La muerte de Catalina Gutiérrez Zuluaga, residente de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana, provocó bastante consternación en Colombia, luego de que en varias ocasiones expusiera los distintos maltratos que habría sufrido durante su residencia.

Tras dos meses de su partida, el padre de la joven rompió el silencio recientemente y contó algunos detalles desconocidos sobre los duros momentos que venía experimentando su hija, producto de las ofensas que recibía de algunos de sus superiores.

“Nos comentó de una situación que tuvo con una jefe de cirugía. En un turno extenso, diagnosticó a una paciente y la envió a cirugía. Cuando Catalina ya iba para su casa, la llamó la jefe y la trató supermal, le dijo bruta. A lo que ella respondió que solo estaba aplicando los protocolos. La paciente se salvó”, manifestó en La Patria,

Según les contó Catalina, el haber pedido ese tiempo de descanso se convirtió en un calvario para ella, puesto que al regresar al país le colocaron turnos de más de 24 horas. Incluso, aseguró que la misma joven les presagió que le iban a “cobrar con sangre” ese permiso.

“Juanita estaba haciendo una especialización en Barcelona y así fue como programó el viaje en mayo. Recuerdo que Catalina nos dijo antes de irse: ‘Mamá, yo sé que estas señoras me van a cobrar el hecho de haber sacado las vacaciones y me lo van a cobrar con sangre. Me van a poner turnos largos’”, agregó.

Luego, sentenció: “Efectivamente fue así. Ella llegó y, a la semana siguiente, le fijaron tres turnos de 24 horas seguidas; tres turnos que realmente no eran de 24 horas, que se iban a 28 o 29 horas, donde no tenía tiempo ni para comer. Esa parte era inhumana, dormía solo un ratico al día”.

Al ver esa situación, el hombre señaló que decidieron junto a su esposa viajar a Bogotá para acompañar a la residente y brindarle todo el apoyo que necesitaba en ese momento. Sin embargo, confesó que casi no pudieron compartir con ella porque los turnos que tenía eran demasiado extensos.

El padre de la fallecida médica resaltó finalmente en La Patria que Gutiérrez Zuluaga no solo habla de las cosas malas que le pasaban, sino que también les decía que había gente muy buena en la Universidad Javeriana.

“Tengo que hacer una salvedad, en honor a la verdad y a lo que ella más amó y adoró, que fue la Universidad Javeriana. Tenía profesores que la adoraban, la animaban, la impulsaban, pero tropezó con estas dos personas que le dieron muy malos tratos. ¡Han traído tristeza a nuestra familia!”, concluyó.

Hay que recordar que Catalina dejó escrita una carta a mano, con la que quiso despedirse de sus colegas, de los que señaló que aprendió algo de cada uno y les deseó mucho ánimo.

“A todos los residentes, gracias. De cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón, ¡ustedes sí pueden! Ánimo”, fue el pequeño texto que la joven escribió, provocando todo tipo de reacciones y comentarios.