El alto número de colados en Transmilenio ha afectado las arcas del sistema que se ha visto en la necesidad de tomar riendas en el asunto, con la instalación de puertas anticolados y torniquetes, que hoy son la queja constante de los ciudadanos y por lo que un grupo instauró una acción popular, la cual fue admitida por un juzgado.
Uno de los grandes problemas del sistema de transporte masivo en Bogotá es la alta evasión del pasaje, lo que ha llevado a que se incremente paulatinamente aún más el déficit de estabilización tarifaria, a tal punto que la continuidad de la operación de TransMilenio ha estado en riesgo en diferentes ocasiones.
Ante la situación, debido a las imprudencias de los ciudadanos para acceder al servicio de transporte, en estaciones como la calle 63 y Héroes, Transmilenio instaló puertas anticolados las cuales no se pueden abrir la fuerza, como ocurría antes. No siendo suficiente con esto, ahora se ha dispuesto en varios puntos de las estaciones torniquetes que impiden que las personas se salten las cajas en donde se pasa la tarjeta para el cobro del pasaje.
Pero la solución parece que no fue la mejor y los torniquetes se han convertido en un dolor de cabeza. A diario son miles de bogotanos los que presentan inconvenientes para ingresar a los buses al momento de pasar por el torniquete, pues el espacio es bastante reducido. El diseño de estos, de piso a techo, fue una estrategia para evitar la evasión de pasajes, que ha generado buenas y malas reacciones.
Una acción popular
Debido a las constantes quejas y cómo los torniquetes hacen que en horas pico la gente soporte filas interminables, colapsos y estrés a la hora entrar a las estaciones, ahora se suma también el hecho de que algunas personas con discapacidades no les es fácil el acceso.
Por eso, un grupo de ciudadanos interpuso una acción popular contra Transmilenio que fue admitida por el juzgado 33 administrativo del Circuito Judicial de Bogotá, en la que expresan “la presunta vulneración a sus derechos e intereses colectivos referentes al accesos a los servicios y que su prestación sea eficiente y oportuna, los derechos de los consumidores y usuarios y el goce y utilización y defensa de los bienes de uso público”.
La acción presentada se sustenta en que la imposición de las barreras de ingresos a las personas que usan el Sitp vulnera los derechos colectivos al generar una interrupción al acceso oportuno y eficiente del servicio público “y una amenaza a la integridad física y psicológica de las y los usuarios, especialmente a aquellos con discapacidad, con movilidad reducida, con cuerpos no hegemónicos”.
También señala que afecta a “personas de talla baja, mujeres y personas embarazadas, mujeres y personas con niños en brazos, niños y niñas y personas con paquetes grandes como bolsas, coches, etc...”, situaciones que ya se han evidenciado con publicaciones en las redes sociales del malestar y dificultad para entrar a las estaciones.
La demandada fue instaurada por el concejal, Luis Carlos Leal Angarita, junto con varios ciudadanos, contra la Alcaldía de Bogotá, Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte Urbano (Sitp).
Las quejas en redes sociales
La instalación reciente del torniquete en la estación de la calle 63 ha generado rechazo e inconformidad entre los usuarios de Transmilenio y las quejas son constantes.
Una de las pasajeras publicó en su cuenta de X el tiempo que se demoró en ingresar y aseguró que la habían manoseado, además de aconsejarle a las madres que tienen coches de bebé que ni opten por entrar debido a la dificultad.
La misma usuaria también comentó en otra publicación el caos que se va a presentar en horas pico o cuando llueva con las filas para lograr estar dentro de la estación.
Otros comentarios que circulan también señalan la demora para ingresar, que puede ser de hasta 15 minutos.