El cambio de gabinete realizado por el presidente Gustavo Petro ha generado un remezón en todo país, pero los líderes del Caribe señalan que no se pueden perder de vista los retos que tiene la región para reducir las brechas sociales derivadas de la pobreza, de la informalidad y el desempleo que la afectan.
De acuerdo al Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), el Caribe colombiano fue el territorio con mayor pobreza multidimensional.
Para afrontar este panorama la Gobernación del Atlántico implementó durante la pandemia la estrategia ‘Atlántico a toda marcha’ con el objetivo de reactivar la economía en el departamento.
Entre las principales iniciativas resalta el apoyo financiero a los microempresarios y a las personas que trabajan en contextos de informalidad, explica Raúl Lacouture, secretario general de la Gobernación de Atlántico.
Mejorar la infraestructura es otro de los pendientes de la zona. Según el Banco de la República el sector construcción, en especial las edificaciones residenciales, registró un incremento en 11 puntos porcentuales en las tres ciudades de la región Caribe, pero aún persiste la necesidad de invertir en proyectos como la doble calzada en las vías más importantes de la región.
En busca de mejorar la calidad de las instalaciones “se han realizado inversiones de más de un billón de pesos en distintas obras que han tenido un impacto positivo en el empleo” manifiesta Lacouture.
Igualmente, proyectos como la navegabilidad en el Río Magdalena son fundamentales para reducir las altas cifras de desempleo y analfabetismo, pero el panorama es desalentador.
Para Juan Manuel Alvarado, gerente de Ciudad de la Alcaldía de Barranquilla, históricamente el caribe colombiano ha sido una región rezagada, pues no ha contado con la ayuda e inversiones del Gobierno, “somos un territorio que le ha tocado resolver sus problemáticas solos”.
Alvarado considera que este proyecto generará una mayor movilidad y conectividad entre el centro del territorio y el mar Caribe, además, a su juicio, beneficia no solo a la población del Caribe sino a todo el país.
Por eso, hace un llamado a encontrar una nueva forma institucional de gestionar los recursos y un mayor apoyo para los demás departamentos los cuales no tienen el mismo capital económico y humano de las principales ciudades del Caribe. De esa manera, pueden trabajar con la población y hacer inversiones sociales para garantizar el acceso a educación, salud, empleo y mejores espacios públicos.