Más de 2.300.000 galones de gasolina han resultado quemados durante el incendio que se registra desde el miércoles 21 de diciembre en la zona portuaria de Barranquilla, más exactamente en los tanques de la empresa Bravos Petroleum, ubicada en Puertos Compas, donde se almacena combustible para avión y otros líquidos inflamables.
Inicialmente, dos de los tanques resultaron afectados, pero cerca a las 10:30 de la noche del miércoles bomberos lograron apagar uno de los dos y otro continúa ardiendo en llamas, por lo que autoridades alistan una nueva estrategia por la conflagración.
El alcalde Jaime Pumarejo reveló que lo que buscan ahora los organismos de socorro en la zona de la mano del Cuerpo de Bomberos de Barranquilla, es mitigar la emergencia y llegar al foco del incendio lo más cerca que sea posible para lograr contrarrestarlo.
Por su parte el capitán Charles Benavides, director nacional de Bomberos, dijo en diálogo con SEMANA que la emergencia se está atendiendo con dos maniobras: una defensiva y otra ofensiva. La primera consiste en la protección de los tanques y de las zonas que no se han visto afectadas por el incendio. Para ello, se han determinado algunas directrices como, por ejemplo, evacuar un kilómetro a la redonda.
“Se podrán lanzar chorros con espuma refrigerante hacia el foco del incendio. Si esta maniobra nos resulta, seguramente en el término de unas pocas horas estaremos liquidando y extinguiendo el incendio. Si no, seguiremos con nuestras maniobras defensivas y haciendo que se consuma esta sustancia de manera controlada”, explicó Benavides.
“Y la ofensiva son las acciones que estamos desarrollando para llegar al foco, es decir, al tanque. Solo hay un tanque que está bajo el efecto de las llamas. Estamos tratando de llegar con agua y espuma”, añadió el capitán.
De acuerdo con lo dicho por las autoridades, la probabilidad de que haya una nueva explosión en la zona producto del calentamiento de un tanque aledaño al que se incendia es poca, pues las labores adelantadas hasta el momento, que han sido de contención y enfriamiento, han dado resultado.
“Los vehículos que hemos tenido y los remolcadores no les da el alcance para llegar al centro del foco. La brisa tampoco colabora porque nos desvía los chorros que se están usando”, precisó Benavides.
Aseguró que existe un 10 % o un 15 % de probabilidad de que explote el otro tanque, pero que eso lo que también dice es que ese mismo porcentaje muestra que es muy alta la probabilidad de que no suceda.
También en diálogo con SEMANA, el alcalde confirmó que la causa probable de la emergencia pudo haber sido un cortocircuito y al mismo tiempo descartó que se haya pedido ayuda internacional para controlar las llamas.
“Hemos logrado reducir drásticamente el riesgo que se tenía cuando comenzó la conflagración o la emergencia. De cuatro tanques, uno ya logró extinguirse y reducir el incendio. Hay un segundo que se sigue consumiendo de manera controlada, y dos tanques adicionales, uno lleno de combustible de avión y otro vacío, pero que guarda remanentes y, por lo tanto, gases que llenan el recipiente y podrían estallar si no se le diera manejo”, dijo el mandatario local.