A diferencia de otras ciudades principales del país como Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena o Bucaramanga, en Barranquilla no existe un pico y placa para vehículos particulares. La medida actual solo aplica para taxis y se hace vigente de lunes a viernes durante todo el día.

Frente a las constantes críticas en torno a la movilidad de la ciudad, hay quienes exigen la política del pico y placa no solo para los amarillos sino también para el transporte privado. No obstante, cabe resaltar que hace aproximadamente 12 años la propuesta estuvo sobre la mesa, pero no fue aprobada.

“Expertos opinamos que era una medida inconveniente que no resuelve el problema. Afortunadamente no se implementó”, explicó Víctor Cantillo, uno de los expertos que se opuso a la iniciativa.

Sin embargo, desde la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial le confirmaron a SEMANA que actualmente se están realizando los estudios pertinentes para determinar si la medida es o no es factible. También advirtieron que quizás que no sea la opción más estratégica.

“Hay toda una narrativa con el tema del pico y placa y siempre se habla sobre las ventajas que esto puede tener, pero también se ha demostrado que no generan mayores ventajas. En el caso de Bogotá o Medellín allá empezaron con un pico y placa de dos horas, después a cuatro horas, luego lo implementaron todo el día, ahora lo están cobrando. Pero si tú revisas, el tema ha empeorado”, señaló Marlon Alcaraz, jefe del área técnica de la Secretaría Distrital de Tránsito y Seguridad Vial.

El funcionario le explicó a SEMANA que a corto plazo la medida funciona, pero si se extiende por mucho tiempo puede conllevar a traumatismos en la movilidad porque incentiva el uso y compra de más automotores.

“Se comienza a mover el tema de vehículos usados o vehículos de menor costo. Está demostrado que la medida a corto plazo funciona, pero a mediano o largo plazo empeora, ¿por qué? Porque las personas comienzan a adquirir otros vehículos”, indicó Alcaraz.

Víctor Cantillo también respalda este tipo de posturas, alegando que el pico y placa “no ha solucionado el problema de congestión en ninguna ciudad donde se ha aplicado. Más bien lo ha agravado”.

Para Jorge Bolívar Redondo, docente del programa de Ingeniería Civil de la Universidad Simón Bolívar, restricciones como el pico y placa fomentan el uso del transporte informal. “Creo que es una medida que termina derivando en otros problemas como la migración hacia otros modos que no disminuyen la congestión, como la moto”.

Pero entonces, ¿qué tipo de alternativas se pueden implementar para mitigar las afectaciones o incomodidades en el flujo vehicular?

En el año 2019, se presentó un documento con propuestas de política pública para mejorar la movilidad en la ciudad. Uno de los autores es Julián Arellana, decano de la división de Ingenierías de la Universidad del Norte. Arellana también se mostró en desacuerdo con la medida del pico y placa considerando las razones anteriormente planteadas.

En dicho texto se revelan los resultados de la última encuesta aplicada a los hogares que conforman el área metropolitana de Barranquilla para fines de transporte. Los datos corresponden a los años 2012 y 2017 toda vez que actualmente la ciudad no cuenta con un plan maestro de movilidad actualizado.

En el informe se reporta que el 20.7% de los viajes en la ciudad se realizan por medio del transporte privado. “Entonces cualquier medida como el pico y placa golpea a ese 20%”, explicó Arellana.

Otras opciones

La misma encuesta mencionada anteriormente reveló que un 28.9% de los ciudadanos realizan sus viajes a pie. Para Julián Arellana esto significa que el distrito debe apuntarle a la construcción de espacios óptimos para que la población pueda trasladarse a pie. “Debemos tener unos buenos andenes por donde caminar y Barranquilla no tiene eso”.

Otras alternativas que plantea está relacionado con un modelo adoptado en varios países desarrollados. “Tarificación vial o los peajes urbanos, similar al esquema que usa Londres o Singapur donde se cobra por la cantidad de kilómetros o la cantidad de congestión que se genera al circular. Básicamente el que genera congestión la paga”, señaló el experto.

También propuso armonizar la planificación urbana con el sistema de transporte. En términos más sencillos, este tipo de iniciativas invita a pensar en otras opciones como la puesta en marcha del Sistema integrado de transporte público (SITP), que permitiría, según Arellana, reducir los tiempos de trayecto y complementar otras rutas. “Puedes brindar una mejor cobertura y adicionalmente puedes distribuir los vehículos”

El decano manifestó que con un sistema integrado se podría adoptar el modelo de ciudades 15 minutos, es decir, que los recorridos en el transporte público tengan una duración aproximada de ese rango de tiempo y no durar una o dos horas para llegar a un destino.

Jorge Bolívar Redondo, docente del programa de Ingeniería Civil de la Universidad Simón Bolívar, también coincide en que se debe apostar por otro tipo de recursos.

“Ante todo creo que deben considerarse las características socioculturales y las necesidades de cada lugar antes de proponer y/o aplicar una medida. De manera general hay medidas de fondo para mejorar la movilidad, tales como incentivar el uso del Transporte Público y los modos activos (uso de la bicicleta y la caminata). Eventualmente podría lograrse que muchos usuarios migren del auto particular a estas alternativas, reduciendo el número de vehículos en las calles”, precisó Redondo.