La Universidad Nacional ha vivido momentos de crisis y tensión desde que el pasado 21 de marzo sus actividades académicas se paralizaron a modo de protesta por la polémica elección como rector de José Ismael Peña, que motivó el rechazo de la comunidad académica. La situación deparó en que este jueves, 6 de junio, el Consejo Superior Universitario (CSU) eligiera al profesor Leopoldo Múnera, como nuevo rector.
Esta decisión produjo de manera automática la salida de Peña del cargo, al tiempo que el gobierno del presidente Gustavo Petro finalmente se salió con la suya, pasando por encima de la autonomía universitaria, pues el mismo mandatario y la ministra de Educación, Aurora Vergara, no reconocieron a Peña como el hombre que dirigiría la institución educativa.
La Nacional, desde marzo, está en paro y la situación ha llegado al punto de que durante todo este dificultoso camino, para escoger a la cabeza que dirigirá la prestigiosa universidad, los bogotanos han presenciado las protestas y actos de vandalismo que se han presentado a los alrededores del ente educativo.
Los rifirrafes por la elección de Peña y una tutela
Tres integrantes del Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional advirtieron del riesgo de que el gobierno de Gustavo Petro designara a un rector encargado de esa institución, desconociendo la elección que hizo esa misma instancia en marzo de este año.
La representante del Consejo Académico, Verónica Botero Fernández; el representante de los exrectores, Ignacio Mantilla Prada, y el representante de los profesores, Diego Torres Galindo, advirtieron de esa posibilidad en una constancia emitida previo a la sesión extraordinaria del Consejo que fue citada por petición del viceministro de Educación, Alejandro Álvarez.
A pesar de las insistencias en respetar la autonomía universitaria, Peña terminó posesionándose como rector ante una notaría ante la resistencia del Gobierno a su elección, que se dio siguiendo las normas establecidas en la Nacional para ese tipo de procesos.
Mientras que el Consejo Superior Universitario argumentaba que era válida la posesión de Peña, el Ministerio de Educación decía lo contrario, y por eso Vergara señaló que hay una vacante en el cargo cuando asistía a un debate de control político el pasado 29 de mayo.
“En ningún momento el Gobierno nacional está incumpliendo alguna norma. Hemos observado de manera estricta la normatividad vigente y, por esa razón, el cargo de rector de la Universidad Nacional se encuentra vacante”, indicó la ministra.
La situación llegó al punto que Peña decidió interponer una demanda de nulidad por inconstitucionalidad. El Juzgado 37 Administrativo del Circuito Judicial de Bogotá emitió el fallo y le dio el pasado 30 de mayo un duro golpe al Gobierno Petro, pues el profesor solicitó que se tumbe la resolución del Gobierno y se ordene a la Presidencia de la República abstenerse de “violar la autonomía universitaria de la Universidad Nacional”.
El juzgado le dio la razón al accionante y el 30 de mayo, ordenó dejar sin efectos jurídicos la respectiva resolución del Ministerio de Educación.
El polémico ministro de Educación ‘ad hoc’ y la autonomía universitaria
Y es que en medio de todo este problema se sumaba algo más: la primera demanda al Tribunal Administrativo de Cundinamarca contra la resolución que designó como ministro de Educación ad hoc al ministro de Cultura, Juan David Correa, para que firmara el documento que ordenaba escoger a un nuevo rector encargado para la Nacional. Según algunos expertos, esa decisión se convirtió en un “golpe de Estado” para el director elegido, José Ismael Peña.
La demanda pedía específicamente a los honorables magistrados que “se declare la nulidad por inconstitucionalidad de la Resolución 7480 del 15 de mayo de 2024, ‘Por la cual se solicita la cesación de una actuación conforme a las facultades establecidas en los numerales 5 y 7 del artículo 9 de la Ley 1740 de 2014′, por contravenir el artículo 69 de la Constitución Política de Colombia –Autonomía Universitaria–, como así lo sustento más adelante”.
Varios días después de ese acto administrativo, el ministro de Cultura, Juan David Correa, fue designado como ministro de Educación ad hoc para firmar la resolución con la que se iba a escoger al nuevo rector encargado de la Universidad Nacional.
Ante este panorama, Peña le envió una carta al contralor general, Carlos Mario Zuluaga, en la cual le pedía tomar medidas frente a algunos ruidos de presunta corrupción al interior del alma mater.
La misiva estaba fechada el 4 de junio y también fue enviada a Álvaro José Giraldo Cadavid, de la Unidad de Reacción Inmediata del organismo de control. Tiene como objetivo “la solicitud de actuación especial en Entidades Descentralizadas de la Universidad Nacional de Colombia”.
“Hoy, la Universidad Nacional de Colombia, en el marco de la coyuntura actual, está en grave peligro de ver destruida su reputación y la de muchas y muchos de los excelentes académicos que allí forman y se forman. En los últimos días, se han planteado una serie de cuestionamientos que señalan la presunta existencia de redes de corrupción que, supuestamente, roban multimillonarios recursos públicos”, señaló Peña en su carta.
La sesión extraordinaria que llevó a la elección de Leopoldo Múnera
El Consejo Superior de la Universidad -que cambió desde hace dos años y en el que Petro hoy tiene mayorías- convocó a una sesión extraordinaria este jueves, 6 de junio y firmó una resolución en la que dejó sin piso la elección de Peña, quien fue escogido por un proceso democrático el 21 de marzo.
Leopoldo Múnera contó con el respaldo de cinco consejeros en medio de la sesión extraordinaria, en la que otros consejeros (Ignacio Mantilla, Diego Torres y Verónica Botero) abandonaron la sesión. Los estudiantes y docentes de la Nacional felicitaron a Múnera, quien se desplazó hasta el auditorio León de Greiff, en donde se pronunció ante la decisión que hoy lo faculta para liderar a la universidad.
El nuevo rector agradeció el apoyo de los estudiantes y profesores resaltando el papel de la comunidad académica que impulsó su candidatura: “Hay autonomía si el sujeto es la comunidad académica, hay transformación de la universidad, si la transformación la hace la comunidad académica, hay democracia si participa la comunidad académica”, dijo Múnera.
Ante esta decisión, Peña señaló: “Es la más grave violación a la autonomía universitaria en la historia republicana, además de la violación de principios fundamentales del Estado de Derecho y con ello, la presunta configuración de varios delitos y faltas disciplinarias”.