Varios factores influyen en el persistente descenso de los embalses del centro del país con los que se abastece de agua de Bogotá, y aunque pareciera que las lluvias de las últimas semanas son la solución, técnicamente esto no será posible mientras las precipitaciones sigan ocurriendo en el lugar equivocado.
Así lo explicó el director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Alfred Ignacio Ballesteros, quien en las últimas horas reiteró que el nivel de almacenamiento de los embalses depende de que las lluvias caigan sobre ecosistemas de alta montaña en forma fuerte, prolongada y persistente. Debido a los casi 6 meses de ausencia de lluvias, la tierra está seca y las plantas absorben la leve humedad que resulta insuficiente para que se infiltre y recargue los sistemas reguladores.
“En las últimas semanas, ha llovido, pues es el inicio del segundo período húmedo que normalmente ocurre en esta época del año en la cuenca de la región Andina. Sin embargo, las lluvias más intensas se han presentado en el casco urbano de la ciudad, y estas no han sido tan intensas como se anunciaba con relación al Fenómeno de La Niña”, subrayó el director de la CAR.
El funcionario insistió en que el primer semestre del año ha transcurrido en condiciones secas, lo cual ha repercutido en la deshidratación de los suelos y mientras no se generen condiciones suficientes de humedad en la tierra y en la vegetación no se producirá el fenómeno de escorrentía y por ende, no subirán significativamente los caudales.
El funcionario aclaró, sin embargo, que estas lluvias no están siendo focalizadas en el área correspondiente al embalse de Chuza, por lo que a la fecha no pareciera haber un alivio a la situación de racionamiento para la ciudad.
“Hacemos esta precisión con el objetivo de explicar que si bien estamos recibiendo lluvias que son normales en esta época del año, no están aportando una solución para el problema de abastecimiento de la ciudad”, dijo el director Ballesteros.
El funcionario reiteró la invitación a mantener prácticas de ahorro y uso eficiente del agua y a no bajar la guardia al suponer que con las actuales lluvias la recuperación de los sistemas de regulación aleja la amenaza de desabastecimiento. Si el agua que sale de los embalses continúa siendo más que la entra, a finales de noviembre e inicios de diciembre los volúmenes de estas represas serán más críticos.