María Alejandra Martínez Hidalgo, de 22 años, una de las jóvenes que se encontraba junto a los hombres asesinados a bala en una terrible masacre este domingo en la capital del Atlántico, se encuentra bajo pronóstico reservado en la clínica General del Norte, en el centro de Barranquilla.
Este lunes se difundió la noticia de su muerte en varios medios locales, pero SEMANA constató con una fuente oficial que la joven seguía con vida en el centro asistencial, aunque en delicado estado de salud.
Sobre esto, la Policía Metropolitana de Barranquilla dijo que “no se ha registrado el deceso de ninguno de los lesionados en el caso de El Santuario. Les agradecemos no difundir información de redes sociales que no ha sido verificada por fuente oficial”.
María Alejandra recibió un proyectil de arma de fuego en su zona abdominal ocasionándole un daño en órganos vitales. Inicialmente, fue llevada al Camino Murillo, pero debido a la gravedad de sus heridas, a las 10:00 de la noche fue remitida al Hospital General.
Junto a ella, otras cinco personas también resultaron heridas: Daniel Palomino Andrade, de 65; Pedro Antonio González Muñoz, de 78; Emmanuel Cabezas Ahumada; Valentina Zulay Mattos Barraza, de 22; y Santiago Manuel Peralta Márquez, de 39.
Por este hecho, las autoridades en Barranquilla ofrecieron una recompensa de hasta 100 millones de pesos para dar con los responsables. Hasta el momento una sola hipótesis se maneja y es la de un presunto ajuste de cuentas entre hombres dedicados a la actividad de cobradiario.
El ataque ocurrió cerca a las 9:15 p. m, cuando toda la ciudad de Barranquilla se concentraba en el gran evento deportivo en el estadio Metropolitano por el juego entre Junior y Deportivo Independiente Medellín. Cuatro hombres fueron asesinados en un establecimiento de razón social “Los 6 hermanos”, donde precisamente observaban el juego en una pantalla.
La zona donde se registraron los hechos es conocida por establecimientos donde los hinchas junioristas acostumbran a reunirse durante los encuentros, exactamente en la carrera 8 con calle 51, en el barrio Santuario, en un sector conocido como el Jinete, en la localidad metropolitana.
Por medio de las redes sociales rápidamente fueron difundidas imágenes escalofriantes de lo sucedido y una fuente extraoficial confirmó que se trataba de cuatro muertos.
De acuerdo con varios testigos, ninguna de las víctimas es habitante del sector. Sin embargo, un activista y estudiante de derecho publicó en una de sus redes sociales que hace días estuvo hablando con la comunidad de la zona y dijeron estar “dominados por el crimen”.
Según el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, y el comandante de la Policía Metropolitana, brigadier general Jorge Urquijo, al parecer todo tiene su génesis en el narcotráfico.
“La búsqueda de rentas criminales por parte de las estructuras que se dedican a la exportación de sustancias ilícitas, que luego los lleva a vender los excedentes localmente a través del microtráfico, terminan siendo los dinamizadores de la extorsión, de los cobradiarios, hurtos y de otros fenómenos como alquiler de armas para cometer sicariatos”, explicó el mandatario.
Para las autoridades, el crimen múltiple obedece a una pugna entre grupos criminales que buscan adueñarse de las rutas de los cobradiarios.
Para la Policía, la masacre fue cometida por cuatro sujetos. Los dos parrilleros descendieron de las motos y, aprovechando que las víctimas estaban concentradas en el partido de futbol Junior vs. Medellín, atentaron contra ellas.
“Ya estamos recibiendo información. Estamos trabajando con las cámaras del sector que afortunadamente lograron captar momentos previos y posteriores. Esperamos capturar a los autores materiales”, dijo el comandante Urquijo. Mientras que el alcalde anotó que ya estaban plenamente identificados.
Un robo en la masacre
Aprovechando el escenario de conmoción y agitación, por cuenta de lo que había ocurrido minutos antes, un presunto ladrón habría intentado asaltar a una supuesta patrullera adscrita a las unidades Seccionales de Investigación Judicial y Criminal (Sijín).
El momento quedó registrado en video y sucedió en el mismo sitio donde tuvo lugar la masacre. En el metraje se observa un panorama tenso debido al múltiple asesinato registrado. En medio del revuelo, la patrullera, vestida de civil, arremete contra un hombre, a quien intimida con su arma de dotación mientras alega que pretendía robarle.
La mujer conduce al señalado hacia un uniformado de la institución, quien procede a realizar la captura.