Este viernes, 24 de marzo, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, estuvo en la capital de Atlántico y sostuvo un encuentro con empresarios y gremios de la ciudad. En medio de la reunión, los comerciantes del centro de Barranquilla dieron a conocer su preocupación en relación con la reforma laboral que fue radicada en el congreso de la república.
“El gremio solicita al gobierno, con el respeto del caso, que piense en los pequeños comerciantes que con esfuerzo lograron sobrevivir a la pandemia del covid y vienen luchando por sostener su establecimiento de comercio, pese a un sinnúmero de circunstancias que los afecta en su desarrollo comercial, para que no le sume más cargas como las que plantea la reforma laboral”, manifestó la líder gremial Dina Luz Pardo.
Para la representante, algunos pilares de dicha reforma podrían conllevar a bajar el número de empleos y, al crecer el desempleo, disminuye la capacidad de compra. Por ende, se puede presentar una baja en las ventas y con ello menos pago en impuestos, lo que se traduce en menos recursos para la inserción social.
“Un gran número de pequeños comerciantes dicen sentirse abandonados por parte del gobierno, local y nacional, porque no reciben estímulos o incentivos para ejercer la actividad desde la formalidad y que, por el contrario, lo que ven a diario son prevendas para quienes están en la informalidad. En otras palabras, un poco más fuertes, me han comentado que consideran que el gobierno estaría cayendo en el error de desestimular la formalidad y, por ende, promover la informalidad”, sostuvo Pardo.
“De lo que se trata es que quienes son informales hoy, se formalicen, pero los que ya están formalizados reciban estímulos y la debida atención para continuar por ese camino y no es lo que están viviendo hoy. La realidad es otra. Y para colmo, con todos los recargos que vendrían con la reforma laboral, nos veremos abocados a un inminente crecimiento de la informalidad. Consideramos, desde el gremio, que de un 6 0%, podría pasar, como mínimo, a un 80 % la informalidad comercial y ello, en vez de hacernos crecer, nos haría retroceder”, complementó Dina Luz.
En los últimos meses, según cifras de la Asociación de Comerciantes del Centro de Barranquilla, al menos 13 propietarios de establecimientos han cerrado sus negocios por los altos costos que deben sortear en materia de impuestos, servicio de energía, inflación, bajo poder adquisitivo de compradores y competencia desleal.
La reforma
En la reforma laboral que el gobierno dio a conocer, luego de su radicación en el Congreso de la República, las empresas de servicios temporales que contratan en la formalidad, pero con flexibilidad en el tiempo de permanencia en el puesto de trabajo, se declaran gravemente afectadas.
Luego de realizar un estudio minucioso, la Asociación Colombiana de Empresas de Servicios Temporales (Acoset) manifestó su preocupación por el impacto negativo que podrían tener las medidas para este importante segmento del mercado laboral.
Según las conclusiones de la investigación, estaría en juego la estabilidad laboral de medio millón de trabajadores, afectando así a millones de colombianos que hacen parte de esas familias, cuyos integrantes deben trabajar en la temporalidad.
Acoset manifiesta que la gran preocupación es la confusión que promueve el texto del proyecto de reforma laboral, además de la contradicción que tienen algunos de los artículos y parágrafos relacionados con la tercerización laboral.
Según expresó Miguel Pérez, presidente de Acoset, “existe una total discordancia que no solo afecta la actividad propia de la tercerización laboral, sino la de todos los sectores productivos del país. Tal como está redactado el articulado relacionado con este tema en particular, derogaría el objeto social exclusivo de las empresas de servicios temporales, que son la única figura legal para la formalización laboral estacional, la inclusión, la generación de empleo y fomento de nuevas oportunidades laborales”.