Una problemática que se mantiene vigente en el país y que cobra mayor fuerza en la temporada decembrina es la producción y distribución de licor adulterado. Y es que su consumo supone un auténtico riesgo para las personas del común.
La Fiscalía General de la Nación obtuvo un importante resultado investigativo y judicial que impedirá la circulación de miles de botellas de licor adulterado durante las celebraciones de Navidad y de Fin de Año.
Funcionarios del CTI, con apoyo del Gaula Militar y peritos especializados, capturaron a siete posibles integrantes de una red dedicada a la falsificación de bebidas embriagantes. En los procedimientos realizados en las localidades de Kennedy, Bosa, Antonio Nariño y Santa Fe, en el suroccidente y centro de Bogotá, también fueron incautadas más de 25 toneladas de licor fraudulento, insumos líquidos y sólidos, y otros elementos utilizados para la elaboración ilegal, sin los permisos de las autoridades competentes y de las licoreras.
La estructura delictiva es señalada de ejecutar acciones de reciclaje de botellas, a las que les hacían un proceso de limpieza con desengrasantes, varsol y disolventes; la obtención de estampillas, tapas, sellos de seguridad y marquillas; la producción de las bebidas, mediante la mezcla indiscriminada de alcohol etílico, licores de bajo costo, esencias y distintas sustancias; y el envasado y comercialización del producto como si fuera whisky, ron, vodka o ginebra de marcas internacionales reconocidas.
En el curso de la investigación se estableció que los licores falsos eran vendidos por encargo, a través de negociaciones por vía telefónica y grupos de WhatsApp, y eran despachados como encomiendas a diferentes sectores de Bogotá, municipios de la sabana cundinamarqués y otras ciudades del país. Incluso, se detectó la distribución en una casa de banquetes.
Una fiscal del Eje Temático de Propiedad Intelectual de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos imputó a los presuntos integrantes del grupo delictivo los delitos de: usurpación de derechos propiedad industrial y derechos obtentores de variedades vegetales; imitación o simulación de alimentos, productos o sustancias; ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico; y corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico.
Ante un juez de control de garantías, seis de los siete procesados aceptaron los cargos. Los capturados y judicializados por esta actividad ilícita son:
- Eduardo Pardo Quiroga, Flavio Aníbal Bermúdez García y Jenaro Elías Pérez González, presuntos encargados de obtener y almacenar botellas, y realizar la limpieza de estas; además de conseguir los insumos sólidos.
- María Cristina Melgarejo Cruz, quien sería una de las mayores proveedoras de tapas, dosificadores, anillos de seguridad, etiquetas, cajas, estampillas de rentas y otros elementos utilizados para darle apariencia de legalidad a los licores falsos.
- Javier Antonio Gómez Quiroga, señalado responsable de elaborar las bebidas en su lugar de residencia, donde fue encontrado un alambique.
- Ana Josefa Bernal y Juan Carlos Hernández Naranjo, quienes estarían involucrados en la comercialización del producto adulterado.
Llamado de las autoridades para rayar las botellas
En el curso de la investigación se estableció que las botellas usadas son el punto de partida de la falsificación de licores. Esta red delincuencial buscaba de cualquier manera y en distintas ciudades cristales que estuvieran en buen estado, ante la imposibilidad de hacer réplicas que solo fabrican las empresas licoreras extranjeras en sus plantas especializadas.
Precisamente, en las diligencias de registro y allanamiento realizadas fueron encontradas algo más de 30.000 botellas de whisky recicladas, en proceso de limpieza o listas para ser envasadas.
Ante esta realidad, la Fiscalía recomienda, además de destruir sellos, etiquetas y otros accesorios; rayar o deteriorar con un elemento cortopunzante las botellas para alterar los grabados y demás características originales. De esta manera, podrán utilizarse para ejercer un reciclaje responsable y no quedarán a merced de las estructuras que adulteran licores.