El lunes 28 de octubre del presente año, habitantes del barrio La Ferias, en la localidad de Engativá, al occidente de Bogotá, quedaron sorprendidos tras un doble asesinato al interior de una vivienda. Ese día, un sujeto identificado como Darwin Felipe Beltrán, de 31 años, mató a sus dos hijos, Santy Steban Beltrán Ramírez y Susan Beltrán Ramírez, de 4 y 7 años, respectivamente.
Ahora, cuando están por cumplirse dos meses de este brutal crimen, Paola Ramírez, mamá de los pequeños, habló para el pódcast Más Allá del Silencio y entregó detalles que hasta ahora eran desconocidos.
De acuerdo con Ramírez, ese lunes 28 de octubre Beltrán llegó a la casa y le empezó a decir “váyase que usted me altera”. De acuerdo con ella, en ningún momento ella notó que estaba baja los efectos del alcohol y/u otra sustancia.
Según narró, él padecía de un trastorno y, que una vez él le dijo que se marchara de la casa, ella decidió que era momento de llamar a una ambulancia para que se lo llevaran a internarlo en una clínica.
“Cuando él me dice ‘váyase que usted me altera’, yo dije ‘es el momento perfecto para llamar la ambulancia’. Yo salgo, tomo mi celular, llamo la ambulancia. Estoy parada, cuando llega un compañero de él, del trabajo, y me lo pregunta. Yo le digo que está en la casa con los niños, pero que estoy llamado a la ambulancia. Él me dice, ‘sí, yo lo he visto raro’”, contó Ramírez en Más Allá del Silencio.
Posteriormente, según Ramírez, el amigo del Beltrán se ofreció para ingresar a la casa donde él estaba con los niños, pero ella le dijo que no, de modo que no se alterara y se fuera a ir. Dijo que la idea era que llegara la ambulancia y se lo llevara.
Sin embargo, luego de unos minutos, mientras ella y el amigo de Beltrán estaban a pocos metros de la casa, vieron que el sujeto salió del predio totalmente mojado.
“Y él llega y se para y me grita algo, pero no sé qué es lo que me dice. Pero ahí yo lo veo raro, transformado. No sé, hay algo ahí diferente en él en ese momento y de la nada sale corriendo y se entra a la casa y cierra la puerta”, agregó Ramírez.
Dijo que inicialmente pensó que él se iba a hacer daño, pero que no iba a matar a los dos niños. “Cuando yo llego a la puerta, que la voy a abrir, hay agua en esa puerta. Yo abro... yo me devuelvo y la cierro. Lo que sí tengo presente es cuándo él empieza a gritar ‘Paola, maté a los niños, Paola, maté a los niños’. Por la ventana que da hacia la calle, él gritaba ‘Paola, maté a los niños’ y me mostró al niño así de frente. El niño ahí sí estaba muerto”, recordó entre lágrimas la mamá de los pequeños.