Los vecinos de los barrios Santa Paula y Chicó, en el norte de Bogotá, están desesperados por las fiestas clandestinas en un sitio conocido como ‘La Mansión Chicó’. Este lugar les ha quitado el sueño por completo a los habitantes del sector.
Según los residentes, cada fin de semana se reúnen alrededor de unas 400 personas a través de convocatorias que realizan por redes sociales. Las fiestas inician a las 10 de la noche y terminan en ocasiones a las 11 de la mañana del siguiente día.
Los habitantes del sector afirman que al parecer los dueños se hacen pasar por ‘sindicatos’ para burlar la acción de las autoridades.
Las riñas, los altos niveles de ruido durante toda la noche, el consumo de licor y la invasión de las vías con vehículos de alta gama se han convertido en el panorama de los viernes y sábados en este exclusivo sector del norte de Bogotá.
En los videos grabados desde la parte alta de algunas edificaciones, se logra escuchar el ruido y la música a todo volumen.
En diálogo con SEMANA, habitantes del sector hablaron del drama que están padeciendo, el cual inició con la pandemia del covid-19.
“Nosotros honestamente empezamos a sentir el problema después de que cesaron los cierres por el covid. Desde el 2021 empezamos a vivir casi que cada ocho días, fiestas en ese lugar los viernes y los sábados. Son fiestas de diferente índole, incluso hay veces que son fiestas con menores de edad”, dijo uno de los habitantes.
El residente puntualizó que son fiestas que empiezan desde las 8:00 de la noche y que van hasta las 2 o 3 de la madrugada o incluso hasta el mediodía.
“Es una música y un ruido ensordecedor”, afirman. “Es un lugar clandestino, cualquiera que se pare de frente en la fachada no va a notar nada que le muestre que al interior hay un bar o algo por el estilo. Es una casa”.
Convocatoria por redes sociales
Las convocatorias a las largas rumbas a ‘La Mansión Chicó' son hechas a través de las diferentes redes sociales. “Son fiestas muy pesadas. Ellos mismos hacen sus flyers y los comparten a través de redes como TikTok e Instagram”, aseguran los residentes.
“No existen motivos para festejar, simplemente es viernes y queremos fiesta hasta el amanecer. Te invitamos a farrear con nosotros en esta fiesta sin precedentes, donde nuestra única intención es hacer que pases un viernes inolvidable, en una casa estilo mansión, adaptada para ser una de las pistas de baile más locas de Bogotá”, se lee en una de las convocatorias que conoció SEMANA.
“La denuncia de los vecinos llegó a nuestro despacho y de inmediato dispusimos de un equipo de territorio para que acompañen las intervenciones de las autoridades y escuchen a los vecinos afectados” señaló el concejal David Saavedra.
Otro problema grave es que, en ocasiones, algunos vecinos que han intentado solicitar que le bajen al volumen de la música por la presencia de niños y adultos mayores en la zona, han sido golpeados, como se evidencia en las imágenes.
Según las autoridades, durante el último operativo, se encontraron armas blancas, licor, menores de edad y hasta maltrato animal.
Ante este panorama, el concejal Saavedra hizo un llamado a que las entidades del Distrito aborden estos problemas de manera integral. “Frente a los ojos de todos, estas fiestas clandestinas, son focos de ilegalidad, ruido excesivo, riñas, bloqueos en las vías por las decenas de carros parqueados en los alrededores, expendio de drogas y caos” señaló.
“La Secretaría de Movilidad, debe aumentar los operativos por parqueo en vía, así mismo, la Secretaría de Gobierno debe adelantar las acciones administrativas, en conjunto con la Alcaldía Local, para evaluar la posibilidad de un cierre y la Secretaría de Ambiente debe hacer las mediciones de ruido necesarias para aplicar las multas a las que haya lugar” indicó Saavedra.
“Ahora, hay que ser claros en algo y es que no se trata de que en una o dos semanas quienes hacen estas fiestas clandestinas se muden a otro lugar y se lleven el problema a otro punto de Bogotá. Por eso, es fundamental que, si hay méritos, la Secretaría de Seguridad adelante las gestiones pertinentes ante la Fiscalía General de la Nación para que los responsables respondan si, ante la ley, han cometido actos delictivos, agregó el cabildante.
El lugar ha sido sellado en varias oportunidades
En diálogo con SEMANA, el secretario de Seguridad de Bogotá, César Restrepo, aseguró que el lugar ha sido inspeccionado y sellado en varias oportunidades por las autoridades y seguirán yendo hasta la mansión las veces que sean necesarias.
“Las denuncias y las quejas de los de los vecinos nos lograron permitir parametrizar los tiempos y las dinámicas que hay y con eso, aprovechando las autoridades de inspección vigilancia y control que tienen la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Ambiente, la Secretaría de Movilidad y la Secretaría de Seguridad, hemos impuesto una dinámica de control permanente sobre esta área en la que incluso hemos encontrado menores de edad”, dijo el funcionario.
“El consumo de sustancias psicoactivas en ese lugar, actividades no permitidas en usos del suelo, adicionalmente trancones, riñas, peleas, es lo que hemos encontrado”, dijo el secretario. “Hasta ahora hemos impuesto un régimen de visitas al lugar para poner las sanciones hasta que la ruta nos permite. La ley nos permite llevar esto incluso a considerar una extinción del dominio en ese sentido. Cuantas veces nos toca ir a cerrarlo, lo vamos a hacer”, agregó el funcionario.
El problema del asunto, según denuncian los residentes, es que más se demoran las autoridades sellando el lugar, que los administradores y promotores de la rumba en abrirlo.
SEMANA llamó en varias ocasiones a los números de los administradores del lugar, pero no contestaron.