En la capital del Atlántico el aumento del precio de la gasolina que anunció el presidente Gustavo Petro, y que según el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se dará desde el próximo mes de octubre de este año, tiene en alerta a los distintos gremios del servicio de transporte público en Barranquilla, pues el precio del combustible casi llegaría a 10.00 pesos el galón.
Para el mes de septiembre del año 2021, después de la última alza en el valor de la gasolina durante el gobierno del entonces presidente Iván Duque, en Barranquilla se encontraba en $8.686; posteriormente, para el mes de julio de este año, según la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), ya se encontraba en 9.208 pesos. Si efectivamente se aplica el aumento anunciado desde el Gobierno, el valor sería de 9.608 pesos.
Antes de este incremento, el precio de la gasolina estuvo seis meses estable. A pesar de los altos precios internacionales de los refinados, el Gobierno anterior decidió no hacer alzas para no inyectarle más presión a la inflación de Colombia, que en enero estaba en 6,94 % y en agosto se trepó al 10,84 %, la más alta desde abril de 1999.
Dentro de los sectores que se verían afectados en Barranquilla por el aumento en el precio de la gasolina serían el gremio de transporte público y el de taxistas de la ciudad. El primero, según el experto Libardo Escorcia Julio, inspector de seguridad vial y sistema integral de gestión, tendría déficit no solo en su economía con el gasto básico de un bus que presta el servicio público, sino que además aumentaría el consumo.
“Si un vehículo se gastaba 25 galones con un alza de 900 o mil pesos ya se vendría gastando hasta 27 galones, lo que aumenta su consumo y no compensa el valor del pasaje en el transporte público que se ajusta o aumenta anualmente”, explicó Libardo Escorcia.
Para el este gremio sería notoriamente perjudicado, porque no se justifica ni compensa el precio del pasaje que pagan los usuarios con los gastos del vehículo, aunado a que, según dijo, “muchos usuarios inconformes cuando el precio del pasaje sube, no lo pagan de manera completa, sino con el valor anterior y otros se acomoda al nuevo precio después de mucho tiempo”, anotó el inspector.
Por su parte, Jorge Guerrero, presidente de Sinchotaxis, el sindicato de conductores de taxis del Área Metropolitana de Barranquilla dijo que con ese planteamiento el ingreso per cápita disminuiría en para cada taxista de la ciudad, por lo que incluso se contempla un aumento también en el costo de las tarifas para el usuario.
“Los vehículos tipo taxi que están entrando a este medio de transporte individual (los nuevos) en su mayoría en un 90% han quedado usando gasolina y yo no son pasados a gas natural, debido a que ese combustible es muy dañino para el motor. Esto significa que si la gasolina aumenta, el valor que usamos a diario aumentaría en ese porcentaje y en Barranquilla como no hay taxímetro, el taxista optaría por aumentar el costo de los servicios o carreras a los usuarios o pasajeros”, dijo Guerrero.
En este momento y con la competencia directa de las plataformas tecnológicas que utilizan carros particulares para prestar el mismo servicio en la ciudad, para el gremio se trata de un asunto preocupante que los pone en desventaja.
Por lo anterior, incluso asegurarán que esperaran hasta entre en función lo que se ha anunciado desde el Gobierno con el alza del precio del combustible, para solicitarle al presidente “un valor diferencial o subsidio para el transporte público individual tipo taxi, a nivel nacional”, concluyó Jorge Guerrero.