezaremos granado algunos arroyos, para garantizar la conexión con los complejos cenagosos. Vamos a empezar por el sector de Manatí”, concluyó el funcionario del Gobierno nacional.