El pasado domingo 14 de mayo, los visitantes del Centro Comercial Unicentro, ubicado en el norte Bogotá, vivieron momentos de pánico después de que se registrara un ataque armado dentro las instalaciones de la tienda de Juan Valdez, obligando al cierre de varios locales. SEMANA conoció datos del caso que, preliminarmente, se establece como un feminicidio ocurrido en Unicentro, en el norte de Bogotá, y que dejó como víctima a una mujer de apenas 26 años de edad, empleada de una pizzería en el mismo centro comercial.
La víctima fue identificada como Erika Aponte Lugo, quien cumplía una cita con quien minutos después se convirtió en su asesino. Se trata de Christian Rincón, un empleado de una empresa de seguridad que llegó armado al centro comercial y le arrebató la vida a la madre de su hijo.
Ante este lamentable hecho, este lunes 15 de mayo, la alcaldesa de Bogotá por medio de una rueda de prensa dio a conocer detalles sobre de este lamentable hecho. En medio de sus declaraciones, la mandataria contó que Erika ya había acudido a las autoridades para interponer las respectivas denuncias sobre la violencia que estaba viviendo junto a su pareja, por lo que se le brindaron cuatro medidas de protección.
“Erika padeció y soportó durante muchos años maltrato y violencia intrafamiliar. Después de mucho maltrato, de un enorme pánico, finalmente, Erika ―de manera valiente― el pasado jueves, 11 de mayo, decidió acercarse a la Casa de Justicia de Usme, localidad en la que residía con su familia”,
Según indicó la alcaldesa, Erika recibió atención oportuna y diligente en la Casa de Justicia, por parte de los equipos de asistencia psicosocial y jurídica.
“Nos relató hechos dolorosos y sistemáticos de violencia de género, de violencia contra ella, de intimidación a su hijo, de instrumentalización de su hijo. Nos dijo que tenía sistemática violencia intrafamiliar. El caso, según lo relataba Erika, era francamente dramático. El pánico de Erika era evidente y su solicitud de ayuda fue expresa”, reseñó López.
Del mismo modo, López relató que ante los ataques de violencia de su pareja decidió irse de su casa y se trasladó para Soacha junto con su hermana y su padre, pero no con su hijo porque su pareja le había arrebatado ese derecho.
“Erika vivía en Usme con su pareja, Christian, con su hijo y sus suegros. Cuando se trasladó a Soacha, aparentemente el pasado 30 de abril, se trasladó con su hermana y su padre, pero no con su hijo, porque nos relató en la denuncia que fue a poner en el llamado de protección que interpuso en la casa de justicia el 11 de mayo, nos manifestó que no le habían permitido sacar el niño de la vivienda donde ella residía”, dijo López.
Del mismo modo, la mandataria señaló que en este momento el menor de 8 años se encuentra en manos de los abuelos paternos. “Ese niño entonces permanece en Usme en la casa de sus abuelos paternos y hemos solicitado ya al defensor, a quien tiene la competencia”.
Entre tanto, la alcaldesa de Bogotá indicó que en el día de ayer la Policía Metropolitana de Bogotá se trasladó al lugar donde actualmente se encuentra ele menor, pero la abuela del niño no permitió tener acceso a ninguna declaración al respecto, por lo que las respectivas competencias se encargaran de esto el día de hoy.
“Nosotros fuimos anoche con la Policía Metropolitana de Bogotá, y entrevistó a la abuela del niño, que fue quien acudió a abrir la puerta, pero la abuela nos manifestó que ella no iba a permitir tener acceso al niño. La Policía Metropolitana no tiene competencia para acceder al niño, excepto que los mayores que lo tienen a cargo nos lo permita. Quien podría y debe entrar a tomar una medida de protección sobre el niño es el defensor del ICBF, quien ya se puso en contacto con la Alcaldía y la Policía, y el día de hoy realizara esa diligencia”, dijo la alcaldesa.