Las autoridades de Bogotá han venido luchando contra la creciente incidencia de robos bajo el uso de drogas, un delito que se ha convertido en un motivo de preocupación para la capital de Colombia. En medio de esta preocupación, recientemente se ha hecho evidente que las mujeres también están involucradas en esta práctica delictiva, drogando a sus víctimas en bares y posteriormente robando en sus hogares. Los incidentes han sido registrados en áreas específicas de la ciudad, como el barrio Carvajal en la localidad de Kennedy, lo que ha llevado a un aumento de la atención sobre esta problemática.
Según las cifras proporcionadas por las autoridades, el 60 % de las víctimas de la denominada “escopolamina” en Bogotá son hombres. Esta sustancia, comúnmente conocida como “burundanga”, es utilizada para dejar a las personas en un estado de vulnerabilidad extrema, lo que facilita los robos y actos delictivos. De manera alarmante, se informa que siete casos de este tipo se denuncian diariamente en la ciudad.
Uno de los incidentes más recientes, que ha atraído la atención de las autoridades y del público en general, tuvo lugar en el barrio Carvajal de la localidad de Kennedy. El suceso fue captado por cámaras de seguridad, lo que permitió a las autoridades entender cómo opera este tipo de delincuencia.
En el video se observa a una mujer que se acerca al bar del establecimiento y nota que uno de los clientes se ausenta momentáneamente para ir al baño, dejando su bebida al alcance de la delincuente. En un acto furtivo, la mujer añade una sustancia desconocida al contenido de la bebida.
Tras la adición de la sustancia, la mujer continúa interactuando con el hombre afectado, y ambos se retiran juntos del bar. Posteriormente, se dirigen a la residencia de la víctima. Las cámaras de seguridad captan a la pareja entrando y saliendo del lugar. En poco tiempo, la mujer solicita un taxi, que llega rápidamente. Ambos entran nuevamente a la casa y comienzan a llevarse varios electrodomésticos.
La víctima de este incidente no tardó en presentar una denuncia ante las autoridades. Sin embargo, se ha informado que, a pesar de los videos que muestran claramente a la delincuente, la Fiscalía decidió archivar la investigación, ya que no se ha logrado dar con el paradero de la presunta ladrona.
Estos casos ponen de manifiesto un desafío significativo para las autoridades y la comunidad en general. El uso de drogas como la escopolamina para cometer robos y otros actos delictivos representa un riesgo serio para la seguridad pública. Además, la participación de mujeres en este tipo de delitos ilustra cómo los delincuentes han evolucionado en sus tácticas, lo que dificulta aún más la labor de las autoridades.
Es importante destacar que los robos bajo el efecto de drogas, como la escopolamina, tienen un impacto devastador en las víctimas. Esta sustancia puede dejar a las personas en un estado de confusión y vulnerabilidad extrema, lo que facilita a los delincuentes llevar a cabo sus actos criminales.
Las autoridades aseguran que redoblarán sus esfuerzos para investigar y prevenir estos delitos, y la comunidad debe permanecer vigilante y tomar medidas para protegerse a sí misma y a otros en lugares públicos, como bares y clubes nocturnos.
La seguridad y la prevención de delitos deben seguir siendo prioridades en la agenda de Bogotá, ya que la lucha contra los robos bajo el efecto de drogas es esencial para garantizar la tranquilidad y el bienestar de la comunidad en general.