Los sicarios que mataron a Roberto Franco tenían muy claro el plan para quitarlo del camino. Las autoridades le han seguido la pista a cada detalle del caso que estremece a Bogotá, en medio de la ola de violencia y atracos que se viven en el día a día. SEMANA recopiló los datos más relevantes del caso y los puntos que tienen en vilo a las autoridades.
El empresario fue despedido por su familia y amigos este fin de semana en la Parroquia Cristo Rey de Bogotá. “Papá, vamos a estar bien. Mis hermanas van a estar bien. Hoy te digo que puedes partir en paz, con tranquilidad, porque yo voy a cuidar de mis hermanas, porque puedes tener la certeza de que estaremos juntos, así como tú lo hubieras hecho”, dijo al comienzo de la eucaristía uno de sus hijos, en un breve discurso que dio para los asistentes del sepelio.
Los hechos de violencia que pusieron fin a su vida fueron captados en videos que conoció el país. Allí se ve cómo el empresario es abordado por sicarios y baleado sin misericordia. De manera impactante, el hombre no se desploma inmediatamente, sino que alcanza a hacer unas llamadas. La persona a la que le marcó y el paradero del celular con el que hizo esa marcación aún es un misterio.
Detrás de la muerte de Franco existe una novela con muchos detalles aún desconocidos. Estos son los cinco aspectos más relevantes de la investigación.
1. La pelea por la herencia
En las primeras horas de la investigación, se conoció que a Franco no lo habían matado un día cualquiera. Ese miércoles, el empresario iba a entregar un informe de auditoría definitivo en la pelea que tiene una familia por una herencia. Esta disputa enfrenta a una docena de hermanos, todos herederos. Dos de ellos le apostaron a tener el control de las empresas y solo una se opuso a sus ambiciones.
Se trata de una mujer que tuvo que denunciar amenazas en contra de su vida. Fueron advertencias que se concretaron con un atentado en 2022 y que se convirtió en una investigación por tentativa de homicidio y es, al parecer, parte de la historia del crimen que se dio en el Parque de la 93.
Franco llegó a representar un lado en la disputa por la herencia. Estaba encargado de hacer las auditorías correspondientes y aclarar algunas irregularidades. Pero lo que conoció SEMANA, de acuerdo con la investigación, es que tenía la misión de vender las acciones de las empresas con el fin de inclinar la balanza y favorecer los intereses de sus clientes. El negocio, al parecer, no salió como se esperaba.
La relación entre el auditor y los clientes se fracturó con la entrada de un grupo de accionistas que, al parecer, no era tan transparente en sus ingresos y las inversiones que hicieron, pero lograron acumular el control temporal de las empresas.
2. El arma homicida y el arma traumática
El plan para asesinar al hermano del exdirector de la Dian Óscar Franco estaba finamente detallado. Los sicarios buscaron la moto, fijaron la ruta, el día y la hora del crimen. Cuando el asesino entró al parqueadero y disparó, el escolta de Hernán Franco no pudo reaccionar. Seguramente, de haberlo hecho, el resultado no sería tan diferente, pues la pistola que tenía era traumática, casi un juguete si se compara con el arma del asesino. La pregunta que se están haciendo los investigadores es si el sicario tenía esa información: ¿sabía que el arma era traumática?
Cuando el sicario salió del parqueadero buscando a su cómplice, encargado del plan de fuga, la moto robada no encendió y fueron alcanzados por el escolta que, con su arma traumática, trataba de intimidarlos. Llamó la atención de los investigadores que el sicario no respondió los disparos con balines del escolta, solo corrió, intimidó a un mensajero y huyó del sitio. Mientras tanto, su cómplice se quedó empujando la moto, en la mitad de una lluvia de disparos que no se supo, y aún se investiga, de dónde salió.
3. El testimonio del escolta
El escolta fue identificado como Carlos Andrés Fuentes. En su declaración ante los investigadores, este aseguró que efectivamente observó cuando el sicario ingresó al parqueadero, pero cuando alcanzó a reaccionar el asesino ya estaba en fuga. La puerta se cerró y tuvo que continuar la persecución por la recepción. Finalmente, fue el escolta quien capturó al conductor de la moto.
“Ingresó una persona a dispararle, emprende la huida e inmediatamente trata de salir por la misma puerta por la que ingresó, pero esa puerta se le cerró. Salió por la recepción y es allí cuando ve a esa persona, que es un sicario y que se monta en la motocicleta. Él ve esta situación, ve a estas dos personas juntas tratando de emprender la huida. No lo logran, por lo que ya fue puesto en conocimiento: la moto no encendió en ese momento y el sicario huyó”, dijo la Fiscalía al detallar la declaración del escolta.
3. El capturado
En el lugar de los hechos, Jean Karlo Bermúdez Camargo, cómplice del sicario y encargado de manejar la moto que nunca arrancó, fue reducido por un grupo de escoltas del que hoy no se conoce nada. Terminó herido con dos disparos en la pierna y remitido al mismo centro asistencial donde Hernán Franco fue declarado muerto.
Bermúdez Camargo fue capturado y puesto a disposición de un juez de control de garantías por los delitos de homicidio agravado en grado de coautoría, porte ilegal de armas y receptación. No aceptó su responsabilidad.
La Fiscalía entregó el material probatorio en su contra, que incluyó los videos de seguridad, las declaraciones de los testigos y el dictamen de Medicina Legal con los resultados forenses al cuerpo de Franco, con tres impactos de bala en su cabeza.
4. El celular que no aparece
Los investigadores están en alerta porque el celular de la víctima desapareció. Se sabe que al lugar de los hechos llegó su esposa y una persona que las autoridades están tratando de identificar y que sería clave para determinar a dónde fue a parar este objeto que guarda información tan valiosa del caso.