Hasta las instituciones educativas han sido damnificadas en su estructura en varias zonas del departamento del Atlántico y en Barranquilla por las inundaciones, las recientes lluvias y los fuertes vientos, lo que ha despertado la preocupación de la Asociación de Educadores quienes le han solicitado a las autoridades declarar emergencia educativa precisamente por los daños.

Las solicitudes fueron hechas al mismo tiempo ante la gobernadora del Atlántico Elsa Noguera, al Alcalde de Barranquilla Jaime Pumarejo y a los alcaldes de los municipios de Soledad Rodolfo Ucrós Rosales y Malambo, Rumenigge Monsalve Álvarez.

“Hemos desarrollado visitas en instituciones del departamento y el Distrito para evidenciar que hay una problemática muy profunda frente a cómo están las estructuras. Estamos solicitando de manera oportuna que se tomen las acciones necesarias y se acuda a la figura de la implementación de la emergencia educativa ante la grave situación que pondría en riesgo la integridad de estos estudiantes”, afirmó Carlos Noriega Pertuz, presidente de la asociación en diálogo con Zona Cero.

Además de la gobernadora y los alcaldes también fueron notificados de la solicitud las secretarias de educación, María Catalina Ucros Gómez del Atlántico, Bibiana Rincón Luque (Barranquilla), Aida Margarita Ojeda Vega (Soledad) y Elizabeth Castro Pertuz (Malambo).

“Todas estas situaciones nos están invitando a prevenir a las administraciones que se declare la emergencia educativa y se evite un problema a futuro y se puedan generar las inversiones requeridas para poderle garantizar al 2023 una educación digna a nuestros estudiantes”, puntualizó el presidente de la Adea.

Por su parte, Edgardo Saucedo, director de la oficina de Atención y Prevención de Desastres de Barranquilla, solicitó la ayuda del Gobierno Nacional para atender la situación, pues en palabras propias, aseguró que los recursos disponibles “no son suficientes para brindar una solución integral a las emergencias”.

“Los recursos se vuelven escasos y finitos, tanto en personal como en tiempo, para abarcar con tanta cosa. No ha parado de llover. Hay remoción en masa, crecientes súbitas”, dijo Saucedo.

El funcionario le explicó a SEMANA que actualmente, por ejemplo, están brindando asistencia humanitaria a las familias afectadas con los recursos del distrito. Adicionalmente, se habilitó un centro de acopio en el estadio de béisbol Edgar Rentería para donar kits de aseo, alimentos no perecederos y enseres.

“Hay unos recursos que son para atender hoy la emergencia y darle atención propia y oportuna. Pero para una solución integral se necesita el músculo de la nación”, precisó el directivo, quien afirmó que inicialmente se necesitarían más de $10.000 millones para asistir a los damnificados.

En Barranquilla se han censado más 3.500 familias afectadas por la temporada invernal, distribuidas en un aproximado de 23 barrios. En la localidad suroriente, a inmediaciones del Corredor Portuario y los caños, se han identificado sectores como Rebolo, La Luz y la Chinita donde las principales problemáticas están asociadas con crecientes súbitas.

“Eso es una zona en donde se nos devuelve el caño porque sumada las aguas de los arroyos que se depositan ahí, más la creciente del río Magdalena, sube el nivel del caño y las aguas se regresan a las orillas donde las personas no han debido construir”, explicó el funcionario.

En el caso de la localidad suroccidente, el inminente riesgo estaría relacionado con los terrenos inestables que desencadenarían deslizamientos de tierra. Algunos de los barrios más afectados son Carlos Meisel, La Esmeralda, Siete de Abril, Carrizal, Nueva Colombia, Villa del Rosario, La Manga, el Rubí, El Bosque y Loma Roja.

En atención a lo anterior, Edgardo Saucedo le indico a este medio que una solución definitiva está asociada con proyectos de vivienda que permita trasladar a las personas que se encuentran ubicadas en zonas de riesgo.

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