Un torrencial aguacero de más de tres horas en varias zonas del departamento del Atlántico causó, nuevamente, inundaciones. Esta vez el municipio de Sabanalarga resultó gravemente afectado y miles de familias pasaron la noche y la madrugada de este domingo 13 de noviembre sacando el agua de sus casas.
Las autoridades llegaron en la mañana de hoy al municipio a socorrer a los damnificados y aseguran que aún sin terminar el censo hay más de 30 barrios afectados. Algunos aseguraron tener el agua “hasta el cuello”.
La gobernadora del departamento, Elsa Noguera, y un equipo del gabinete departamental y de la Alcaldía municipal, junto a otras autoridades, instalaron un Puesto de Mando Unificado (PMU), para definir el plan de acción a seguir tras la emergencia.
“La emergencia se presentó principalmente en la cabecera municipal de Sabanalarga, hay 30 barrios afectados, ocho que son críticos, donde el agua ingresó afectando las casas de las familias que lo perdieron todo. Por eso, en este momento se dirige a estos puntos críticos maquinaria para hacer limpieza, se contratarán jornaleros de la misma comunidad para hacer la limpieza manual; además, volquetas para poder retirar el sedimento que cayó en los cauces de los arroyos para evitar que, si continúa lloviendo, se sigan inundando”, indicó la gobernadora.
También destacó que en este momento “se están levantando los censos y no se tiene el número real de familias damnificadas; esperamos en horas de la tarde ya tener la cifra real de afectados”.
Asimismo, la mandataria agregó que llegarán cinco toneladas de ayudas humanitarias. “Hay que exaltar la solidaridad de los atlanticenses que nos permiten llegar de manera inmediata con kits de aseo, alimentos, colchonetas, sábanas, toallas, lo cual ayuda a mitigar un poco la situación de estas familias que están sufriendo”.
De acuerdo con el alcalde, Jorge Manotas, en el municipio resultaron afectados 30 barrios, dentro de los cuales ocho presentan la situación más crítica: 20 de enero, 31 de enero, Puerto Amor, San Carlos etapa 2, La Unión, 7 de agosto, Los Nogales y Evaristo Sourdis.
Miembros de la Defensa Civil, bomberos y Ejército hacen presencia en los sectores afectados y se han habilitado albergues: dos sedes de la Institución Educativa Fernando Hoyos Ripoll, dos sedes en el corregimiento de La Peña, y la sede principal de la Institución Educativa Codesa ha sido dispuesto como punto de acopio de ayudas.
En Manatí, la mandataria visitó a las familias afectadas del barrio Villa Mati, que resultó afectado por las fuertes lluvias. “Aquí los canales de drenaje han recibido tanta lluvia que se han desbordado, inundando las casas. La situación es muy difícil para estas familias; por eso, estamos hoy trayendo 600 ayudas alimentarias, gracias a las donaciones del sector privado que nos han permitido atender rápidamente las necesidades de la gente. El compromiso es entrar con maquinaria para mejorar las condiciones de las calles y seguimos adelante con la limpieza de 122 kilómetros de canales, ya llevamos 31 habilitados, y eso ha ayudado a mitigar un poco las inundaciones”, explicó Noguera.
De igual manera, se han levantado siete kilómetros de jarillón para el desagüe del embalse del Guájaro a la altura de Puente Militar y ya son seis frentes de obras los que trabajan a toda marcha.
En total son 1.400 damnificados de cuatro sectores de Manatí por la fuerte ola invernal que afecta el departamento.
En Piojó, se ofició una eucaristía liderada por monseñor Pablo Emiro Salas, en la cual participaron la gobernadora Elsa Noguera y el gabinete departamental, así como las autoridades municipales, en cabeza de la alcaldesa, Omaira González. La comunidad se unió en la liturgia en clamor por las familias afectadas en el municipio y el resto del departamento.
Al finalizar el oficio religioso, la Arquidiócesis de Barranquilla entregó ayudas humanitarias recaudadas en las parroquias, bancos de alimentos y en la Pastoral Social, así como donaciones de organizaciones privadas, elementos destinados a mitigar la emergencia que ha afectado el territorio como producto de las altas precipitaciones registradas en las últimas semanas.
“Estas circunstancias dolorosas nos hace caer en cuenta que todos estamos en la misma barca, nos da la oportunidad de apoyarnos, de ser solidarios, ensanchar esa dimensión del servicio al prójimo”, expresó monseñor Salas durante la eucaristía.