La situación de orden público en Soledad y Barranquilla por cuenta de las amenazas a las empresas de buses es grave. El jueves 5 de septiembre, asesinaron a un conductor de la empresa Cooasoatlan porque esta se negó a pagar una extorsión.
Este viernes 6 de septiembre, realizan bloqueos en diferentes puntos como rechazo a lo sucedido lo que ha generado caos en la movilidad en el sur de Barranquilla.
En este momento, las manifestaciones se encuentran en el sector del Portal de Soledad, bomba La Estrella, entrada del barrio Manuela Beltrán, Soledad, la calle 30 a la altura de la Avenida Circunvalar, Avenida Circunvalar con calle Murillo, en el sector de Metrocentro y en la nevada de la empresa Coochofal que tiene sede en el barrio 7 de Abril, sur de Barranquilla.
Y es que por medio de las redes sociales, se ha conocido la travesía que tienen que pasar los usuarios de estas rutas de servicio público para poder movilizarse hasta sus trabajos, universidades y otros lugares de destino.
A la manifestación de los conductores de la empresa Cooasoatlan se unieron las empresas como Sobusa, Transportes Lolaya y María Modelo. Lo que le están exigiendo a las autoridades son garantías para poder realizar sus rutas sin temor a que los asesinen.
Muestra de la grave situación de orden público que vive Soledad, Atlántico, es el crimen de José Luis Chávez Ardila, de 51 años, quien recibió dos impactos de bala: uno en la cabeza y otro más en una de las manos, lo que acabó con su vida.
Chávez Ardila era conductor de la empresa de transporte urbano Cooasoatlan, quien venía siendo blanco de extorsiones del grupo armado ilegal Clan del Golfo desde hace varias semanas, pero aunque las autoridades tenían conocimiento, este hecho ocurrió y generó terror entre la ciudadanía.
Y es que no solo está el crimen del conductor en el barrio Villa Estadio, sino también se conoció la manera en la que las bandas criminales llegan a los negocios fingiendo ser clientes para luego dejar los panfletos y hacer disparos.
SEMANA conoció, de manera preliminar, que el conductor había salido de la nevada, pasados los minutos, se subió un hombre que se hizo pasar como pasajero, cuando de repente sacó una arma de fuego y le disparó en varias oportunidades.
El hombre recibió dos impactos de bala, por lo que lo trasladaron en una ambulancia hasta la Clínica AgrupaSalud, donde —pese al esfuerzo de los médicos— se registró su deceso.
Tras este atentado, se conoció que desde la Policía Metropolitana de Barranquilla desplegaron a investigadores del Gaula con el fin de esclarecer este nuevo hecho de sangre que tiene en pánico al gremio de buses urbanos y a la comunidad en general.
Finalmente, el cuerpo sin vida fue trasladado hasta las dependencias de Medicina Legal en el sur de Barranquilla para respectiva necropsia.
Y es que esta empresa a la que estaba vinculado el conductor había estado bajo amenazas del Clan de Golfo, pues este grupo armado ilegal les estaba pidiendo una extorsión.
En uno de los panfletos que se conocieron en su momento, se pudo leer: “Por orden del Estado Mayor del Ejército Gaitanista de Colombia se le informa al gerente de la empresa de transporte Cooasoatlan que tiene 24 horas a partir de hoy para que se comunique con nosotros y poder dialogar de forma pacífica para llegar a unos buenos acuerdos que se vienen tocando con todo el gremio de transporte terrestre público aquí en el departamento del Atlántico”.
En el escrito aseguraban: “Estamos retomando el control absoluto del Atlántico y nos hacemos responsables del atentado del bus de la empresa Lolaya, el día 18 de agosto del año en curso, en el barrio Ciudadela Metropolitana, decisión tomada por culpa de sus dirigentes que hacen caso omiso a nuestro llamado buscando protección con el Gaula. No siempre van a estar cuidándolos”.