Hoy la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) y el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) pusieron fin a 50 años de conflicto jurídico por la titularidad de un predio, denominado Graham Bell, con la mediación de la Secretaría Jurídica del Distrito y la Contraloría Distrital.
La situación tiene origen en 1973, cuando el IDU le dio el predio a ETB como dación en pago por unos servicios prestados. Si bien el inmueble fue entregado a ETB, que a partir de ese momento sufragó los gastos de mantenimiento y operación, nunca se realizó la correspondiente escrituración.
Tras varias conversaciones en las décadas posteriores, se llegó al acuerdo de escriturar el inmueble a nombre de ETB, situación que nunca se dio. En el 2017, el IDU solicitó formalmente su devolución, a lo que ETB accedió con la petición del pago de la deuda y los gastos en los que se incurrió para su mantenimiento y mejora.
Así, durante esta Alcaldía, en cabeza de la Secretaría Jurídica y con el acompañamiento de la Contraloría Distrital, se establecieron mesas de negociación con el fin de dirimir las diferencias.
“A través de la transacción, llegamos a un acuerdo que beneficia tanto al IDU como a ETB y evita que hallazgos de la Contraloría Distrital terminen en procesos fiscales. El éxito de este acuerdo evidencia la importancia de impulsar los mecanismos alternativos de solución de conflictos para demostrar que, con voluntad, se pueden llegar a descongestionar los despachos judiciales y no entregarle a un tercero una disputa entre dos entidades distritales”, señaló William Mendieta, secretario Jurídico de Bogotá.
Finalmente, hoy se firmó un acuerdo de transacción que le restituye el predio al IDU, previo pago a ETB de $8.900 millones de pesos que corresponden a la deuda original, su indexación y los gastos de mantenimiento y mejoras.
“Para ETB es muy satisfactorio anunciar que después de 50 años de conflicto hemos llegado a un acuerdo que beneficia a las dos entidades, y por supuesto a la ciudad, con el acompañamiento de la Secretaría Jurídica y la Contraloría Distrital, lo que da solidez a la decisión que tomamos”, señaló Alexandra Correa, secretaria general de ETB.
ETB denuncia vandalismo en Bogotá
Las redes de telecomunicaciones en Bogotá están siendo afectadas por el aumento de vandalismo que busca cobre en los cables para comercializar ilegalmente y, colateralmente, también afectan las redes de fibra óptica. Así, terminan por desconectar barrios, negocios y empresas.
Tan solo ETB ha tenido un incremento de afectaciones en un 150 % en agosto de 2023, frente al mismo mes del 2022. Esta situación se ha convertido en un desafío, pues la compañía ha tenido que disponer de mayores cuadrillas técnicas para sortear la desconexión de los clientes, así como de estrategias para mitigar el vandalismo.
“Pedimos el apoyo de los ciudadanos para alertar a las autoridades y a nuestro equipo de seguridad, que tiene personal disponible las 24 horas del día en todas las localidades, si ven personas manipulando cables, tapas o postes; muchos de ellos sin uniforme. La mayoría de los sucesos ocurren en horas de la noche y la madrugada”, señaló Efraín Martínez, vicepresidente de Tecnología de ETB.
Según Martínez, “los barrios más impactados son Santa Inés, Las Cruces, Juan Rey, Yomasa, Olaya; Kennedy, Bosa, Puente Aranda, Ricaurte; Chapinero, Santa Bárbara, Chicó, San Fernando y Avenida Chile. En riesgo medio están Niza, Santa Helenita, Toberín, Suba; Teusaquillo y el centro de la ciudad y Soacha”.
En conjunto con la Policía Nacional y la Secretaría Distrital de Seguridad, se han obtenido resultados como:
- 2.400 denuncias.
- 410 capturas en flagrancia.
- 17 bandas desarticuladas.
- Inspección a 83 chatarrerías y el cierre de 10 por comercialización clandestina de cobre.
- 65 capacitaciones a personal de la fuerza pública.
ETB pidió a los miembros de la fuerza pública de los cuadrantes que en sus recorridos puedan identificar personas sospechosas que estén robando los cables de internet, sea porque estén subidos en los postes sin elementos de seguridad, así como ingresando o saliendo de las cámaras subterráneas que se conocen popularmente como alcantarillas. De esta manera, no solo se asesta un golpe contra la delincuencia, sino que se previene la desconexión de los ciudadanos.