Los organismos de socorro en Barranquilla continúan aunando esfuerzos para contener la propagación del fuego que se extiende en zona portuaria de la ciudad.

Aunque en reiteradas ocasiones las autoridades distritales y nacionales han dicho que los riesgos de una emergencia adicional son mínimos, el miedo no se desprende de quienes se enfrentan a la barbaridad de las llamas.

De hecho, en la noche del pasado jueves, 22 de diciembre, uno de los uniformados adscritos al cuerpo de Bomberos grabó un video en el que se observa la magnitud del incendio. En medio del metraje, el hombre aprovechó para pedirle oración a los barranquilleros antes de intervenir en la emergencia.

“Estamos con toda. Le pedimos a Barranquilla que oren por nosotros los bomberos para que nada malo vaya a pasar y que en este turno todo salga bien”, expresó uno de los uniformados.

La conflagración se está atendiendo con dos maniobras: una defensiva y otra ofensiva. La primera consiste en la protección de los tanques y de las zonas que no se han visto afectadas por el incendio. Para ello, se han determinado algunas directrices como, por ejemplo, evacuar un kilómetro a la redonda.

“Y la ofensiva son las acciones que estamos desarrollando para llegar al foco, es decir, al tanque. Solo hay un tanque que está bajo el efecto de las llamas. Estamos tratando de llegar con agua y espuma”, explicó el capitán Charles Benavides, director nacional de Bomberos.

El incendio cuyas causas siguen siendo materia de investigación, ocurrió en las instalaciones de una empresa de hidrocarburos conocida bajo la razón social de Bravo Petroleum. En esa compañía se encuentran instalados cuatro tanques que contienen combustible para aviones y gasolina corriente.

Uno de esos tanques explotó, otro se encuentra bajo los efectos de las llamas y los restantes, dicen las autoridades, no se han visto afectados. Sin embargo, en estos últimos se están arrojando refrigerantes para mantenerlos fríos y evitar que por el calentamiento entren en combustión.

“Estos eran unos tanques de abastecimiento. Uno de ellos aún tiene combustible para aeronaves, los otros dos tanques que entraron en combustión tenían gasolina corriente que tenía como destino la zona de frontera”, indicó la funcionaria Irene.

En total se han perdido 54.000 galones de combustible, 4.000 en el primer tanque y 50.000, en el segundo.

La emergencia ha dejado como resultado la muerte de un bombero, identificado como Javier Solano, quien al parecer, en medio de la explosión recibió el impacto de una estructura metálica que se cayó.

Por su parte, la ministra de Energía, Irene Vélez, lamentó lo sucedido.

Javier Solano estaba a un día de salir de vacaciones

Entre lágrimas y con voz entrecortada, Shirley Paola Solano Mercado, la hija mayor del sargento Javier Henríquez Solano Ruiz, contó a SEMANA acerca de su padre.

Shirley Paola tiene 25 años y dijo haber crecido entre bomberos, pues aseguró que su padre tenía más de 27 años al servicio dentro de la institución y solo le hacía falta cumplir con la jornada de un día para tomarse unas vacaciones, ya que estaba cubriendo el turno de un compañero en la estación de Las Flores.

“Toda mi vida vi a mi padre ser bombero, yo tengo 25 años y desde antes de yo nacer ya él era bombero”, dijo la joven.

Según Shirley, su progenitor fue hombre responsable, dedicado y entregado siempre a su trabajo, “se quejaba de los esfuerzos, pero siempre iba, aunque estuviera enfermo, siempre primero fue su trabajo”. Javier se casó dos veces y producto de sus matrimonios tuvo cuatro hijos, de los cuales una joven siguió sus pasos y se convirtió también en bombera al servicio del departamento del Atlántico.

“Yo no pude ser bombera porque tengo problemas respiratorios, pero mi hermana que es mella con mi otro hermano Leonardo, ella sí es bombera, se llama Carolay Solano, y tenemos una hermana menor que se llama Daniela Solano, que es hija de mi papá con su actual pareja”, reveló Shirley a SEMANA.

Javier es y será recordado como un héroe entre su familia, un gran ser humano y, según su hija, un gran padre que, a pesar de que no vivió estos últimos años con sus tres primeros hijos, siempre mantuvo su relación con ellos.

“Ya él vivía con la niña pequeña y su actual pareja, pero siempre manteníamos en contacto, hablábamos mucho, pero nunca hablamos de esos temas de fallecimiento porque no nos esperábamos esta noticia y menos así tan de repente”, añadió Shirley tras respirar de manera profunda y recuperar un poco la voz que se le iba con el aliento.

Para Shirley Paola solo hay palabras de agradecimiento para su padre como hija y como ciudadana. Dijo que la labor de los bomberos es un trabajo de admirar y “de valientes” que debería valorarse más.

“Es una labor riesgosa y yo como ciudadana se los agradezco, hay que tener mucho más cuidado, uno nunca sabe las circunstancias de la vida, mira a mi papá, él era un hombre muy precavido, pero uno no sabe, mira las circunstancias de la vida a él la explosión lo afectó y lo hizo perder la vida”, anotó la hija de Javier.

Javier, de 53 años, era el segundo de tres hermanos, dos hijos de padre y madre y una hija más por parte de mamá.