Para el próximo jueves 14 de septiembre, sectores sociales en Barranquilla pretenden llevar a cabo un plantón para solicitar la libertad del excongresista Arturo Char, a quien la Corte Suprema de Justicia está investigando por supuesta participación en un entramado político que tenía como objetivo comprar votos electorales en el departamento del Atlántico.
Una imagen que circula por las redes sociales convoca a la ciudadanía a congregarse en la Catedral metropolitana María Reina de Barranquilla, frente a la icónica Plaza de la Paz. El plantón tiene previsto realizarse aproximadamente a las 4:00 p. m.
Sin embargo, a través de sus defensores, el expresidente del Senado lanzó un llamado para que los simpatizantes se abstuvieran se programar y realizar manifestaciones.
“Arturo Char hace saber a la opinión pública que agradece a todas las personas que han expresado su apoyo por la situación judicial que está atravesando, pero igualmente les solicita abstenerse de realizar manifestaciones públicas en contra de las decisiones que ha adoptado la Corte Suprema de Justicia, por cuanto siempre ha sido respetuoso y ha acatado las decisiones de los jueces, entendiendo que el mecanismo idóneo para manifestar su desacuerdo es a través de los conductos regulares del proceso”, se lee en un comunicado de prensa.
La situación de Álex Char
En un documento de 219 páginas, conocido en exclusiva por SEMANA, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia reseñó el arsenal de pruebas documentales y testimoniales que recolectaron durante cuatro años en contra del expresidente del Senado Arturo Char, miembro de una de las familias políticas y económicas más importantes del país. Su detención suscitó un verdadero revuelo político en pleno año electoral y en el cual su hermano Álex Char es el más opcionado para volver a la alcaldía de Barranquilla.
En el auto, que resolvió la compleja situación jurídica de Char, el alto tribunal consideró que existe “evidencia suficiente para proferir una medida de aseguramiento de carácter preventivo en su contra”. El propósito es que no interfiera en la investigación y no evada a la administración de justicia, pues se había ido a vivir a Estados Unidos.
En la extensa decisión, la Corte da credibilidad a las cinco declaraciones que rindió la excongresista Aida Merlano, quien lo señaló directamente de participar en el plan de compra de votos para las elecciones de marzo de 2018 a fin de garantizar su reelección y aumentar su poder.
Según el documento, en diciembre de 2017, Arturo Char fue a la Casa Blanca, sede de campaña de Aida Merlano, en Barranquilla, para “concretar el acuerdo delictivo que se canalizaría en procura de ejecutar las conductas punibles de corrupción electoral”. Una decena de testimonios y una grabación tomada por una de las cámaras de seguridad permitieron vincular al exsenador en “la estructura delictiva dedicada a la compra de votos”.
Pese a que Char, por medio de su defensa, reconoció la visita alegando que el objetivo era “finiquitar un asunto relativo a la Mesa Directiva de la Asamblea del departamento del Atlántico”, testigos aseguran que en los encuentros que se llevaron en la sede política ejerció presiones y dio instrucciones para el plan de compra de votos, que ya estaba en marcha.
“El referido acuerdo se tradujo en la organización y logística para la compra de 10.000 votos a favor de Arturo Char”, señaló la Corte en el documento, con el que se resolvió la detención “intramural” mientras se decide si es llamado a juicio por concierto para delinquir y manipulación de elementos materiales probatorios.
En esta ecuación corrupta ―según las pruebas― también habría participado Adalberto Llinás Delgado, amigo de Arturo Char y hermano de Lilibeth Llinás, a quien el menor del clan Char había impuesto como candidata a la Cámara de Representantes por el Atlántico.
Para ratificar el modo, tiempo y lugar de estos encuentros, la Corte citó la declaración de Rafael Antonio Rocha, quien fue el gerente de la campaña de Aida Merlano y aportó evidencia de las reuniones. “Está probada la existencia de las acciones coordinadas para el acceso fraudulento a votos, en orden a lograr la elección de Aida Merlano Rebolledo y Lilibeth Llinás Delgado al Congreso, y la reelección de Arturo Char”.
La relación entre Merlano y la denominada casa Char tenía como factor especial la relación sentimental de la representante a la Cámara con el entonces alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, quien le había manifestado su apoyo para que diera el salto al Senado en 2018.
Como lo relata la Corte, estaba proyectado para lograr “una especie de gana-gana (...) se promocionaba políticamente a la amiga de Arturo Char, Lilibeth Llinás, y se respaldaba al mismo tiempo a la persona que mantenía una relación sentimental íntima con el alcalde de Barranquilla de la época”.