Barranquilla sigue su rumbo de cara a los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2027; el alcalde Distrital, Jaime Pumarejo, se encuentra en Santiago de Chile, en donde presentará los adelantos en materia de planificación y organización de las justas, ante el Comité Ejecutivo y Asamblea General de Panam Sports.
El mandatario, como líder de la delegación de Barranquilla en Santiago, presentará junto con la ministra de deporte, María Isabel Urrutia, cómo se prepara la ciudad para ser la sede de los próximos Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2027, el evento deportivo más importante del país en los próximos años.
Barranquilla fue escogida por aclamación como la sede de la justa deportiva más importante del mundo después de los Juegos Olímpicos.
Alrededor de 30 delegaciones serán las encargadas de analizar y discutir aspectos generales a tener en cuenta en la ruta panamericana, que hace parte de la agenda general de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
Junto al alcalde se encuentra el gerente de Proyectos Especiales del Distrito, Daniel Trujillo, quien presentó ante la comisión técnica de Panam Sports, los temas específicos acerca de la propuesta deportiva, los posibles escenarios, las fechas tentativas, entre otros aspectos fundamentales para la realización del evento deportivo más grande que se vivirá en Colombia.
Este miércoles 31 de agosto se realizará la asamblea de Panam Sports, en donde participan los 41 comités olímpicos nacionales con sus respectivos presidentes y secretarios generales, e intervienen también los presidentes de las confederaciones panamericanas.
Jóvenes que cambiaron los puños por un balón de fútbol
Los conflictos entre jóvenes en Barranquilla por disputas de territorios, líneas imaginarias, rencillas entre grupos, por diferencias que no existen, son la realidad en muchos sectores del sur, suroccidente y suroriente de la ciudad.
Esta historia es de cinco de esos jóvenes que vivieron ese tipo de situaciones y otros que huyeron de ellas, con el factor adicional que estos decidieron cambiar sus vidas.
Algunos de ellos experimentaron en carne propia, lo que es pertenecer a estos grupos y otros que prefirieron, antes de verse involucrados inminentemente en pandillas, buscar alternativas para ocupar su tiempo libre.
Él es Hanner Vega Garcés, tiene 21 años y desde los 15, cuando residía en el barrio La Sierrita, se unió a un grupo de amigos para defender su barrio de “la liebre” que, según dice, eran otros jóvenes con los que no podían tener contacto “ni verse” por no pertenecer a su grupo.
“Éramos como siete jóvenes, al principio inocentemente nos reuníamos a divertirnos y de la noche a la mañana se creó la banda, nos llamábamos ‘Los Fastidiosos’, y de ahí fue creciendo el grupo”, relató Hanner.
Pasaron de ser siete a más de 20 jóvenes, que incluso, ellos mismos fomentaban los enfrentamientos por tan solo una mirada de sus “enemigos”, atacándose entre sí con piedras, machetes y hasta “chopos” como son conocidas las armas de fuego artesanales.
“Pensaba que en algún momento me llegaría la muerte, como a 10 amigos que murieron por disparos de escopetas o cortados en la cabeza con machetes”, manifestó.