La decisión de revocar a Barranquilla como sede de los próximos Juegos Panamericanos 2027 ha desatado todo tipo de reacciones. Mientras algunos lamentan lo sucedido, otros aprovechan para lanzarle dardos al Gobierno Nacional debido a la presunta negligencia del Ministerio del Deporte.
Gremios y figuras políticas coinciden en que la economía es el principal factor que se verá afectado. Las proyecciones daban cuenta de que al país ingresaría un aproximado de 2,3 billones de pesos por acoger este evento. Y no es para menos, los Juegos Panamericanos han sido catalogados como la segunda “cita deportiva continental” más grande del mundo, después de los Olímpicos.
En Barranquilla las expectativas eran altas. Después del rotundo éxito que marcó la realización de la vigésima tercera edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el 2018, los sectores económicos estaban preparados para aumentar sus ventas.
“Son muchos los impactos negativos que se tiene para el país y para el Atlántico. Si nos centramos en el tema económico, cada vez que tenemos eventos deportivos hay un incremento en las ventas que puede oscilar entre un 20 % y un 75 % dependiendo del sector, ya sea gastronómico, bares, hoteles, transporte, entre otros”, dijo Yilda Castro, directora ejecutiva de Fenalco en el departamento del Atlántico.
“Después de lograr con muchos esfuerzos adquirir una sede para un evento tan importante, no entendemos cómo no se cumplió con estas obligaciones”, agregó la dirigente gremial en diálogo con SEMANA.
Según el congresista Efraín Cepeda, los pasados Juegos Panamericanos, que se realizaron en Chile, generaron un impacto positivo en el PIB de ese país. Se reportaron ingresos de 900 millones de dólares y se recaudaron en eventos más de 53 millones de dólares.
“Esto era un gana-gana, sobre todo para la economía popular que vive de estos eventos. Es una vergüenza para la historia de Colombia cuando no fuimos capaz de cumplir con un pago de 4 millones de dólares. Ahí lo que está demostrado es la incapacidad que tiene el gobierno para ejecutar el presupuesto. Lo que pasamos es una vergüenza internacional. Recibimos la bandera en Chile y ahora nos toca devolverla”, señaló el senador, en conversación con SEMANA.
En total, los Juegos Panamericanos comprenden 40 disciplinas, 40 países y un aproximado de siete mil atletas. Eduardo Verano, gobernador del Atlántico, le dijo a SEMANA que se proyectaban más de 70 mil turistas con ocasión de las justas deportivas.
“Hemos estado hablando con la doctora Laura Sarabia para tratar de tener la claridad absoluta, queremos que se le dé todo el apoyo para que Barranquilla sea sede de los Juegos. Laura nos dice que el presidente se ha mostrado muy proclive a hacer todas las diligencias para revertir la decisión de Panam Sports”, informó el mandatario departamental.
Mario Muvdi, presidente de la junta directiva de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) en Atlántico, también lamentó la decisión:
“Nos afecta mucho al turismo y la economía. Es un tema que no concuerda con la política de traer más turistas extranjeros al país cuando se pretende tener más de 10 millones de turistas en los próximos años”.
Fenalco fue uno de los primeros en pronunciarse. El presidente de la entidad, Jaime Alberto Cabal, aseguró que la pérdida de la sede de estos juegos es un hecho lamentable, “no solo para los barranquilleros, sino para todos los colombianos que perdimos la oportunidad de realizar el evento multideportivo más importante de América”, comentó.
Además, Cabal aseguró que no hay ninguna excusa válida para este desacierto, que significa además pérdidas económicas incalculables y un daño irreparable para el desarrollo de la región y para la imagen del país.
Otra de las voces de la entidad que se pronunció al respecto fue el presidente de la junta de Fenalco Atlántico, Rafael Madero, quien calificó esta situación como deplorable y aseguró que este es un golpe bajo para Barranquilla.
Aseguró que el Gobierno nacional fue “único responsable del deterioro de la imagen de la ciudad, la región Caribe y el país. Precedente de desconfianza en celebrar magnos eventos”, comentó.