La Fiscalía General de la Nación, a través de la Seccional Bogotá, consolidó el proceso investigativo que puso en evidencia a 17 presuntos integrantes de la organización delictiva ‘Satanás’, a quienes se les atribuye varias conductas delictivas en el suroccidente de la capital colombiana.

De acuerdo con información de la Fiscalía, el material probatorio da cuenta de que serían los responsables de extorsiones a comerciantes en El Amparo y la Calle 38 sur, entre los sectores de la localidad de Kennedy. Al parecer, entregaban panfletos que contenían amenazas de muerte y en los que exigían hasta 300 millones de pesos a cada víctima para permitirle trabajar.

En medio de la investigación, el ente veedor recibió denuncias de personas que soportaron ataques violentos a sus negocios, en donde en horas del día les disparaban sin piedad las puertas y ventanas de los locales como método de intimidación para obligarlos a pagar las extorsiones.

Así delinquían los integrantes de ‘Satanás’

Entre el material probatorio, hay evidencia fílmica y otros elementos obtenidos que fueron los que pusieron en evidencia a los señalados integrantes de ‘Satanás’. Adicionalmente, la Fiscalía estableció que también estarían involucrados en el acopio y comercialización de estupefacientes, y el tráfico de armas.

Los detenidos fueron imputados por los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de extorsión; entre otros. | Foto: Fiscalía General de la Nación

Durante las diligencias de judicialización en diferentes inmuebles del barrio El Amparo, fueron incautados dosis de diferentes sustancias ilícitas, armas de fuego, granadas y varios panfletos. Con ello, los detenidos fueron imputados por los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de extorsión; fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

Por su parte, los presuntos integrantes de dicha organización delictiva no aceptaron los cargos que se les imputó, por lo que deberán cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario.

Los presuntos integrantes 'Satanás' enviaban panfletos a los comerciante de la localidad de Kennedy. | Foto: Fiscalía General de la Nación

Lo que faltaba: un grupo de policías puso un CAI de Bogotá al servicio de la tenebrosa banda del Tren de Aragua; las pruebas son escalofriantes

“Mi Dios le pague”, le dijo un asesino del Tren de Aragua a un policía del CAI Caldas, en Kennedy, en el sur de Bogotá, cuando lo dejó en libertad tras pagar un soborno de un millón y medio de pesos. Días después, mató a otra persona. La escena corrupta y criminal quedó en un video que conoció SEMANA y que forma parte de un expediente en poder de la Fiscalía: un CAI al servicio de criminales.

Varios policías se convirtieron en secuaces del Tren de Aragua y transformaron el CAI en una especie de centro de operaciones de la peligrosa organización de origen venezolano, la cual se dedica a extorsionar, secuestrar, asesinar y descuartizar personas en el sur de Bogotá. La banda de policías al servicio del crimen fue bautizada como los Sombra.

Mientras la Fiscalía investigaba para desarticular al Tren de Aragua, descubrieron que los Sombra, uniformados adscritos al CAI Caldas, protegían a los sicarios, cobraban extorsiones, facilitaban la prostitución infantil y permitían el tráfico de drogas en el sector de la 38. Un teniente y cinco suboficiales eran los cabecillas.

SEMANA conoció audios, declaraciones y videos que dejaron al descubierto a los policías corruptos. Tenían roles definidos e incluso tarifas de las extorsiones, venta de información, cuotas por libertades y hasta protección para los asesinos más buscados.El trabajo de un agente infiltrado fue contundente. Vendieron sus principios, convirtieron a los ciudadanos en víctimas y a los delincuentes del Tren de Aragua en una organización con la fuerza pública a su servicio.

Mientras Bogotá pasaba una temporada de terror, con cuerpos desmembrados y metidos en bolsas, los responsables de estos terribles crímenes se paseaban con la protección policial. Cada vez que la Fiscalía se acercaba al Tren de Aragua, los Sombra lo advertían. El enemigo estaba en la fila, era un Caballo de Troya.