Vía streaming y desde una cárcel en Estados Unidos, el exparamilitar Salvatore Mancuso pidió perdón por el dolor causado a decenas de víctimas del conflicto armado que se dieron cita este viernes en el coliseo cubierto Sugar Baby de Barranquilla.
“Me llena de profunda tristeza, pero también de dolor, vergüenza y arrepentimiento todo este dolor que sigue vivo y latente. Para mí, además de doloroso, significa un compromiso con las víctimas, sus familiares y amigos. Es un compromiso inquebrantable por el resto de mi vida, un compromiso de no repetición, de vinculación directa a ustedes en lo que pueda hacer para resarcir ese daño causado”, reconoció quien fue el comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Muchas de las víctimas, principalmente madres, padres y esposas, llegaron hasta el coliseo con la esperanza de saber de una buena vez dónde están sus hijos o esposos asesinados y desaparecidos por los paramilitares. Sin embargo, Mancuso aseguró, tras haber pedido perdón, que debido a las dinámicas del conflicto hay información de la cual no tiene conocimiento y que por eso no responde a muchos de los interrogantes de las víctimas.
“Hay hechos que conozco muy puntualmente, pero hay otros que por las mismas dinámicas del conflicto no conozco o me fue imposible conocer. Yo daba unas directrices generales que cumplían los hombres y mujeres que estuvieron bajo mi mando en los diferentes territorios. Yo no tuve el don de la ubicuidad para estar en cada acción y territorio, por eso a muchas de las preguntas que ustedes hacen no puedo darles una respuesta. Conozco las generalidades”, argumentó el exparamilitar.
Según Mancuso, su perdón no lo ha pedido solo en palabras, pues asegura que desde el momento en que inició la Ley de Justicia y Paz para la desmovilización de los paramilitares han sido entregados “miles de millones de pesos al Gobierno para la reparación de las víctimas”.
“Es el Gobierno el que decide cómo repararlos, no es una potestad que pueda estar en manos mías o de los hombres que estuvieron bajo mi mando. Efectivamente, ustedes tienen toda la razón: no existe justificación alguna para que un proceso de justicia transicional que debía durar máximo ocho años estén todavía en estas incertidumbres”, añadió.
Este acto en el que intervino Mancuso se realiza como medida de satisfacción en favor de las 1.750 víctimas reconocidas en la sentencia de Justicia y Paz del 20 de noviembre de 2014 por el Tribunal Superior de Bogotá. Los exparamilitares Édgar Ignacio Fierro Flórez y José Gregorio Mangones Lugo también hablaron a las víctimas que ingresaron al coliseo.
La sentencia establece que se cometieron cerca de 13 mil hechos violentos como homicidios, violencias basadas en género, desplazamiento y desaparición forzada, entre otros, perpetrados por diversos bloques de las autodefensas.