El reciente sismo de magnitud 5.9 que sacudió la ciudad de Bogotá el jueves 17 de agosto ha planteado una pregunta inquietante: ¿está la capital colombiana preparada para enfrentar un terremoto de mayor magnitud?
Aunque el temblor no dejó daños significativos en la capital, ha encendido la alarma sobre la resistencia de los edificios en la ciudad y la capacidad de respuesta en caso de un evento más fuerte.
Uno de los aspectos más desafiantes de los sismos es su naturaleza impredecible. A diferencia de otros desastres naturales, como los huracanes o las inundaciones, los sismos no pueden ser anticipados con precisión en términos de tiempo y magnitud.
Esto hace que la preparación y la infraestructura sísmica sean fundamentales para mitigar los riesgos y proteger a la población.
Según el Servicio Geológico Colombiano, Colombia se encuentra en una zona sísmica activa debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región geográfica caracterizada por una intensa actividad tectónica y volcánica.
Si bien la mayor parte de los sismos se concentra en las zonas costeras y fronterizas, Bogotá no está exenta de sufrir temblores, como lo demostró el reciente evento, con epicentro en El Calvario, Meta, que generó pánico e incertidumbre en los citadinos.
El dilema de Bogotá
Bogotá, ubicada en una altiplanicie a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar, no es el primer lugar que se viene a la mente cuando se piensa en sismos en Colombia. Sin embargo, la ciudad no está exenta de esta realidad sísmica debido a la actividad geológica subyacente.
La falla de Bucaramanga, ubicada a unos 150 kilómetros al noreste de Bogotá, es una de las principales fuentes de actividad sísmica en la región, como asegura el SGC.
Aunque los sismos en Bogotá tienden a ser de menor magnitud en comparación con otras zonas del país, la vulnerabilidad de la ciudad se agrava por el hecho de que muchos edificios no están diseñados para resistir estos eventos, aparte de su densidad poblacional.
La informalidad sísmica es un problema grave: aproximadamente, el 60 % de las viviendas en la capital no cumple las normas adecuadas de sismorresistencia y esto quiere decir que frente a un sismo de alta magnitud podrían colapsar por completo.
La reglamentación sísmica en Bogotá
Daniel Mauricio Ruiz, ingeniero civil y profesor de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana, señala la preocupante estadística de que el 60 % de las viviendas en Bogotá cuenta con informalidad sísmica pone en relieve la urgencia de mejorar la sismorresistencia en la ciudad.
Los edificios que no están diseñados para resistir temblores de mayor magnitud son extremadamente vulnerables y pueden colapsar fácilmente, poniendo en riesgo la vida de los residentes.
La reglamentación de sismorresistencia en Bogotá se rige por normativas específicas que buscan garantizar la seguridad de las edificaciones ante la posibilidad de un sismo.
El Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente (NSR-10) establece los parámetros y requisitos para la construcción de edificios y estructuras que puedan resistir eventos sísmicos.
El papel del Idiger y los cuerpos de socorro
En Bogotá, el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) es la entidad encargada de coordinar la gestión del riesgo en la ciudad. Además, el cuerpo de bomberos de Bogotá desempeña un papel crucial en la atención de emergencias, incluidos los sismos.
Sin embargo, la pregunta persiste: ¿serán suficientes estas entidades para enfrentar un terremoto de mayor magnitud? Si bien cuentan con experiencia y protocolos establecidos, la magnitud de un evento sísmico fuerte puede sobrepasar la capacidad de respuesta de cualquier entidad.
La necesidad de una acción continua
El sismo reciente en Bogotá debe ser una llamada de atención para las autoridades y la sociedad en su conjunto. La informalidad sísmica y la falta de sismorresistencia en muchas edificaciones son problemas que deben ser abordados con urgencia.
La inversión en la mejora de la infraestructura y la implementación rigurosa de las normas de sismorresistencia son esenciales para minimizar los riesgos en caso de futuros sismos.
La preparación para un terremoto no es una tarea fácil ni rápida, pero es esencial para proteger la vida y la seguridad de los habitantes de Bogotá. La ciudad debe unirse en un esfuerzo conjunto para fortalecer la infraestructura, promover la conciencia pública sobre la importancia de la preparación sísmica y garantizar que todas las edificaciones cumplan con las normas de sismo resistencia.
Bogotá debe estar lista para enfrentar no solo sismos moderados, sino eventos de mayor magnitud. La seguridad de sus ciudadanos debe ser una prioridad máxima y esto implica una acción continua y determinada para fortalecer la sismorresistencia en toda la ciudad.