Los conflictos entre jóvenes en Barranquilla por disputas de territorios, líneas imaginarias, rencillas entre grupos, por diferencias que no existen, son la realidad en muchos sectores del sur, suroccidente y suroriente de la ciudad.

Esta historia es de cinco de esos jóvenes que vivieron ese tipo de situaciones y otros que huyeron de ellas, con el factor adicional que estos decidieron cambiar sus vidas.

Algunos de ellos experimentaron en carne propia, lo que es pertenecer a estos grupos y otros que prefirieron, antes de verse involucrados inminentemente en pandillas, buscar alternativas para ocupar su tiempo libre.

Él es Hanner Vega Garcés, tiene 21 años y desde los 15, cuando residía en el barrio La Sierrita, se unió a un grupo de amigos para defender su barrio de “la liebre” que, según dice, eran otros jóvenes con los que no podían tener contacto “ni verse” por no pertenecer a su grupo.

Hanner Vega Garcés, miembro de 'Vuelve y Juega' | Foto: API

“Éramos como siete jóvenes, al principio inocentemente nos reuníamos a divertirnos y de la noche a la mañana se creó la banda, nos llamábamos ‘Los Fastidiosos’, y de ahí fue creciendo el grupo”, relató Hanner.

Pasaron de ser siete a más de 20 jóvenes, que incluso, ellos mismos fomentaban los enfrentamientos por tan solo una mirada de sus “enemigos”, atacándose entre sí con piedras, machetes y hasta “chopos” como son conocidas las armas de fuego artesanales.

“Pensaba que en algún momento me llegaría la muerte, como a 10 amigos que murieron por disparos de escopetas o cortados en la cabeza con machetes”, manifestó.

Como él, Didier Andrés Marqués Martínez, otro joven residente del barrio El Ferry, resultaron ilesos ante estas situaciones.Por su parte, Didier, el segundo de cinco hermanos, contó como el día a día en su sector son las peleas “Allá hay bandas, por barrios, por sectores. Antes había una llamada ‘Los 40′ y ahora hay una y que ‘Los Papalopez’ que se enfrentan entre ellos”.

Didier Andrés Marqués Martínez, miembro de 'Vuelve y Juega' | Foto: API

Pero, él decidió hacerse a un lado de los enfrentamientos y se refugió en la salida que tuvieron todos los protagonistas de esta historia, el fútbol.

Andrés Felipe Buelvas Muñoz, un magdalenense que llegó a la capital del Atlántico en busca de una salida a la falta de oportunidades.

Actualmente, reside en el barrio La Ciudadela 20 de julio, y dejó en su pueblo natal, Algarrobo, a su familia desde hace tres años.

Andrés, con talento para el futbol, tiene que vender queso y carne que le envía su familia de su tierra para tener con que asistir a los entrenamientos, pues prefiere eso a involucrarse “en los malos pasos” de sus conocidos.

Andrés Felipe Buelvas Muñoz, 19 años. | Foto: API

Por su parte, Owen Martín Barrios Vega, residente del barrio El Valle, asegura que siempre ha contado con el apoyo de sus padres, para que él y su hermano mayor, tomen buenas decisiones.

“Mi papá hace domicilios y mi mamá vende revistas y con eso me han sacado adelante y se enorgullecen hoy de lo que hago, gracias a Dios siempre he tenido el apoyo de ellos”, dijo el joven.

Owen Martín Barrios Vega, 22 años. | Foto: API

Él llegó hasta Ecuador jugando futbol, pero la falta de recursos lo hicieron regresar a Barranquilla, eso sí, volvió con muchas más ganas de sacar adelante a su familia.

Sebastián Enrique Sánchez Coronado, residente del barrio El Bosque, en una zona conocida como ‘La Piragua’, el último de esta historia, decidió basarse en el mensaje que desde hace cinco años, cuando conoció el futbol, le brinda a todos los jóvenes.

“Para todos hay que hacer, para alejarse de los problemas, de las pandillas y todo eso. Mi mamá está muy orgullosa de que su hijo pertenezca a este programa y ahora a la selección Atlántico. Ella me ha sacado adelante porque mi papá falleció cuando yo tenía 7 años”, afirma.

Sebastián Enrique Sánchez Coronado, de 21 años. | Foto: API

Hanner, Andrés, Owen, Didier y Sebastián tienen un mismo sueño: ser jugadores de futbol profesional y aseguran que ahora pueden hacerlo realidad con la decisión que tomaron y la ayuda del programa distrital de la alcaldía de Barranquilla, acompañado por la Oficina de Seguridad y Convivencia Ciudadana.

Nelson Patrón, el jefe de esa oficina, explicó que la estrategia ‘Vuelve y Juega’ se venía desarrollando en la anterior administración de Barranquilla y que ellos, desde la oficina, decidieron renovarla y fortalecerla, para acompañar a muchos jóvenes que como estos cinco se encuentran en situación de vulnerabilidad.

“Nosotros hoy estamos atendiendo a 3.000 de esos muchachos que estaban en los barrios pidiendo una oportunidad. Los tenemos enfocados en varios frentes: en temas deportivos, artísticos y culturales. Tenemos una selección llamada Vuelve y Juega, donde jóvenes con talento decidimos vincularlos a la liga del Atlántico y ya tenemos incluso una categoría que salió campeón”, señaló.

Pero lo realmente importante para el funcionario es que el acompañamiento a estos jóvenes les ha permitido cambiar sus vidas “Estamos muy contentos con esto, porque sentimos que estos jóvenes que estaban en situaciones complejas, hoy ven un camino distinto y una oportunidad”, añadió Patrón.

Jefe de la Oficina de Seguridad y Convivencia Ciudadana con los jóvenes | Foto: API

Cada historia es una motivación para seguir impulsando la estrategia y los resultados en las vidas de quienes hacen parte de ellas, añadió Nelson Patrón, que no descansará hasta ver que son suficientes los mecanismos y las oportunidades para la juventud en Barranquilla.

“Tenemos para los colegios, ‘Entornos escolares seguros’ para charlar con los jóvenes en materia de prevención, tenemos grupos de barberos, capacitaciones con el Sena, tenemos una patrulla de justicia cerca e incluso tenemos la estrategia, ‘Plan lluvia’ con la que llegamos a los barrios con juegos lúdicos cuando vemos que va a llover y puede aprovecharse como es históricamente conocido el momento en el que se enfrentan los jóvenes”.

De acuerdo con el funcionario, hay 46 puntos de conflicto identificados por las autoridades en Barranquilla, en ellos se han logrado 6 encuentros de mediación entre grupos de jóvenes para eliminar las líneas imaginarias y el problema ha sido erradicado de raíz.

Allí los barranquilleros hoy pueden transitar, caminar y andar con tranquilidad “pronto vamos a abrir un nuevo campeonato de futbol con valores para continuar en el trabajo preventivo con estos jóvenes, para que primen los valores y la paz en los barrios”.