El índice de pobreza multidimensional (IPM) evalúa cinco indicadores: educación, niñez y juventud, salud, trabajo y vivienda. De acuerdo con el más reciente informe del Dane, para la ciudad de Bogotá este índice se ubicó en 3,8% en 2022. Esto también significa que 4 de cada 100 personas en la ciudad se encuentran en situación de pobreza multidimensional (300 mil personas).
En comparación al dato de 2021 (5,7 %), hay una disminución de 1,9 p.p. lo que quiere decir que 143 mil personas salieron de la pobreza multidimensional en la ciudad durante el año pasado.
“La mejoría en el IPM podría explicarse principalmente por la reducción de los indicadores de desempleo de larga duración, de informalidad, de inasistencia escolar y de rezago escolar. En este sentido, es probable que la recuperación del empleo y el regreso a la presencialidad durante el 2022 en Bogotá, hayan sido las principales causas de la disminución del indicador”, señala un análisis del Índice de Pobreza Multidimensional presentado por Probogotá Región.
El análisis de Probogotá muestra que la capital ha logrado reducir algunas problemáticas a su mínima expresión: “es el caso de los componentes de vivienda y de los indicadores de trabajo infantil, inasistencia escolar y analfabetismo. Sin embargo, indicadores asociados al empleo y la educación, a pesar de haber mejorado durante el 2022, todavía reflejan retos pendientes para la ciudad”.
Reducción del desempleo de larga duración
El crecimiento económico de la ciudad durante el 2022 (9,9 %) se tradujo en 139 mil nuevos empleos y 18 mil nuevas empresas. Lo anterior explicó el mejoramiento de la dimensión de trabajo del IPM, especialmente la caída del desempleo de larga duración (disminución de 4,1 p.p.), llegando a 12.1 %.
A pesar de esto, el efecto no se sintió de la misma manera en la informalidad, que tuvo una modesta reducción de 1,6 p.p. y sigue siendo el peor indicador en la ciudad (54,2 % de incidencia).
Para Probogotá, “estas cifras preocupan de cara al panorama de desaceleración del 2023 y a las medidas contempladas en la propuesta de reforma laboral que generan aún más rigideces a la generación de empleo formal”.
Retos importantes en el indicador de educación
La dimensión del IPM más afectada por la pandemia fue la de educación. En el 2020, el indicador de inasistencia escolar llegó al 6 %. Actualmente, el indicador se encuentra en mínimos históricos (1,3 %).
“A pesar de esto, los indicadores de rezago escolar y bajo logro educativo continúan en niveles significativos para una ciudad como Bogotá, 18,8 % y 21,7 %, respectivamente. Preocupa en particular la tendencia creciente del indicador de bajo logro educativo, una medición que se aproxima a la noción de talento humano”, específica Probogotá.
Esta tendencia coincide con resultados de la Encuesta de Mercado Laboral 2022 de Probogotá que muestra que cada vez más empleadores afirman que los jóvenes que contratan están llegando con habilidades regulares o malas (45 % en 2021 y 55 % en 2022). Bogotá es la ciudad con menor pobreza multidimensional del país.
El comportamiento del indicador muestra la capacidad de la ciudad para atender las necesidades de la población y del desarrollo económico de las últimas décadas. Hay problemas contemplados por el IPM que están muy cerca de ser totalmente solucionados. Sin embargo, la ciudad todavía cuenta con importantes retos para generar oportunidades de empleo formal y aumentar el nivel educativo de su población, condiciones indispensables para aprovechar las nuevas tendencias económicas.
Hay que recordar que hoy 3 de cada 10 empleados son informales, que únicamente 5 de cada 10 graduados de educación media transitan a la educación superior y que, según las pruebas PISA, el nivel educativo de los bogotanos sigue muy por debajo de los estándares internacionales. En este sentido, detrás de la cifra del IPM de 3,8 %, que puede parecer pequeña, se esconden problemas que ameritan ser considerados por cualquier persona que quiera ocupar el puesto de alcalde de la ciudad, puntualizó Probogotá.