En Barranquilla y el municipio de Soledad, la situación de orden público es compleja con lo que tiene que ver con el tema de los transportadores que han sido blanco de amenazas por bandas extorsionistas. Muestra de ello, es el crimen de un empleado de la empresa Cooasoatlan, una de las compañías que denunció ser víctima de estos cobros ilegales.
Se trata de José Luis Chávez Ardila, de 51 años de edad, quien recibió dos impactos de bala en su cuerpo que lo dejaron gravemente herido y lo trasladaron hasta un centro médico, donde murió.
Y es que en medio de esta crisis de seguridad que hoy afrenta este gremio en el Atlántico, los trabajadores de Cooasoatlan decidieron suspender sus operaciones en Barranquilla y Soledad porque aseguran que no tienen las garantías necesarias para poder laborar sin que los asesinen.
“Estuvimos hablando con el coronel de la policía y nos dieron unas opciones para protegernos, que consistía en colocar agentes de la fuerza pública de civil en el inicio de las rutas, pero no en la ruta de regreso, así que no sentimos una garantía como tal, por eso decidimos entre todos no seguir trabajando”, dijo uno de los trabajadores en diálogo con El Heraldo.
De igual manera, agregó que: “Esto no es nuevo, ya van dos compañeros que lamentablemente han sido víctimas de las extorsiones y pues estamos a la espera de que el gerente nos responda porque los ánimos están bajos. Nosotros ganamos por producción, y pues ahora mismo los buses están dentro de la empresa porque se decidió no salir a trabajar, más allá del golpe a nuestros bolsillos, hay familias que nos esperan y que hay que priorizar en este momento”.
Y es que en medio de esta crisis de seguridad que viven los choferes de buses en Barranquilla y el área metropolitana, SEMANA conoció unos mensajes que habría enviado el Clan del Golfo a las directivas de la empresa Cooasoatlan luego de las denuncias que la compañía realizó por extorsión ante el Gaula de la Policía.
Según conoció este medio de comunicación, el mensaje que fue enviado a un trabajador de la empresa dice lo siguiente:
“Señor, ya que me mandaron su número en donde está con los conductores de Cooasotlan, díganle que la única solución en donde los dejemos de atacar es que el señor García, su gerente, se ponga en comunicación y, que si el Gaula nos escribe otra vez otra vez, le damos de baja a algún conductor”, aseguran.
De igual manera, sostuvieron los criminales que: “Hace 13 días le hicimos un llamado en donde no hizo, sino omitir y darle nuestro número al Gaula, ese es el resultado; si quieren seguir trabajando que llegue a la mesa de diálogo y cuadre su situación con nosotros, de lo contrario seguimos en pie de lucha contra los conductores”.
Incluso, uno de los conductores de Cooasoatlan se atrevió a hablar con SEMANA y aseguró que aunque laboraba con cierto miedo, la Policía les había dicho que “les garantizamos su seguridad”.
“El conducto regular en estos casos es denunciar para que el Gaula pueda actuar en medio de todas estas amenazas. Pero mire, eso no funcionó porque acá denunciaron y mientras el Gaula estaba supuestamente verificando e investigando, nos mataron al compañero”, indicó.
Al mismo tiempo, señaló que el tema de las extorsiones se le ha salido de las manos a la misma Policía Metropolitana.
“No es posible que esos bandidos tengan más poder que la misma Policía que es la que los investiga. Así como mataron al compañero José Luis, lo pueden matar a uno y nada pasa porque en años anteriores estas situaciones se han presentado, pero nada pasa y nos siguen matando”, sostuvo.
En el panfleto inicial que el Clan del Golfo le envió a la empresa Cooasoatlan se logró leer: “Por orden del Estado Mayor del Ejército Gaitanista de Colombia se le informa al gerente de la empresa de transporte Cooasoatlan que tiene 24 horas a partir de hoy para que se comunique con nosotros y poder dialogar de forma pacífica para llegar a unos buenos acuerdos que se vienen tocando con todo el gremio de transporte terrestre público aquí en el departamento del Atlántico”.
En el escrito aseguraban: “Estamos retomando el control absoluto del Atlántico y nos hacemos responsables del atentado del bus de la empresa Lolaya, el día 18 de agosto del año en curso, en el barrio Ciudadela Metropolitana; decisión tomada por culpa de sus dirigentes que hacen caso omiso a nuestro llamado buscando protección con el Gaula. No siempre van a estar cuidándolos”.