La tragedia ocurrida en el conjunto residencial Privilegios, en el barrio Campo Alegre, de Barranquilla, donde Nelly Insignares Cantillo, de 63 años, murió y sus cuatro nietos están heridos, ha hecho que se conozcan muchos datos de las irregularidades que personas inescrupulosas realizaban con los apartamentos en mal estado, de los que el Distrito había ordenado su desalojo total desde hace varios años.
Según conoció SEMANA, personas que no eran las propietarias de estos lugares arrendaban los apartamentos en hasta 850 mil pesos mensuales a familias que necesitaban un techo donde vivir.
Lo que llama la atención es que a los arrendatarios no les importaba el mal estado de la edificación y accedían a vivir en este lugar, donde todos los días exponían su vida. Pero este jueves 28 de noviembre, ocurrió lo que creyeron que nunca pasaría: colapsó una de las torres, causando pánico en la zona.
“Aquí los únicos responsables de esto son los que le arrendaron la casa a esta familia, porque sabían que en cualquier momento todo esto se podía venir abajo por las fallas en los terrenos. Esta zona está cediendo y más con las lluvias que se han presentado. La Alcaldía lo advirtió, pero como que no le creyeron y mire ahora en lo que estamos”, dijo Sara Arroyo en conversación con este medio de comunicación horas después de la tragedia anunciada.
De igual manera, añadió: “Los que comenzaron con el rescate fueron los mismos residentes de la zona, mientras llegaban los bomberos y todas las autoridades. Ellos fueron los que lograron sacar a los cuatro menores de edad con vida, pero la señora fue casi que imposible, hasta que la encontraron sin vida ahora casi en horas de la noche”.
Y es que esta no fue la única denuncia que se conoció, pues vecinos del sector que prefirieron reservar su identidad sostuvieron que no solo eran los apartamentos que estaban arrendando, sino que también unos locales comerciales que evacuaron tras el colapso.
“Había un administrador que estaba cobrando por estar en esos lugares ofreciendo servicios desde hace unos años, aún teniendo conocimiento del riesgo que había, pero no les importó. Esta tarde que se vino abajo la torre, todo el mundo llegó y recogió sus cosas para que cuando las autoridades llegaran no supieran quién o quiénes estaban ahí”, expresó el hombre.
Los moradores del barrio Campo Alegre aseguraron que fueron momentos de angustia los que les tocó vivir con el desplome de esa edificación, porque el estruendo fue muy fuerte y pensaron que se había tratado de un artefacto explosivo y no de la tragedia que hoy está viviendo una familia.
Son en total 17 las familias afectadas, que están compuestas por 58 personas que fueron trasladadas durante la noche de este jueves hasta un hotel de parte de la Alcaldía de Barranquilla, que se encuentra en la zona priorizando la atención de estos ciudadanos.
“Equipo de la Alcaldía registra hasta el momento 17 familias censadas que se encontraban habitando el inmueble. Ahora serán hospedados en un lugar seguro para dormir esta noche”, informaron desde el Distrito por medio de su cuenta en la red social X.