Angélica Soler recuerda con completa claridad cuándo fue la última vez que vio y compartió con su hijo David Fernández Soler, conocido como Coco, antes de que desapareciera, de un momento a otro, de manera misteriosa a finales del 2022.
“El día que él se desapareció fue el sábado 26 de noviembre del 2022. Yo lo vi el viernes, el 25, ese día comimos juntos. El sábado, cuando yo llegué del trabajo, después del turno de 6 de la mañana a 2 de la tarde, yo pensé que él ya había almorzado y que estaba en la habitación, pero cuando entré él no estaba, pero había dejado el celular y el computador encendido, también dejó unos papeles y un libro de la universidad encima del escritorio, y de ahí no volví a saber más nada de él”, aseguró Soler en diálogo con SEMANA.
David Fernández Soler era un joven que perteneció a la primera línea y se dio a conocer en 2021 durante el estallido social que se presentó en Colombia.
Posterior al estallido social, Coco empezó a aparecer en fotografías con integrantes del Pacto Histórico como Gustavo Petro, hoy presidente de la República; Francia Márquez, hoy vicepresidenta; María José Pizarro, hoy senadora de la República; Gustavo Bolívar, hoy director de Prosperidad Social, entre otros, y su nombre fue reconocido.
De Coco, ni sus familiares, ni sus amigos más cercanos, sabían absolutamente nada desde ese 26 de noviembre de 2022 en el que fue visto por última vez, hasta que en su momento Gustavo Bolívar publicó un video en sus redes sociales, asegurando que David había tomado la “nefasta decisión de irse a la guerrilla”.
Sin embargo, en el diálogo con SEMANA, la mamá de Coco enfatizó de manera tajante que a su hijo lo reclutaron y lo obligaron a unirse a las disidencias de las Farc.
“No entiendo de dónde sacaron la información que mi hijo se fue voluntariamente, eso nunca fue verdad, a él lo obligaron a irse para allá”, afirmó Soler.
Siete meses después de total angustia, de no saber absolutamente nada de su hijo, Coco se comunicó con su madre a pedirle ayuda porque se había fugado del grupo guerrillero.
“La última vez que pude hablar con él fue el 7 de junio de 2023, el día en el que mi hijo se les escapó a ellos. Me dijo que había caminado toda la noche, me dijo, ‘mamita, por favor ayúdame, no crea en nada de lo que dicen las redes sociales’. Yo en ese momento logré comunicarme con una fundación y con el CICR (Cómite Internacional de Cruz Roja), pero de nada sirvió porque quizás cuando se iba a hacer algo ya lo habían ajusticiado”, aseguró Angélica Soler.
Es de mencionar que el nombre de Coco se recordó con mayor fuerza porque antes de desaparecer acudió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para solicitar medidas cautelares por unas amenazas que estaba recibiendo de grupos paramilitares y su petición fue aceptada. Recibió medidas cautelares en julio de 2023.
Durante años, Coco se dedicó a trabajar por los derechos de la juventud en varios barrios del sur de Bogotá y, justamente, por ese liderazgo fue que terminó en la primera línea.
Con la voz entrecortada, Angélica recuerda a su hijo: “Él a toda hora quería colaborarle a la gente, muy colaborador, era un líder social, por eso se lo tragaron, porque era un líder”.
Angélica Soler hace énfasis en que su hijo fue cercano a los dirigentes del Pacto Histórico, pero aun así no ha recibido ningún tipo de comunicación por alguno de ellos.
“Ya se imaginarán uno como madre, qué puede sentir. Yo me siento impotente, no sé a dónde más ir. Me siento con rabia saber que mi hijo trabajó con Petro, con Francia, con Gustavo Bolívar, con todos ellos, y nadie ha sido capaz de comunicarse conmigo a preguntarme si tengo, aunque sea para tomarme un vaso de agua”, sostuvo.
La madre de Coco solo hace una súplica: “Yo lo que necesito es el cuerpo de mi hijo, ya me lo mataron, lo único que pido es el cuerpo. Ya nadie lo va a volver a parir porque yo fui la única que lo parí”.