La delincuencia sigue siendo uno de los grandes dolores de cabeza en Bogotá. Aunque los indicadores han mostrado una mejoría en los primeros meses del 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior, los hechos de inseguridad continúan afectando la tranquilidad de los capitalinos.
El pasado miércoles 12 de junio, a altas horas de la madrugada, delincuentes asaltaron la capilla del barrio San Blas, en la localidad de San Cristóbal. Los criminales partieron los vidrios de las puertas y se robaron varios elementos de valor, avalados por 6 millones de pesos, dañaron las bases del equipo de sonido y tiraron varios documentos en el piso.
Lo insólito de este hecho delictivo, según la denuncia de los habitantes del sector, es que los delincuentes se llevaron hasta las hostias de consagrar de la capilla.
La concejal de Bogotá por el partido Centro Democrático, quien denunció este hurto, mandó un fuerte mensaje en contra de las autoridades. “Ni las iglesias se salvan. La delincuencia en Bogotá sigue haciendo de las suyas. Criminales hurtaron una capilla que queda a 3 cuadras de la estación de Policía del sector. ¿Hasta cuándo el miedo y la inseguridad van a seguir asediando a los bogotanos?”, cuestionó.
La comunidad víctima de este hurto denunció que se encuentra sitiada ante el hurto y la delincuencia. Entre gritos y clamores, le piden a las autoridades que le pongan la lupa a su localidad para que se proteja con contundencia sitios de gran valor para la comunidad, como lo es su capilla.
“Se robaron de la capilla el cáliz, las copas, las bandejas de plata, las limosnas, mercados, manteles, candelabros, la biblia, imágenes religiosas y hasta las hostias de consagrar”, denunció uno de los habitantes del sector.
Según el reporte de los habitantes, los delincuentes rompieron los vidrios de la puerta principal de acceso a la iglesia, dejando un espacio para que una persona de contextura delgada pudiera ingresar a robarse todos los elementos que estaban al interior del templo religioso.
En videos conocidos por SEMANA, se observa cómo quedó la iglesia después del accionar de los criminales. Varias figuras religiosas fueron estropeadas y tiradas al piso.
La concejal Diago le solicitó al alcalde Galán y al secretario de Seguridad, César Restrepo, acciones contundentes contra el crimen en la zona y estrategias de reacción inmediata ante el crimen.
“Lo que preocupa es el aumento de la delincuencia en el sector. Nada para a los delincuentes que no tienen ni cinco de vergüenza para meterse con las cosas de Dios”, enfatizó la cabildante.