Lo que era un sepelio en el sur de Barranquilla, barrio las Nieves, terminó convirtiéndose en otra escena de un crimen luego de qué hombres armados que se movilizaban en motocicleta dispararan contra la multitud, dejando a otra persona muerta en el lugar y una más que resultó herida.
El hecho se registró en la tarde de este martes, según informó la Policía Metropolitana de Barranquilla ya están frente a la investigación para establecer a que se debe este nuevo ataque y si está relacionado con el difunto que se velaba en ese momento.
“Dos personas una fallece y una quedó herida donde la cual esta no reviste gravedad en estos momentos. La Policía Metropolitana de Barranquilla está desarrollando planes estratégicos estamos haciendo planes candados, yendo a estos puntos críticos haciendo requisas y verificando antecedentes. Le pedimos a nuestra comunidad que denuncia llamando al 123 o comuníquese al CAI más cercano donde nosotros con esta información podemos dar captura de estos sujetos”, dijo el coronel Giovanny Barrero, comandante operativo.
La víctima de este nuevo hecho fue identificada como Danilo de Jesús Ibáñez Guerrero, de 26 años, quien fue auxiliado de manera inmediata por quienes se encontraban en las honras fúnebres y lo llevaron hasta el Hospital General Barranquilla, donde el personal médico confirmó su deceso.
En el mismo centro asistencial fue atendida la otra persona que resultó herida en medio de los disparos, y de quien no se conoce su identidad, pero su estado de salud es favorable.
Testigos aseguraron a las autoridades que la víctima mortal, Danilo de Jesús Ibáñez, era un joven que no tenía problemas con nadie y que su muerte se habría producido quizá por estar en el lugar equivocado, más no por estar relacionado con la delincuencia.
Sobre el cuerpo que era velado en plena calle se conoció que se trataba de un hombre que había sido asesinado el pasado domingo 21 de mayo en el barrio Barlovento, también en el sur de Barranquilla.
El último ataque a bala en el sur de Barranquilla antes de estos hechos se registró en la noche del jueves, 18 de mayo. Información preliminar indicó que dos hombres se encontraban en la calle 24 con carrera 26, en el barrio Rebolo, cuando un sujeto, que transitaba a pie, les disparó.
Los heridos respondieron a los nombres de Luis Gerardo Rivera Márquez y Cristian Guillermo Rhenals Barrios, quienes tuvieron que ser trasladados hasta el Hospital General de Barranquilla, donde recibieron atención médica.
Pero tan solo el día anterior, el 17 de mayo, otro homicidio sacudió esa zona en el sur de la ciudad, exactamente en la calle 17 con carrera 17, en el barrio La Luz. La víctima caminaba por ese sector cuando fue abordado por otro sujeto y le propinó al menos seis disparos con arma de fuego.
Tras resultar con heridas de gravedad, la víctima tuvo que ser trasladada hasta el Hospital General de Barranquilla, donde los galenos confirmaron su fallecimiento.
Entre tanto, el presunto homicida intentó darse a la huida; no obstante, cerca del lugar de los hechos se encuentra ubicado un CAI de la Policía, lo que permitió una rápida reacción de los uniformados para lograr su captura.
Hombres masacrados en La Guajira iban a Barranquilla
Los cuerpos de sexo masculino hallados dentro de costales en La Guajira, fueron trasladados a la Unidad Regional del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Barranquilla, para dar con su identificación.
El clima, la temperatura, las condiciones de tortura y maltrato a los que evidentemente fueron sometidos, dificultaron las labores, sin embargo, al parecer se trata de un grupo de sucreños que habían sido reportados como desaparecidos.
Para las autoridades, de manera preliminar podría tratarse de los cuerpos de Jaime Monrroy, Carmelo Badel Gómez y Julio Ordóñez, todos desaparecidos desde el pasado 29 de abril, cuando salieron con destino a Barranquilla.
Además de las pistas sobre las presuntas identidades de las víctimas del macabro crimen, se logró establecer, que se trataba de un trato comercial, que según, iban a realizar los sucreños fuera de su territorio.
Monrroy, era un reconocido ganadero que iniciaba a comercializar un producto de alto costo utilizado para la fabricación de medicamentos relacionados con tratamientos hepáticos e incluso para elementos tecnológicos, que estaba directamente relacionado con cálculos biliares bovinos.
Badel Gómez, fue el conductor contratado para llevarlos hasta el sitio, donde concretarían el negocio del producto, y quien dio pistas a sus familiares de las vías que tomaría para ello, incluso alcanzó a avisar que en medio del camino se había desviado a Santa Marta y de ahí, hacia la zona de Buritaca.
Por último, Julio Ordóñez, era la persona que había realizado el enlace del negocio entre el ganadero y los compradores del producto.