Un uniformado de la Policía identificado como Jhon Jairo Acuña, quien había prestado servicio en varios CAI de Bogotá, protagonizó un trágico hecho durante la madrugada del pasado lunes 9 de septiembre. El agente llegó hasta un motel ubicado en la localidad de Kennedy, en la capital del país, y disparó contra quien era supuestamente su pareja tras encontrarla con un hombre. Posteriormente, se quitó la vida con la misma arma.
Varias horas después de lo sucedido, la mujer víctima de este hecho rompió el silencio y contó detalles desconocidos de los momentos de terror que vivió, también reveló que ella ya había terminado desde hace algún tiempo la relación sentimental que mantenía con el sujeto. Fue identificada como Paola Camargo, quien dialogó con el ‘Ojo de la noche’ de Noticias Caracol y explicó que recibió cuatro disparos.
“Estuvimos en el hotel, sentí los disparos en mi cara. Fueron tres impactos en mi cara, uno en el brazo, otro le rozó a mi compañero, a Fernando, la persona con la que yo estaba. Él vio cómo yo estaba botando por la boca sangre y dije: ‘Ya, me mató, definitivamente’, y él se mató”, mencionó.
De acuerdo con su relato, ese día estuvo con quien era su actual pareja sentimental y recalcó que había terminado desde hace varios meses con el uniformado de la Policía. Junto con Fernando (pareja actual) fue a un centro comercial, comieron y después se dirigieron hasta el motel donde su vida cambiaría por completo.
Varias horas después de lo ocurrido, todavía se pregunta cómo el uniformado de la Policía sabía que ella estaba en ese sitio, y más extraño aún es que asegura que —segundos después de los disparos— la familia del hombre llegó como si lo estuvieran acompañando.
“Apenas él se dispara, salen la mamá, el papá, la hermana, la sobrina, del hotel, entonces no entiendo ese pedazo. No entiendo por qué llegaron ahí todos, no entiendo cómo sucedió eso. Cuando él se disparó, salió la mamá corriendo”, señaló.
“Se volvió obsesivo”
Paola explicó que terminó la relación con Acuña desde diciembre del año pasado, una decisión que tomó debido a que él, afirma, comenzó a tener un comportamiento agresivo con ella, llegó hasta el punto de volverse obsesivo.
“Él se volvió obsesivo y violento cuando le dije que no quería seguir con él. Yo dije no más, o sea, yo no voy a permitir ni que me peguen, ni que me maltraten, ni que me hablen de una manera incorrecta, es mejor quedarme sola y ya”, comentó.
Por el momento, se encuentra internada en un hospital recuperándose de las heridas que le propinó el patrullero con el arma de fuego, mientras que su pareja ya fue dada de alta. Ahora, exige justicia para que se esclarezcan las circunstancias en las que se dio todo y se compruebe si hay más personas involucradas, al tiempo que espera que le realicen una cirugía reconstructiva en el rostro.
Las autoridades ya se encuentran realizando las respectivas investigaciones y han adelantado las primeras pesquisas del caso.